El enfoque de innovación médica de Víctor H. Ruiz Hernández
El egresado destacado de Medicina logró reducir las tasas de transfusión de 70 % a 6 %, y se convirtió en pionero internacional de la cirugía sin sangre. Conoce aquí su trayectoria y aprendizajes.
La historia de Víctor Hugo Ruiz Hernández, egresado de Medicina (1982), cirujano cardiotorácico Board Certified y pionero en Patient Blood Management (PBM), comienza con un sueño de ser piloto que lo llevó a estudiar ingeniería aeronáutica en Washington University. Sin embargo, el destino tenía otros planes.
“Mi mamá trabajaba en investigación de tumores y mi papá era laboratorista clínico. Cuando tuve la oportunidad de trabajar en investigación con cirujanos cardíacos, inmediatamente cogí la pasión y el deseo de ser cirujano del corazón”, afirmó.
Esa pasión lo trajo a Barranquilla en 1977, cuando Uninorte apenas iniciaba su tercer semestre de medicina con dos salones y un auditorio. El decano Pablo Ginast lo aceptó inmediatamente tras verlo en entrevista. “Mi español no estaba muy bueno, me llamaban gringo”, recuerda sobre su adaptación. El fútbol lo ayudó a integrarse: estudiaba anatomía en las graderías del estadio Romelio Martínez, esperando los partidos de las tres de la tarde.
Víctor se convirtió en el primer egresado del programa de Medicina en hacer su internado en Estados Unidos (1981-1982), abriendo camino para futuras generaciones.
El desafío que cambió todo
En 2001, como jefe de cirugía cardíaca en Forest Park Hospital, Víctor enfrentó lo que pocos cirujanos se atrevían: operar pacientes que rechazaban transfusiones sanguíneas. La medicina tradicional indicaba que sin transfusión en ciertos casos, el riesgo era demasiado alto.
"Con mucho miedo empecé a hacer este tipo de cirugía. Fui a Miami a aprender la técnica, pero los tres días que estuve allá no operaron a ningún paciente. Regresé sin haber visto nada", recordó.
Entonces llegó su primera paciente: una mujer de 70 años que necesitaba cirugía de coronarias. El hospital invitó a televisión para documentar la primera cirugía sin sangre de la región. "Era estresante porque además era la primera. Afortunadamente, yo sobreviví, la paciente también".
Lo que comenzó como necesidad se transformó en innovación. Victor implementó un programa sistemático: optimizar al paciente antes de cirugía, técnica quirúrgica meticulosa, y un detalle crucial que descubrió: reducir los laboratorios postoperatorios innecesarios.
"La enfermera saca una cantidad grande de sangre que no necesita y la bota en la basura. Eso hace al paciente anémico. Y eso todavía ocurre hoy, en 2025. Es un problema global", explicó.
Los resultados hablaron por sí solos: las tasas de transfusión bajaron de 70% a 6%. Victor adaptó su práctica completa para todos sus pacientes, demostrando que su formación como ingeniero mecánico le había dado una ventaja: la capacidad de cuestionar procesos establecidos y optimizarlos.
"Nada de esto hubiera existido sin mi esposa", reconoce. En esos años trabajaba prácticamente solo con gemelos recién nacidos y un niño de tres años en casa. "Es difícil hacer este tipo de trabajo sin apoyo familiar".
Actualmente, Victor busca posición como experto en PBM en Países Bajos, donde la OMS y la Unión Europea impulsan estos programas. Incorpora técnicas de aviación (CRM - Cockpit Resource Management) al quirófano, aplicando su mentalidad de ingeniero a la medicina.
"Lo que me enseñó Uninorte fue la capacidad de cuestionar lo establecido. Esta universidad ha crecido y tiene impacto global. Eso hace que los estudiantes puedan pensar: yo lo puedo hacer, yo puedo ir donde sea. No es solo visión Barranquilla, es visión global", aseguró.
Su consejo es directo: "Cultiven la capacidad de pensar críticamente y atrévanse a ser pioneros. La medicina avanza cuando cuestionamos lo que siempre se ha hecho y buscamos mejores formas de ayudar al paciente".
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