El mejor puntaje de las Saber 11 se convertirá en ingeniero industrial

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Carlos Gutiérrez durante la ceremonia de entrega de becas.

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18 ene 2017

Con un puntaje de 455 sobre 500 en las pruebas Saber 11, Carlos Alonso Gutiérrez Rincón, de 16 años, se convirtió en el mejor bachiller del Atlántico y beneficiario de la beca Talento Promigas para estudiar Ingeniería Industrial en Uninorte.

Pero por poco se queda sin esta gran oportunidad, porque en medio de su ceremonia de grado del colegio Sagrado Corazón lo llamaron para decirle que le faltaba una evaluación necesaria para aplicar a la beca. “Me tuve que ir pero por fortuna ya me habían dado el diploma”, confiesa el joven entre risas, ya con la tranquilidad de ser uno de los once becados por Promigas.

Desde pequeño Carlos demostró interés en el estudio. Su madre, Indira Rincón, recuerda que en su infancia llegaba del colegio directamente a hacer sus tareas con entusiasmo, mientras que su padre sostiene con orgullo que desde casa siempre lo han alentado.

“Es una educación que viene desde casa. Desde que estaba muy chiquito le enseñamos la disciplina de asistir al colegio y cumplir con sus responsabilidades, que eso debía primar por encima del deseo de irse a jugar”, contó Carlos Gutiérrez padre, momentos antes de la Ceremonia de Entrega de Becas Institucionales el 17 de enero. 

El sentimiento que comparte esta familia es de orgullo. “No todo el mundo tiene el privilegio de estudiar en la mejor universidad de la costa y una de las mejores del país. Me siento muy contento porque esto es un premio al trabajo, al esfuerzo y a la preparación para las Pruebas Saber 11 y a lo largo de toda mi vida académica”, sostuvo el joven Carlos, con lo que concuerdan sus padres.

“Ver uno que su hijo es aplicado y va labrándose un futuro seguro le llena a uno de mucho orgullo”, expresó su padre, mientras que su madre considera la beca un sueño hecho realidad. “Siempre soñamos con esto desde que le veíamos el perfil durante su etapa de colegio. Estábamos confiados y era nuestra esperanza. Cuando sacó ese puntaje lloramos, lo recuerdo y aún me emociono”, añadió la señora Indira.

El 7 de diciembre recibieron la noticia de la beca (que incluye el total de la matrícula del pregrado y de idiomas durante toda la carrera) y desde entonces Carlos tiene los ojos puestos en lo que vendrá. “Espero mantener promedios parecidos o mejores que los del colegio, quiero seguir demostrando por qué fui uno de los beneficiarios de la beca”, comentó sobre sus expectativas, y añadió que le emociona el marco cultural que ofrece Uninorte, pues sabe que así no solo se convertirá en un buen ingeniero, sino que aprenderá de cultura, música, cine y baile, entre muchas otras cosas.

Sus padres, por su parte, sienten felicidad al ver a su hijo mayor tomar este camino, y esperan que el hermano y la hermana menores de Carlos sigan sus pasos. “Desde ahora le estamos inculcando que se trace una meta y que lo más importante no es lograrla sino tenerla para saber que se esfuerza por algo. Si no la consigue, debe quedarle la tranquilidad de que se esforzó al máximo por ella”, comentó su padre, egresado del programa de Ingeniería Mecánica de Uninorte.

A aquellos jóvenes que cursan sus últimos años de colegio, Carlos les aconseja que se esfuercen, pues “las becas son un reconocimiento al esfuerzo académico”, pero que esto no significa dejar de estar con amigos. “Yo no me cerré a lo que corresponde a la vida social, pero cuando me dedicaba a estudiar era totalmente a estudiar. Hay que aprovechar el tiempo y aprender a analizar”, finalizó el joven.

Por Melissa Zuleta Bandera

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