Una mirada semiótica a 'El ahogado más hermoso del mundo'

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Miguel Iriarte durante la charla que hizo parte de Mapukeando.

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27 mar 2017

En el año 68, justo después del boom que causó Cien años de soledad, Gabriel García Márquez escribió El ahogado más hermoso del mundo, cuento que, como muchas de sus obras, encierra significados que van mucho más allá de la literalidad.

El pasado 24 de marzo, Miguel Iriarte, profesor de Semiótica y Comunicación, dio la charla El ahogado más desnudo del mundo, en la que expuso una lectura semiótica de la relación entre el relato y su contexto.

El conversatorio se realizó en la sala de exposiciones temporales del museo Mapuka, en donde se encuentra exhibida una serie de 15 fotografías inspiradas en el cuento, que el fotógrafo Hernán Díaz tomó para acompañar la publicación de una edición especial. A lo largo de la charla Iriarte fue relacionando la literatura con dichas imágenes.

Según el profesor, este cuento tiene para Gabo una significación especial. No por nada pidió él mismo a Díaz, quien también era su gran amigo, que hiciera la serie de fotografías.

“Es curioso porque García Márquez nunca quiso que Cien años de soledad fuera llevada al cine. Anthony Quinn le ofreció un millón de dólares para ser José Arcadio Buendía. Pero para Gabo ponerle un rostro reconocible a Remedios la Bella era quitarle el misterio, porque cada cual se imagina su personaje”, expresó.

El ahogado más hermoso del mundo cuenta la historia del cuerpo de un ahogado que es encontrado en las playas de un pueblo precario con muy pocos habitantes. Esto se convierte entonces en un hecho excepcional que cambia la vida de dicha población.

“Este muerto llega a resucitar a otro muerto que es el pueblo. Les infunde vida y a la vez revive él”, manifestó Iriarte. Para él, el cuento en sí tiene una cantidad de claves secretas de las que se pueden sacar interpretaciones.

“En eso consiste finalmente la comunicación artística: alguien encuentra algo en lo que el artista probablemente sabe que dice, o quizá no dice. El misterio de la creación está en hacer posible cosas que ni siquiera el propio autor es capaz de explicar”, expresó.

Sobre las fotografías hechas por Díaz, el docente afirma que, según su juicio, no son en modo alguno una ilustración del cuento sino más bien una especie de nuevo relato, una recreación.

“La plenitud de ese misterio del cuento de alguna forma se logra con esta exposición”, dijo, y añadió que si bien las situaciones que muestran las fotos no son las situaciones del relato, se pueden ver entre los dos algunas conexiones.

“El cuento es el relato de una exposición. Lo que ven los niños (quienes fueron los primeros en encontrar al ahogado) es una instalación en la playa. Le han regalado una obra de arte al pueblo”, puntualizó.

El docente afirma entonces que la serie de fotografías son una exposición de una exposición.

Por Oriana Lewis 

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