¿Ayudan los juguetes a reforzar los estereotipos de género?

La conferencia organizada por el Instituto de Estudios en Educación tuvo como invitado al investigador español Sergui Fábregues.

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El docente de la Universitat Oberta de Catalunya, Sergui Fábregues durante su intervención.

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15 ago 2019

Sergui Fábregues, profesor de la Universidad Abierta de Cataluña, y la docente de Uninorte, Elsa Escalante, investigadora del área estratégica Infancias y Contextos del IESE, analizaron el 13 de agosto el rol de los juguetes en los estereotipos de género, durante una conferencia organizada por el Instituto de Estudios en Educación (IESE) en el salón 21K.

Para el invitado internacional, el género es un elemento central de la organización social actual. En el contexto mundial se ha asociado a lo femenino con profesiones de menor estatus, mientras que lo opuesto es esperado de lo masculino. Desde esta noción, Fábregues ha estudiado qué papel juegan los juguetes utilizados especialmente en las etapas de desarrollo temprano del ser humano, para reforzar estos estereotipos. 

El investigador señaló que desde el diseño de los juguetes y su empaque se piensa a qué sexo específicamente va dirigido. En ese sentido, se ha relacionado a las actividades de la esfera privada, como el aseo, cocina o cuidado con las niñas mientras que la esfera pública, como carros y figuras de acción, está reservada para los niños.

Fábregues también distinguió que hay una gama de juguetes neutros, como juegos de mesa, instrumentos musicales, o una bicicleta, que no están atados a una división social basada en estereotipos. “Los patrones de consumo de niños y niñas adquieren concepciones de la vida adulta y con ello determinadas expectativas sociales en torno a lo que se espera de ellos en su papel en la esfera privada, es decir, en el desempeño de las tareas del hogar, y en la esfera pública, en el tipo de empleos que realizarán”, argumentó. 

Las causas para esta asociación entre juguetes y sexo son variadas, según el conferencista. En primera instancia habló sobre la perspectiva biológica y cómo se ha estudiado qué mujeres con una mayor cantidad de andrógenos cuando están embarazadas tienen niñas con mayor interés en juguetes masculinos. Al mismo tiempo, hay un componente social que recibe el individuo de sus padres, los medios de comunicación y la publicidad, entre otras fuentes, y que estimula sus decisiones. Así también, el conferencista hizo énfasis en que también hay un trasfondo psicológico por el hecho de los mensajes diferenciados que reciben los niños en la primera infancia. 

Fábregues comentó que los padres también tienen un papel fundamental, puesto que son proclives a influenciar las decisiones de sus hijos por un sentimiento de nostalgia de su infancia y una necesidad intergeneracional de transmitir patrones de juego. Por esto pidió que se inicie un proceso de concientización, que también incluye sectores como las empresas productoras de los juguetes.

Como ejemplo del sector industrial, el conferencista habló sobre Lego y cómo aprendió de errores cometidos para deshacerse de etiquetas que especifican a qué sexo va dirigido el producto. “Las categorías de género en los juguetes influyen en elementos tan importantes como el desarrollo físico, social y cognitivo de niños y niñas, y con ello el tipo de habilidades que adquieren durante la primera infancia”, aseveró. 

El invitado dejó varias recomendaciones entre las que destacó hablar con los niños y niñas sobre los estereotipos vigentes, favorecer marcas que sean sensibles al tema, elegir juguetes en función de los gustos y potenciar la cooperación y el trabajo en equipo a la hora de jugar. 

Escalante, coordinadora de la maestría en Educación, complementó que el juguete debe ser el mayor aliado y que en lugar de generar tensiones en la cabeza de los padres, sean vistos como lo que son: un medio de expresión, de exploración y un elemento de comunicación con el adulto. 

“El juguete hay que utilizarlo como un medio de cambio y de comunicación con los niños. Es producto de una construcción que es biopsicosocial. Tiene elementos biológicos, psicológicos y sociales, por ello la complejidad. Muchas veces no lo valoramos y lo vemos como un objeto y estamos desconociendo el poder que realmente tiene en términos de desarrollo humano y de transformación”, añadió. 

La docente manifestó que es crucial darse cuenta de los sesgos que heredamos de nuestro contexto cultural. Por medio de actividades lúdicas durante su intervención, mostró a los asistentes cómo identificar los estereotipos que están proyectando y cómo intervenir, para prevenir que esto continúe con estrategias prácticas y ceñidas a lo que se vive en la región Caribe colombiana. 

 

Por Leonardo Carvajalino

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