Rabia, miedo y tristeza, ¿cómo la expresan los jóvenes?

Si confías en tu mejor amigo (a), le dices un secreto y este lo cuenta a todo el mundo, ¿cómo reaccionarías?. Sobre esto investigan un grupo de psicólogos de Uninorte, en convenio con la Universidad de Bordeaux, para analizar cómo el contexto cultural y socioeconómico tiene incidencia en el manejo de emociones en adolescentes.

Los avances de la investigación fueron presentados en la X Jornada de Actualización en Psicología, que se llevó a cabo el 25 y 26 de septiembre en el Auditorio de la Universidad del Norte. Dayana Restrepo, aspirante al doctorado en Psicología de Uninorte, presentó algunos detalles.

Para el estudio se realizaron evaluaciones en las que los participantes podían demostrar cómo expresan esas emociones en tres variables: inhibición (no expresar la emoción), afrontamiento (expresarla de manera constructiva con el otro) y expresión desregulada (comportamientos impulsivos o desmesurados ante la emoción). Además de una escala para medir la intensidad con la que sienten estas emociones.

Los resultados señalan que en un contexto socioeconómico bajo, la rabia, tristeza y miedo tienden a ser inhibidas por los adolescentes y en algunos casos son afrontadas de manera controlada. “Fenómeno que puede estar asociado al contexto familiar y sus costumbres con la crianza de los hijos”, señaló Restrepo, sobre los resultados.

Sin embargo, en un contexto socioeconómico medio/alto los jóvenes muestran grandes niveles de intensidad sobre estas tres emociones, aunque la mayoría la expresen a través del afrontamiento.

La diferencia a nivel de género también se ajusta a los estereotipos presentes en nuestra sociedad, mientras en las mujeres existe mayor inhibición de la rabia, en los hombres hay mayor inhibición de la tristeza. “Crecemos rodeados de expresiones como: ‘qué fea una niña enojada o qué mal un hombre triste’, que condicionan la expresión de los adolescentes”, explicó Dayana Restrepo.

En el contexto económico bajo existe mayor inhibición a la rabia por parte de los hombres y en las mujeres se encontró una desregulación en el manejo de la rabia y la tristeza.

¿Cómo influye nuestra cultura en ese comportamiento? Para Dayana la respuesta se puede hallar en el contexto de región en el que nos desenvolvemos. “Nuestro país, y más aún nuestra ciudad, ejerce cierta predisposición hacia la alegría, es la aceptada socialmente y nos cuesta comprender y asumir otras emociones como parte de la cotidianidad”, explicó Restrepo.

La investigación continuará su curso, profundizando en el tema de la autorregulación, ya que no hay mucha información a nivel de Latinoamérica y son datos que ayudan en el quehacer de los profesionales de la salud mental.

Otros temas desarrollados fueron autorregulación y dolor crónico, estilos parentales y su incidencia en la regulación emocional de los jóvenes, entre otros. Hoy continuará la agenda en el auditorio, con entrada libre.

En la instalación de la jornada, el decano de Humanidades y Ciencias Sociales, Alberto De Castro, invitó a “no descontextualizar este tema del momento y el espacio en el que estamos, a nivel sociocultural”. Para él, hoy la ira y la rabia se han convertido en las primeras emociones reactivas que tienen los ciudadanos para proteger su dignidad, cuando debería ser la última.

"Regulación emocional y salud mental", fue el tema central de esta X Jornada, por ser fundamental en el desarrollo individual y en la interacción social, ya que el curso del desarrollo en la infancia y el logro de una adultez sana y productiva se basa en parte en un adecuado manejo de nuestras emociones, que nos permita generar conductas adaptativas frente a las demandas y dificultades que afrontamos en el curso de nuestras vidas. 

El evento fue coordinado por el profesor Luis Felipe Zapata y contó con invitados nacionales e internacionales. 

Por Omar David Alvarez