Ecocampus siembra cerca de mil mangles en la Vía Parque Isla Salamanca

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Profesores, estudiantes, funcionarios y egresados voluntarios que sembraron los mangles en la vía parque.

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15 nov 2018

La Vía Parque Isla Salamanca no solo es un pulmón de aire fresco para Barranquilla sino un aeropuerto natural para las casi 200 especies de aves que resguarda, entre residentes, migratorias y endémicas. Su preservación es vital para la supervivencia del ecosistema que protege y por eso el programa Ecocampus, en conjunto con profesores, funcionarios y estudiantes de la Universidad del Norte, sembraron el 10 de noviembre cerca de mil mangles rojos, buscando reforestar y restaurar esta zona afectada por la quema indiscriminada y el cambio climático. 

El grupo interdisciplinar de 15 voluntarios estuvo en la mañana en la vía parque, ubicada en el kilómetro 11 de la vía que comunica a Barranquilla con Santa Marta. Esta área protegida, única en Colombia por su condición de ser atravesada por una carretera, ha sufrido durante los últimos años grandes pérdidas en su fauna y su flora debido a las sequías, la contaminación y el corte y quema indiscriminado de madera de mangle para la producción de carbón artesanal.

La ingeniera Carrol Gómez, quien apoya la coordinación del programa Ecocampus, destacó que estas acciones son vitales para la preservación de la Ciénaga que presta servicios valiosos, como ser el hábitat de 199 aves, 35 especies de reptiles, más de 50 mamíferos, nueve especies de anfibios y más de 140 peces, además de reducir el riesgo de inundación y mitigar el impacto del daño ambiental, actuando como sumidero de carbono y produciendo aire limpio.

La Vía Parque, que fue declarada en 1998 como Sitio Ramsar de importancia mundial y en noviembre de 2000 como Reserva del Hombre y la Biosfera por la Unesco, ha sido intervenida en varias ocasiones por voluntarios de Ecocampus, quienes reconocen que esta área natural corre grave peligro. En diciembre de 2014 y octubre de 2016 un grupo similar ya había realizado una siembra de mangles, que en su mayoría no lograron sobrevivir debido a las alteraciones del ecosistema.

En esta zona de manglar conviven el agua salada del mar Caribe y el agua dulce proveniente de afluentes como el caño Clarín y el río Magdalena. Sin embargo el Fenómeno del Niño, en conjunto con otros factores, ha generado un desequilibrio en la salinidad del agua y que, en muchos de los casos, el mangle termine por secarse debido a que no encuentra las condiciones necesarias para crecer.

El mangle sembrado, que durante ocho meses fue germinado y cultivado en el Aula Viva de la Universidad del Norte, es de la especie Rhizophora mangle o mangle rojo, el más común en Isla Salamanca pero también uno de los que menos resiste cuando la salinidad aumenta. Sin embargo, no es el único tipo de mangle que puede encontrarse allí. En el área también existen otros tres: el negro (Avicennia germinans), el amarillo (Laguncularia racemosa) y el mangle zaragoza (Conocarpus erecta).

Para Ciliana Galván, presidenta de Green Generation Uninorte y una de las voluntarias en la siembra del mangle, proteger y restaurar esta zona es fundamental para afrontar el cambio climático. La estudiante, quien en conjunto con otros cinco miembros de Green Generation fue una de las encargadas de la germinación y cuidado de las plántulas mientras estuvieron en el Aula Viva de Uninorte, exhortó a las personas a realizar acciones, aunque pequeñas, que puedan ayudar al medio ambiente. “Tenemos que seguir haciendo estas actividades necesarias para la supervivencia de este importante ecosistema”, enfatizó.

Por Edwin Caicedo Ucros

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