De lo que hablan los filósofos cuando hablan de amor

En tiempos de pandemia, crisis y hambre: ¿para qué hablar de amor? Esta pregunta, aunque suene fuera de lugar en la coyuntura en la que nos encontramos, es pertinente pues el amor abarca mucho más que la relación de pareja y familiar; impulsa al ser humano a redefinirse, enfrentarse al mundo y al otro. 

Carmen Elisa Escobar, docente del departamento de Filosofía y Humanidades, habló de este tema en una ponencia que realizó vía YouTube. En el espacio moderado por la también docente del departamento, Daniela Pabón, Escobar estructuró el diálogo en torno a pasajes de escritos y conceptos de Anne Carlson, Jacques Lacan, Raymond Carver y Sigmund Freud. 

Del amor se han escrito bibliotecas completas y en todos los formatos, desde canciones hasta ensayos, novelas, cuentos, películas, etc. Sin embargo, la ponente señaló que vale la pena sacarlo del lugar común en el que está y específicamente deslindar el concepto de deseo a la sexualidad. Este conlleva, visto desde la tradición psicoanalítica, una variedad de sentidos como el desear el bienestar de una persona, adquirir conocimiento, etc...

“El deseo está directamente relacionado con el amor porque el amor solo puede darse a través del deseo, te lanza hacia alguien”. En ese sentido, se podría definir el amor también como querer estar con el otro cuando el deseo desfallece, cuando no hay nada que satisfacer. 

Carlson, quien recientemente ganó el premio Princesa de Asturias, habla en su obra de la tradición griega y especialmente de Eros, el dios del placer sexual y la fertilidad. Explica que Eros denota falta, deseo de lo que está ausente. Esto es paradójico, pues existe un horizonte de insatisfacción que define el deseo, de dejar de desear cuando se consigue el objeto. Hay amor porque existen esos límites.

“Eros está en los bordes, insiste en los espacios que hay entre los seres humanos porque estamos separados. El amor parece eso que intenta tanto saber del límite como a veces rebasarlo”, dijo la docente. 

Siguiendo esta línea de pensamiento, esa insatisfacción ligada al deseo causa el rebote hacia el amante. Lo que se halla en el encuentro con el otro es la carencia, aquello que impulsó hacia el amor, y no propiamente lo que faltaba para satisfacer ese vacío que existe en el amante. 

A pesar de saber esta realidad, que el amor no es encontrar el complemento perfecto, a la persona que completara el vacío, la docente afirmó que se debe entrar al terreno del amor como un incauto. “El amor no lo puede todo pero es lo único que tenemos”, finalizó su ponencia Escobar.  

Por Leonardo Carvajalino