Desafíos del sistema energético hacia soluciones sustentables: casos UK y Colombia

El evento académico desarrollado en el marco de la Cátedra Europa, evaluó cómo se está en materia energética, retos y posibilidades, desde la experiencia de Reino Unido y Colombia, a través de las voces de docentes investigadores de UK y Uninorte.

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Investigadores durante la conferencia virtual.

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02 nov 2021

Entender el sistema energético como un sistema sociotécnico en el que existen deficiencias, irregularidades y desigualdades fue el propósito del coloquio desarrollado en el marco de Cátedra Europa, que reunió conferencistas nacionales e internacionales para dialogar sobre soluciones energéticas sustentables, contrastando el contexto de Reino Unido, la Unión Europea, Latinoamérica y Colombia.

Investigadores de varias universidades de Reino Unido y de la Universidad del Norte presentaron sus reflexiones y propuestas sobre experiencias internacionales centradas en subsanar la vulnerabilidad de los sistemas energéticos y aportar ideas que contrarresten, entre otras cosas, las problemáticas que se agudizaron a raíz de la pandemia por la covid-19 en el mundo.

Uno de esos aspectos son los problemas de caja por la falta de pago en los servicios públicos. El profesor y moderador de la jornada, David Díaz Florián, destacó la importancia de hablar de la Colombia interconectada y la Colombia no interconectada, enfatizando también en que: el clima cambia y, a su vez, la sociedad. De ahí que sea primordial evaluar los retos en materia de control al cambio climático.

El conferencista e investigador de la University of Birmingham, Kevin Burchell, con su ponencia Energía comunitaria del Reino Unido y en la Unión Europea, progresos y retos relató su experiencia trabajando en un proyecto de energía comunitaria en UK, que fue financiado en el año 2020 por la Unión Europea. “Se trata de pensar cuáles son los vínculos que existe entre la energía comunitaria y también la política energética y los asuntos de resiliencia que sabes que pueden existir entre el Reino Unido en el contexto europeo”, señaló Burchell.

La energía comunitaria tuvo sus subidas y bajadas en Reino Unido y Estados Unidos, particularmente, en los 70 se dio el crecimiento de este tipo de iniciativas y de las literaturas asociadas a esta. Kevin Burchell ha estado involucrado en la investigación de estos proyectos con el fin de tratar de explicar qué es la energía comunitaria y por qué las personas trabajan con esta. De igual forma, señaló que Colombia y Latinoamérica son un gran resorte para la discusión que se estuvo llevando a cabo en el conversatorio académico.  

“Está claro que la energía comunitaria contemporáneamente ha surgido como una respuesta al cambio climático y esto ha sido de una manera significativa. Se distingue como un paso hacia una economía baja en carbono. Por otro lado, hay una idea de que la energía comunitaria es buena y es importante porque es manejada por la comunidad por medio de cooperativas sin ánimo de lucro y muchas de estas organizaciones se enfocan en energías renovables de diferentes tipos en sectores de pobreza energética”, enfatizó el investigador.

Frente a los retos de este tipo de proyectos explicó que son la financiación de los mismos, dejando abierto el interrogante de cuál es el valor de la energía comunitaria, hasta qué punto los gobiernos deben apoyar la energía comunitaria y cuáles son las principales diferencias entre los problemas energéticos en Colombia y Latinoamérica comparado con Reino Unido y la Unión Europea.

El docente de Uninorte David Díaz Florián manifestó que la intervención de Burchell y demás invitados dejaron interesantes reflexiones para el tema colombiano en el que cada vez se hace más evidente la necesidad de organizar a la comunidad para tener una participación genuina de los problemas sociales, en general, y energéticos.

“En Colombia hemos tenido una experiencia a partir del desarrollo del sector eléctrico relacionado con instituciones de participación ciudadana. Le pregunto a los ponentes cuál es la reflexión que tendrían con respecto a que estas instituciones de derecho a la energía se pudieran implementar en países donde el desarrollo institucional, sobre todo, en la parte de implementación y aplicación es bastante leve”, indicó el profesor del departamento de Economía y moderador del evento académico.

Sobre este interrogante Harriet Thomson, profesor asociado de Política Social Global de la Universidad de Birmingham, expresó lo siguiente: “Creo que realmente es un concepto difícil. El derecho a la energía, comparado con el derecho al agua, es algo que mis colegas y yo hemos estado trabajando, específicamente alrededor de a qué tenemos derecho, si a una cantidad de kilovatios por hora o es el derecho a sentirse cómodo, frío y abrigado durante el verano, ahí es donde está la dificultad y yace el riesgo para poder justificar qué tipo de energías son esenciales”.

En ese sentido, enfatizó en la importancia de capturar el nivel de uso de la energía en la vida diaria, poniendo el ejemplo de Colombia donde hace parte de la cultura la reproducción de música en los hogares. Por otro lado, también se reflexionó alrededor de la idea de resiliencia y la posibilidad de que las personas tomen conciencia impulsando movimientos a través de la energía y, de esta forma, empezar a participar activamente en los procesos de adaptación a los cambios climáticos.

David Mejía, profesor en la Universidad de Edimburgo, señaló, en el caso de los eventos climáticos cómo sequías y apagones, que hay que tener en cuenta las ocasiones en donde el sistema centralizado de arriba hacia abajo depende de las plantas, de las hidroeléctricas, de los generadores, entre otros.

“No hay forma de influenciarlo, eso depende más bien del gobierno y de las empresas privadas que manejan esta situación y las fallas no están bajo su control. En este enfoque de sistema centralizado de arriba hacia abajo hay que tener una influencia sobre el sistema para las personas. Existen opciones que pueden ayudar a resultar esto como la energía solar, eólica, renovables, que no reemplazan por completo la red nacional, pero que pueden satisfacer las necesidades con estas infraestructuras pequeñas y no dejar a las personas a la merced de temas climáticos”, indicó el investigador. 

Por Katheryn Meléndez Solano.

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