Los retos y dilemas éticos que plantea el virus del zika en el embarazo
Según datos recientes del Instituto Nacional de Salud, en el país se han notificado 11.400 casos de mujeres embarazadas infectadas con el virus del Zika; de estos, 1.186 casos han sido reportados como positivos gracias a exámenes clínicos realizados por expertos entre los cuatro y siete días posteriores a que la mujer presenta los síntomas.
Estas cifras resultan inquietantes, debido a las sospechas que la comunidad médica y científica tiene acerca de la relación entre el zika y las alteraciones neurológicas del feto en etapa de desarrollo. Las cuales se asocian con patologías que van desde la microcefalia, hasta el Síndrome de Guillain-Barré.
Es por esto que en la mañana del pasado miércoles, un grupo de expertos en el tema se reunió en el Auditorio de la Universidad del Norte, con el fin de participar de un conversatorio que buscó informar a estudiantes y docentes sobre las implicaciones, retos y potenciales riesgos que el zika puede traer para las mujeres embarazadas.
Así mismo el evento ofreció un espacio de discusión en el que los presentes expresaron sus opiniones acerca de cómo abordar, desde el punto de vista ético, los caso de madres que esperan niños con patologías causadas por el virus del Zika.
Este conversatorio inició con la intervención del médico neonatólogo Hernando Baquero, quien dio el ejemplo de Brasil, país en donde se ha demostrado que en ciertos casos el virus está relacionado con la aparición de complicaciones neurológicas en los fetos. Evidencia de esto es que hasta el mes de marzo pasado se reportaron en Brasil 950 casos de niños que nacieron con microcefalia; esta fue asociada a que sus madres contrajeron el zika mientras estaban embarazadas.
Ya que la microcefalia puede afectar las funciones motoras, sensitivas y cognitivas del feto, este podría llegar a tener ciertas limitaciones durante su desarrollo posterior. “Podrían ser niños con compromisos en la vista o la audición, o niños con patologías más severas que serían incompatibles con la vida”, señaló Baquero, quien es también Decano de la División de Ciencias de la Salud y miembro del Comité de Ética de la Universidad del Norte.
Ante esto, el profesor y médico genetista Carlos Silvera, explicó que al ser este un virus nuevo, su asociación directa con la microcefalia debe ser estudiada en cada caso; ya que existen diversas causas para que esta patología se dé. “Puede ser causada por otros síndromes genéticos o microorganismos que también la producen”, declaró.
Dilemas éticos tras el zika
Durante el evento también hubo espacio para la discusión y reflexión sobre qué se podría hacer en Colombia si los 1186 casos de mujeres embarazadas con el virus del zika se convirtieran en potenciales casos de bebés que nacieran con microcefalia u otras enfermedades que afectaran su visión, audición o normal desarrollo cognitivo.
El debate se centró en el hecho de que aunque en el país el aborto es legal, cuando se sabe por diagnóstico médico que el feto presenta malformaciones que no son compatibles con la vida, la microcefalia no se encuentra contemplada por la ley como una de estas patologías por las cuales se puede interrumpir voluntariamente un embarazo.
Es por esto el médico Hernando Baquero resaltó la importancia de que los profesionales de la salud empiecen a ser multiplicadores de la información que se tiene disponible sobre el tema para que las futuras madres conozcan en detalle su situación. También habló de la importancia de que en Colombia se comience a legislar ante estos casos.
“Si no nos preparamos como país para enfrentar esta situación nos veremos avocados a intervenir caso por caso sin tener claras las políticas de cómo proceder y seguir un buen protocolo desde el punto de vista bioético que nos dé la tranquilidad de haber hecho lo mejor por el paciente y por la mamá”, manifestó Baquero.
Por su parte, la enfermera y docente Gloria Visbal, quien posee una maestría en Bioética, explicó que ya que en el marco legal existen ciertas condiciones establecidas, en estos casos lo mejor es que los médicos ofrezcan información pertinente a las gestantes para que estas tomen una decisión por ellas mismas.
“Desde el punto de vista ético el mecanismo es informar, que la madre sepa cuáles son las condiciones de vida de un niño con microcefalia, cuál es la condición para la familia y cuál es el apoyo que tendrán desde el sistema de salud”.
Refiriéndose a eso, la subsecretaria de Salud Publica de Barraquilla, Eloina Goenaga, hizo énfasis en que ante este tipo de diagnósticos, los servicios de salud podrían ofrecer servicios de orientación a los padres. “Es importante mantener estrategias de acompañamiento permanentes a las gestantes para disminuir el impacto emocional y social que se causaría en la familia”, apuntó.
Por María Margarita Mendoza
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