La importancia de restaurar la salud mental en poblaciones víctimas del conflicto

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Ivonne Zabala, psicóloga de la organización Médicos Sin Fronteras.

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30 sep 2016

Entre los diferentes retos que el escenario de posconflicto plantea, está el de cómo garantizar la salud mental y emocional de víctimas y excombatientes para que puedan desarrollarse adecuadamente y convivir en sociedad. Para exponer los desafíos y aprendizajes que este proceso conlleva, el jueves, 29 de septiembre, en el marco de la VII Jornada de Actualización en Psicología, se realizó la conferencia Atención en salud mental y dinámicas del posconflicto en Colombia.

El evento contó con la participación de Ivonne Zabala, psicóloga de Médicos Sin Fronteras, ONG de ayuda humanitaria internacional que tiene presencia activa en Colombia. Para iniciar su intervención, la profesional describió sus experiencias en otras naciones en conflicto, como Palestina, India, Turquía y Sudan, e insistió en la importancia de entender cómo la salud mental de las personas es afectada cuando son expuestas a episodios de violencia, y cómo estos padecimientos pueden continuar incidiendo en sus vidas. 

“El conflicto armado no solo representa un factor de riesgo en sí mismo para la salud mental de las personas expuestas a él, sino que además genera condiciones de las que emergen otros factores de riesgo que adicionalmente contribuyen al deterioro del bienestar”, señaló Zabala.

La psicóloga reveló que la organización Médicos Sin Fronteras ha brindado atención clínica en diferentes zonas de Cauca, Tumaco, Putumayo, Buenaventura, Valle del Cauca y Caquetá, y que en lo que va corrido del año han atendido las necesidades de salud mental de 1377 pacientes, quienes han vivido los estragos del conflicto en estos territorios, tales como desplazamiento forzado, confinamiento, amenazas, atestiguar homicidios o desapariciones, entre otros.

A estas personas afectadas también les han brindado psicoeducación y apoyo emocional para ayudarlas a superar síntomas como depresión, ansiedad, trastornos de estrés agudo y otros padecimientos que han desarrollado como consecuencia de experiencias traumáticas en el marco de la guerra.

Zabala explicó que en cada municipio al que la organización llega, se tienen en cuenta las características sociales y geográficas, para brindar una atención contextualizada a los pacientes; así mismo se verifica que tengan un mínimo de necesidades básicas satisfechas antes de poder brindarles apoyo en salud mental.

“En atención psicosocial, es importante ayudarle a entender a la gente su entorno y lo que está sucediendo con ellos, porque a veces ellos no saben qué es lo que les está pasando. Es importante en estos contextos de emergencia demostrarles a las personas que la rabia, el miedo, la incertidumbre o los temblores, son reacciones normales ante situaciones anormales, es darles una normalización de síntomas”, afirmó Zabala y recordó que la atención en salud mental debe siempre brindarse desde una perspectiva humana para entablar cercanía con la población tratada.

Antes de finalizar, la experta dio una serie de recomendaciones para los futuros psicólogos que brindarían atención en salud mental en un escenario de posconflicto. Entre ellas destacó el desarrollar estrategias creativas e innovadoras para llegar a comunidades apartadas y de difícil acceso, tales como programas radiales en los que se pueda difundir la psicoeducación y se expliquen síntomas y traumas que estas poblaciones pueden estar padeciendo.

A su vez resaltó la importancia de que los profesionales en psicología aporten con estrategias para que los desmovilizados puedan resignificar su nueva cotidianidad, ya que en el proceso de integración a la vida civil aparecerán situaciones o elementos a los que tendrán que adaptarse.

También reiteró la necesidad de vincular la salud mental con la salud pública, para que esta se visibilice y sus efectos en el desarrollo de las personas puedan ser reconocidos y atendidos. 

Por María Margarita Mendoza

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