Galeón San José, ¿un tesoro para rescatar o un bien cultural que debe preservarse hundido?

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Los expertos presentaron su posición al respecto de la posible extracción de los restos del Galeón San José y sus implicaciones.

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13 nov 2018

La extracción del Galeón San José ha despertado el interés de dirigentes, investigadores y juristas tanto de Colombia como de España, países que reclaman derechos sobre el tesoro hundido en la época colonial. Pero ellos no son los únicos que demandan, también la comunidad indígena Qhara Qhara, de Bolivia, y la empresa estadounidense de exploración submarina Sea Search Armada (SSA) dicen ser los dueños del oro, la  plata y demás elementos que puedan ser extraídos de la embarcación.

Sin embargo algunos científicos y expertos coinciden en que lo mejor es no extraerlo y mantener este naufragio como un patrimonio cultural sumergido, que puede ser estudiado desde el fondo del mar. Entre ellos Juan Guillermo Martin, director del Museo Arqueológico de Pueblos Karib (Mapuka); José Manuel Espinoza, especialista en Historia de la América Colonial; William Gómez, excapitán de la Armada y ahora profesor de Ingenierías de Uninorte; Antonio Rengifo, profesor de Derecho de la Universidad Nacional y especialista en derecho marítimo, y Roberto Lastra, abogado y especialista en temas de patrimonio cultural sumergido, quienes sostuvieron un conversatorio en Mapuka con la periodista Ángela Posada sobre el tema.

En un principio, la discusión giró en torno a la Ley 1675 de 2013 con la que se reglamentó el Patrimonio Cultural Sumergido en Colombia.  Según Martin, desde que se conoció que esta Ley regularía la posible extracción del Galeón, él y otro grupo de investigadores en el país se opusieron debido a que significaba un proyecto “que no es científico sino comercial”. Para el antropólogo lo único que se busca es obtener dinero, poniendo en venta parte de la carga del Galeón y cuyas ganancias estarían repartidas entre Colombia y la SSA.

No obstante, Rengifo explicó que eso no es tan simple. El experto en derecho internacional y de mar señaló que el país podría “meterse en líos mayúsculos” tan solo intentando sacar el Galeón, debido a que en la actualidad varias personas reclaman ser dueños de la carga. El docente cita, por ejemplo, el caso de los indígenas Qhara Qhara, quienes aseguran que el oro y la plata que hay en él fueron extraídos de las minas de Potosí, que en el siglo XVIII era territorio del Virreinato de Perú y en la actualidad pertenece a Bolivia y a su comunidad.

Además, destacó que la posición de España, al señalar que éste era un navío que salió con banderas de ese país del puerto de Cartagena, también debe ser tenida en cuenta. Para él, lo fundamental es llegar a un acuerdo de entendimiento entre Colombia y quienes reclamen derechos sobre el Galeón, porque de no hacerlo el caso podría escalar a instancias jurídicas internacionales y este es un tema muy nuevo y “casi sin precedentes”, sobre el cual no se sabe cómo podrían llegar a fallar los jueces.

En ese sentido, Gómez señaló que cabe cuestionarse “¿realmente necesitamos moverlo?”. Para él, si el objetivo final es la exploración científica de toda la historia que hay “encapsulada” en el Galeón, el Gobierno podría acceder a él a través de un trabajo interdisciplinar, teniendo en cuenta aspectos jurídicos, históricos, arqueológicos, oceanográficos y técnicos que garanticen el respeto al patrimonio cultural.

El excapitán, quien antes de retirarse de la Armada dirigió una de las expediciones que estuvo sobre el Galeón y recolectó datos oceanográficos que sitúan el buque a más de 600 metros de profundidad en aguas marítimas de Colombia, destacó que esta y otras condiciones del naufragio como la falta de oxígeno y la presión que ejerce el agua han influido además en la conservación casi perfecta de muchos de los elementos que hoy yacen en el fondo del mar.

Según Espinosa, este es un punto importante porque si bien éste es solo uno de los 91 naufragios que se tienen registrados en aguas territoriales del país, aunque podrían ser muchos más, el Galeón contiene elementos históricos del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII que pueden explicar muchas cosas al respecto de temas como el comercio, la política, la religión, las rutas marítimas y las relaciones de clases en la época.

Para el investigador la relevancia de este naufragio es que era el buque más grande de su tiempo, encargado de cubrir la Carrera de Indias, que era la ruta seguida por los navíos para llevar mercancía desde España a las colonias en América y traer de regreso las ganancias y los impuestos para el rey. Entonces, señaló Espinosa, al hundirse seguramente venían en él personas que hacían la ruta por única vez en la vida como comerciantes o diplomáticos importantes, o indígenas e inclusive hasta polizones, lo que plantea entonces la pregunta, ¿qué llevaba cada uno y cuánta historia puede contener este barco?

En la actualidad, el Gobierno aún estudia la licitación de la Alianza Público Privada encargada de extraer el Galeón del fondo del mar. La adjudicación de este contrato que se ha prorrogado en tres ocasiones espera ser entregada finalmente el 10 de febrero de 2019. Según Lastra, el gran problema del proyecto de extracción es que pone en peligro “esa cápsula del tiempo”, que resulta el navío. 

Para él, lo planteado por SSA y el Gobierno, de que existe la posibilidad de extraer en seis meses todo lo sumergido, es casi imposible sin afectar directamente el valor histórico y de estudio que contiene el Galeón. Al respecto, Gómez señaló que el país sí cuenta con la tecnología para hacer una exploración e investigación interdisciplinar con fines culturales, pero que el Gobierno insiste en la necesidad de extraer el Galeón debido al alto valor comercial de los elementos que hay dentro de él, sin considerar su valor histórico.

Posada señaló que realizar una exploración científica y una explotación comercial de este naufragio es una opción viable que podría considerarse de la misma manera en la que se piensa, por ejemplo, hacer turismo lunar próximamente. La periodista radicada en Miami destacó que en esta ciudad actualmente se alquilan submarinos para investigadores que deseen realizar expediciones al fondo del mar y que quizá, en algunos años, esto podría hacerse a nivel turístico sin afectar de ese modo el material histórico y arqueológico que esconden este tipo de naufragios. 

Por Edwin Caicedo Ucros

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