Un francés y un chileno le dan contexto a la literatura de inmigrantes

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Stéphane Chaumet y Januario Espinosa durante la charla.

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28 mar 2017

“No están aquí para reír”, advirtió Stéphane Chaumet antes de iniciar la lectura de un fragmento de Aun para no vencer, su último libro, publicado en español por la editorial Vaso Roto. La violencia, la crudeza y la desesperanza que deja la guerra en sus protagonistas —directos o indirectos— es el reflejo que hace el autor en esta confesión familiar.

En conversación con el chileno Januario Espinosa, el francés dio detalles de su producción creativa en el Festival de Literatura de la XX Cátedra Europa, realizada del 27 al 31 de marzo en la Universidad del Norte. El libro comienza con la descripción —tan gráfica como lo dejan las letras— de una tortura a un hombre.

Así, rudo y real, se enlazan las historias en tres episodios: un hombre que participó en la guerra de Argelia, un abogado de origen argelino que descubre que su padre ayudó a la policía francesa y una adolescente secuestrada y esclavizada por islamistas; contó Chaumet sobre la obra que más adelante fue adaptada al teatro por Elodie Chanut.

“Él es el autor ideal para nosotros (inmigrantes)”, comentó Espinosa. Y es que el escritor y poeta francés ha vivido en Estados Unidos, China, Siria y México. “No es que me vaya para buscar inspiración para un libro. Me voy aburrido de estar en el mismo lugar, y las historias llegan sin buscarlas”, explicó Chaumet. Muy diferente al camino del chileno.

En julio de 1977, en medio de la dictadura de Augusto Pinochet, Espinosa tuvo que asilarse en Francia con su esposa y sus dos hijos. “Como muchos en esa época, nos fuimos pensando en volver. Pero no pudimos”, afirmó. Llegó al país europeo sin hablar su idioma, a hacer un curso de computación. Solo 15 años después de su arribo obtuvo la nacionalidad francesa.

Sin embargo, el lenguaje no fue obstáculo para inmiscuirse en el ámbito cultural, en el que se concedió la tarea de visibilizar la realidad de América Latina, particularmente su literatura, música y artes plásticas. “Quería destacar la labor de autores latinoamericanos, fuera de ese realismo mágico en el que Francia siempre quiso encasillar a todos los escritores”, expresó.

Fue entonces cuando fundó la revista Espaces Latinos, que hoy tiene 35 años de existencia, y el centro cultural Nouveaux Espaces Latinos, en la ciudad de Lyon. Además de la elaboración de varios festivales de literaturas y de filmes documentales.

En esos encuentros interculturales fue donde se conocieron Espinosa y Chaumet; quienes, el primero con el objetivo marcado y el segundo sin querer, se convirtieron en una especie de mediadores entre la cultura latinoamericana y francesa.

Ahora, la próxima misión de Chaumet es en Colombia. Realiza una investigación en el interior de las cárceles de mujeres en el país, cuyas realidades –dice- están ligadas al conflicto armado que empañó de rojo más de 50 años de historia nacional. “Según lo que he observado hasta el momento, es un microcosmo de la sociedad colombiana, las internas reproducen esa vida de afuera”.

“Con respecto a la guerra todavía hay muchos tabús. Aunque se ha hablado mucho sobre el conflicto, creo que hay muchas cosas por decir. Y estoy evaluando cómo desde la literatura se pueden tocar esos temas y de qué forma se deben reproducir; siempre desde lo humano que es mi interés. No sé si al final saldrá un libro, pero si lo hago será una novela de no ficción”, concluye Chaumet.

Por Adriana Chica.

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