Cien años después, ¿está preparado el Caribe para otro gran tsunami?

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Según los estudios que han realizado los docentes, olas de hasta dos metros podrían llegar a la costa Caribe colombiana.

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25 oct 2018

Hace 100 años una ola de seis metros llegó a la costa este de Puerto Rico, llevándose consigo miles de muertos y daños materiales. Desde entonces, las aguas del Caribe han permanecido en relativa calma, no obstante, tres doctores en ciencias del mar y profesores de Uninorte se hicieron la pregunta: ¿Qué tan preparada está la costa Caribe colombiana para un tsunami?

“No es si va a pasar o no un tsunami, la pregunta es cuándo”, anotó Juan Carlos Ortiz, docente del departamento de Física y Geociencias, parafraseando a un directivo de la Unión Geológica Norteamericana. De acuerdo con los estudios que ha realizado Luis Otero, profesor del mismo departamento, aún cuando no ocurren con frecuencia en el Caribe, existe la posibilidad de un tsunami de amenaza media y las zonas más expuestas serían el archipiélago de San Andrés y Providencia y el caribe central colombiano, desde la Sierra Nevada de Santa Marta hasta el Golfo de Morrosquillo

De acuerdo con los cálculos que realizó el profesor Otero, en San Andrés la altura de las olas podría oscilar entre los 3 a 4 metros, mientras que para el caribe central serían de 2 metros. “Un muro de agua con una fuerza de arrastre hidráulica que se acerca a la costa y si la gente no está preparada podrían haber pérdidas fatales”, anotó el doctor en Ciencias y Tecnologías Marinas. 

Rafael Ricardo Torres, también docente del departamento de Geociencias, anotó que el sismo por deslizamiento de tierra que hubo este año, sumado al pequeño tsunami que se registró en la costa de Santa Marta y Ciénaga, muestras que la amenaza existe y si además se le suma “la vulnerabilidad que son nuestras costas planas y el hecho de que muchas comunidades tienen pocos medios de defensa”, el riesgo aumenta.

Otero manifestó que sus estudios se concentran en potenciales fuentes de generación de tsunamis de origen tectónico. No obstante, quiere ahondar la exploración para abordar el estudio de tsunamis por deslizamientos submarinos, especialmente teniendo en cuenta que esta fue la hipótesis del origen del pequeño tsunami ocurrido en Magdalena en 2017.

Los docentes agregaron que en Colombia ya existen protocolos y estudios ante desastres de esta naturaleza, sin embargo los esfuerzos están concentrados en la costa Pacífica, donde la probabilidad es más alta. Este año Uninorte firmó un convenio con la Dirección General Marítima (Dimar) para aunar esfuerzos y que se sumen las capacidades del grupo de investigación de la universidad para entender mejor la situación y montar protocolos para minimizar afectaciones.

Esta fue la ruta que realizó Puerto Rico. A finales de los años 90, en la isla se hizo un trabajo con la Agencia federal para el manejo de las emergencias de Estados Unidos, Fema, la red sísmica de Puerto Rico y el departamento de Ciencias Marinas de la Universidad de Puerto Rico, en Mayagüez. El profesor Ortiz tuvo la oportunidad de participar como estudiante de doctorado, en este proyecto que buscaba “concientizar a la población puertorriqueña de la vulnerabilidad que tenía la isla frente a la amenaza de tsunamis”. Hoy en día, la isla se encuentra rotulada con señales de tránsito que indican a los ciudadanos cuál es la ruta de emergencia en caso de tsunami.

“Se necesita dinero, idoneidad y ganas de trabajar”, destacó el profesor Ortiz para llevar a buen puerto este proyecto. “Con la plata compras sensores para poder mirar qué está pasando en los niveles del mar y con tiempo avisar que viene un tsunami, financias investigación para ver cómo sería el tsunami y qué efectos tendría, haces planes de mitigación, de hacer señales, de hacer simulacros con la población”, complementó Torres, doctor en Ciencias del Mar.

Por Leonardo Carvajalino

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