Beatriz Anaya (q.e.p.d.), un legado de compromiso y excelencia en Uninorte

La profesora Beatriz Eugenia Anaya de Torres (1949 - 2023), con su calidad humana y espíritu servicial, conquistó la admiración y el afecto de la comunidad de la Universidad del Norte, desde su ingreso en enero de 1974, a través del Departamento de Psicología. Su labor y enseñanzas dejaron una huella imborrable en la institución, pues fueron decisivas en el crecimiento personal y profesional de muchos de sus colegas y estudiantes. 

El pasado 28 de noviembre, Beatriz, nuestra compañera y amiga, falleció. Estuvo vinculada a Uninorte por 40 años y vivió de cerca el crecimiento de este proyecto universitario. A partir de abril de 1978 fue la segunda decana de la División de Psicología, luego de José Luis Torres. Esta unidad académica, creada en 1976, cobijaba por ese entonces los programas de Psicología y Educación Preescolar, sin embargo, fue reestructurada en 1991, como División de Humanidades y Ciencias Sociales. La barranquillera laboró en Uninorte hasta el 19 de septiembre de 2014, cuando ya se desempeñaba como directora de la Oficina de Gestión y Desarrollo Académico. 

"Cuando ella llegó a la decanatura no había profesores psicólogos y los que venían del interior no se adaptaban ni soportaban el calor. Beatriz tuvo la inspiración de arriesgar, nombrando como profesores a jóvenes egresados brillantes, como María Mercedes de la Espriella, Kary Cabrera, Consuelo Angarita, Margarita Racedo, Raimundo Abello, Camilo Madariaga, quienes fueron formándose bajo su orientación y lograron que el programa de Psicología de Uninorte estuviera entre los tres mejores del país", afirma José Amar, profesor del departamento de Psicología y director del CIDHUM.

Durante su estancia laboral en Uninorte, Beatriz ayudó a consolidar políticas importantes de la institución en el campo de desarrollo profesoral y bienestar universitario, que contribuyeron notablemente al fortalecimiento de la Institución. 

"Recuerdo que Beatriz era muy estricta y muy comprometida con su trabajo. Tenía una sólida formación en Psicología empresarial y era muy reconocida como profesional de esa área por los empresarios de la ciudad", agrega Amar.

El profesor Jorge Palacio Sañudo, del departamento de Psicología, también destaca la "gran capacidad de conectarse con las personas y el gran sentido humano de Beatriz", enfatizando que era una persona que conocía su oficio y trabaja al tiempo en los campos de la psicología clínica, organizacional y social, "con una maestría increíble". 

“La doctora Beatriz era muy cercana a sus colaboradores. Tuve la oportunidad de conocerla en pregrado, porque fue mi decana, y luego tuve la oportunidad de relacionarme con ella en la oficina de Becas, cuando hice parte del programa de becas y ella me acogió en ese momento. Era una persona con una excelente calidad humana, que escuchaba y hacía lo posible por gestionar sus procesos, por acompañarte y mantenerte informado”, expresa Palacio Sañudo. 

De igual forma, María Amaris, directora de Univoluntarios, elogia a Beatriz Anaya como un "buen modelo de ser humano y profesional". Evoca con nostalgia la entrevista de selección que le hizo al ingresar a la universidad, describiéndola como una experiencia interesante e impactante y evocando cómo Beatriz creó un ambiente cálido durante la entrevista, estimulando a los estudiantes a dar lo mejor de sí mismos. 

“Tenía una gran capacidad para escuchar a los estudiantes y señalar detalles que a menudo pasaban desapercibidos. Como funcionaria, cuando ingresé al programa de formación doctoral, hizo seguimiento a mi proceso y siempre me hizo ver la evolución de la disciplina. Fui testigo de cómo su trayectoria fue aportante al desarrollo de la psicología y de la formación de psicólogos”, concluye Amaris.

La Universidad del Norte lamenta profundamente la partida de Beatriz Anaya. Su recuerdo y legado permanecerán por siempre en nuestra institución y en el corazón de quienes tuvieron la fortuna de conocerla y trabajar con ella. Que su ejemplo de dedicación y amor por la academia continúe inspirando a las futuras generaciones.