Egresados, donantes y amigos de Uninorte aportaron al desarrollo jugando Golf

En la IX Edición del Torneo de Golf que organiza la Oficina de Egresados se logró recaudar fondos para el programa de becas.

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En el torneo que se llevó a cabo en el Club Caujaral, participaron 81 golfistas.

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01 oct 2019

Desde 2011, el Torneo de Golf de Egresados y Amigos de Uninorte ha sido una iniciativa bandera para cumplir una de las metas que tiene la universidad como institución: aumentar la cobertura de la educación para aquellos jóvenes talentosos que más lo necesitan. En una región donde el 68 % de los jóvenes no accede a la educación superior por falta de recursos y de oportunidades, la invitación para los 81 participantes de la jornada, realizada el 28 de septiembre en el Club Lagos del Caujaral, fue contribuir al desarrollo del Caribe a través de un aporte para financiar más becas. 

Karen Chamié, directora de la Oficina del Egresado, que ha organizado las nueve ediciones del torneo, celebró que a través del deporte se logre reunir a un grupo de personas comprometidas con el cambio que necesita nuestra región. La jornada contó con torneos de golf en diferentes categorías, de acuerdo con los niveles de experticia, y premios especiales para quien lograra el drive más largo y más se acercara al pin. 

El saque de honor estuvo a cargo de la golfista Laura Sojo, quien fue la mejor de Latinoamérica en la categoría menores de 20 años. Es la primera vez que la joven, quien es estudiante de séptimo semestre de Comunicación Social y Periodismo, está involucrada en el torneo y dictó una clínica para golfistas nóveles. 

“Estuvieron unas diez personas conmigo dando una charla, explicándoles lo bonito que es el deporte, cómo se juega, cómo son las dinámicas. Las personas muy atentas. Se divirtieron mucho, estuvimos casi dos horas y fue un tiempo muy enriquecedor para todos”, comentó Sojo, quien se retiró del deporte para dedicarse a sus estudios. 

 

Los inscritos al torneo también tuvieron la oportunidad de compartir tiempo con cinco becarios de la universidad, quienes contaron sus historias y de cómo se beneficiaron en Uninorte. Andrea Colón, becario Roble Amarillo, quien llegó desde Sahagún, Córdoba, y actualmente está en octavo semestre de Psicología, señaló que de no haber sido por los fondos que recauda la universidad, no habría tenido las oportunidades que tuvo y por esto siempre tiene presente la idea de devolverle a la sociedad lo que ha recibido. 

Otros de los becarios invitados ya habían terminado este proceso y se encontraban en calidad de egresados, como Andrea Maury, quien trabaja como psicóloga para la Fundación Triple A. La joven contó que en su experiencia en Uninorte pudo ser parte de grupos folclóricos, y participó en eventos en Europa, un lugar con el que soñaba. “Espero también poder cambiar la vida de otros”, recalcó. 

“Después de oír estos testimonios, definitivamente se reafirma que con la educación se logran los cambios que necesitan la sociedad y las personas”, afirmó Sergio Espinosa, miembro del Consejo Directivo de Uninorte y presidente del Club Lagos del Caujaral. El directivo, quien además es donante del programa de becas, adelantó que para la próxima edición, que marcará el décimo aniversario, esperan hacer una conmemoración especial de esta causa que calificó como vital.

“El futuro de la universidad somos los egresados. Tenemos la obligación y el compromiso de devolverle lo que nos dio y aquí hay muchos testimonios de gente que ha sido exitosa gracias a que pasó por las aulas de la Universidad del Norte”, agregó. 

Durante la ceremonia de premiación se realizó la tradicional subasta. Entre los elementos que fueron adquiridos estaban un talego de palos de golf, un cuadro de acrílico sobre lienzo del artista Emmanuel, entre otros tantos, donados por los patrocinadores que incluyen CHM Minería, Serfinanza, Postobón. 

Entusiasmados, los participantes se juntaron entre amigos y compañeros de promoción para aportar a la causa. Jorge Rosas, CEO de CHM Minería SAS, quien ganó la subasta por una noche en el Hotel Movich, manifestó que siente gusto al donar, pues sabe de la transparencia de la misión de la universidad, mejorar la calidad de vida de la región. 

Julio Díaz y Erwin Hasselbrinck, de la primera promoción de Ingeniería Mecánica, también aportaron a la causa. Los graduados en marzo de 1976 contaron que ya se encuentran jubilados, y que su vínculo con Uninorte es ahora más fuerte que nunca. “La idea es seguir apoyando”, reiteraron.

En la subasta se lograron recaudar más de $ 7 millones, lo que representa la mitad de una beca Orgullo Caribe, que cubre el primer año de estudios del becario. Con eventos como estos, la Oficina del Egresado ha logrado gestionar un total de 39 becas desde 2011. Chamié aseguró que se encuentran felices por las vidas que han logrado cambiar, no obstante, agregó que no están satisfechos. Los recursos de Uninorte solo hacen posible que 10 de cada 100 solicitudes de becas puedan ser atendidas y teniendo esto en cuenta, la directora de la Oficina del Egresado señaló que la meta es aumentar todavía más la capacidad de ofrecerle oportunidades a todos aquellos que la necesitan. 

Por Leonardo Carvajalino

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