La historia de la sociedad contada a través de las columnas

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La exposición fotográfica se encuentra instalada en el vestíbulo del bloque G.

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12 may 2017

Una columna, como parte fundamental de una estructura, se compone de tres partes: basa, que tiene como fin servir de punto de apoyo; fuste, que descansa sobre la basa y sostiene la columna, y, por último, en la parte superior se encuentra el capitel, que más allá de ser un elemento decorativo de la columna, trasmite las cargas hasta el resto de la estructura.

Desde las primeras civilizaciones, el capitel fue utilizado como medio para expresar los ideales de las distintas culturas de un momento de la historia en específico, convirtiéndose así la columna no solo en el eje estructural de una construcción, sino en pieza clave de la arquitectura para demostrar la monumentalidad y la ideología de una sociedad.

Como antesala de la III Exposición de fotografías y documentales Columnas y Capiteles en el Caribe Colombiano, realizada por estudiantes de primer y segundo semestre de Arquitectura en el marco de la cátedra Símbolos y Significados de la Arquitectura a cargo del docente José Gregorio Durán, se realizó el 10 de mayo la conferencia La Arquitectura como arte que contó con la participación de Roxana Llanos, docente investigadora de Uninorte; Fabián Amaya, fundador y director del Departamento de Arquitectura, y del reconocido arquitecto barranquillero Roberto Acosta Madiedo.

De acuerdo con Llanos, quien realizó un recorrido por la historia del uso de estos elementos en diferentes épocas, para la estética y la ornamentación de las construcciones arquitectónicas, la columna, y en especial el capitel, desde las antiguas civilizaciones se usó para representar figuras y formas que plasmaran los ideales religiosos, políticos y sociales de una sociedad, como en el caso de los toros alados en la cima de grandes estructuras en Asiria, Mesopotamia, y de lotos en Egipto, la cual era considerada como una planta sagrada para las antiguas civilizaciones.

“Nosotros podemos leer estructuralmente los distintos periodos de una ciudad o de una cultura gracias a los componentes presentes en una columna ya que estos elementos se vuelven iconográficos”, afirmó la docente, quien resaltó que el capitel tuvo su apogeo en la iconografía de la época medieval, tiempo en el que la iglesia lo utilizó como medio para representar hechos de las sagradas escrituras ya que la mayoría de la población era analfabeta.

“El capitel se convirtió en la biblia esculpida en piedra, porque incluso se tallaron pasajes bíblicos completos, esto dio pie para que actualmente se les consideren como capiteles iconográficos”, comentó.

El uso estético del capitel y de las construcciones arquitectónicas en general, se ha convertido en uno de los más grandes debates para la teoría de la arquitectura, ya que se tiende a considerar que las actividades de gran funcionalidad (como la arquitectura misma, el diseño industrial y el gráfico), por primar lo funcional sobre la estética, no se pueden considerar como arte.

Amaya, quien cuenta con un máster en diseño arquitectónico de la Universidad Darmstadt de Alemania, se considera un defensor del factor estético en la arquitectura. Factor que, según el también docente, ayuda a reforzar el uso de la arquitectura como un medio de información y divulgación de cultura y valores.

“El factor estético es de principal importancia, porque en el caso de la arquitectura se pueden transmitir y comunicar muchos significados, así como el reflejo histórico de la cultura de un determinado pueblo”, expresó.

La singular arquitectura barranquillera

La arquitectura barranquilla es singular; así lo expresó Llanos al referirse a los diversos movimientos arquitectónicos que han tenido eco en esta ciudad del Atlántico. En el barrio El Prado e incluso en el Centro Histórico se pueden encontrar hasta el día de hoy, y a pesar del abandono estatal y comunitario, construcciones con referentes de capiteles neorrenacentistas, neoclásicos y neobarrocos, influencias que han sido estudiadas por docentes y estudiantes de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño.

“En los capiteles de las casas y espacios construidos durante esa época en Barranquilla encontramos un cambio significativo de escala y en el lenguaje de las formas, es por esto que, por ejemplo, aunque se intenta hacer una admiración a las hojas de acanto o de laurel, no terminan siendo ni lo uno ni lo otro, sino una mezcla un poco barranquillera”, afirmó Llanos, asegurando que hasta el momento no se ha encontrado el uso de flora autóctona en estas construcciones declaradas patrimonio arquitectónico, como sí ha sucedió en ciudades de México y Perú, en donde los artesanos plasmaron vegetación nativa como hojas de cacao y maíz.

El modernismo en Barranquilla

Las primeras construcciones modernas en Barranquilla, en las que las columnas se depuraron y desvistieron de cualquier tipo de ornamento, estuvieron precedidas por algunas edificaciones de estilos art nouveau y art deco, como el Hotel Caribe de Cartagena, diseñado por el maestro cubano José Carrerá y considerado como una joya de la arquitectura tropical: con estos movimientos las figuras antro, fito y zoomórficas son reemplazadas por formas geométricas como los zigzags.

Para el arquitecto y precursor del modernismo en la costa caribe colombiana, Roberto Acosta Madiedo, las influencias de los arquitectos Le Corbusier, Niemayer y Frank Lloy Wright, famoso por su casa de la cascada, están presentes en las obras arquitectónicas modernas que aún se conservan en la ciudad como la sinagoga Bet El, en la que las columnas por su simplicidad, sencillez y sobriedad, se hicieron parte integral de la estructura.

“En el caso de la Bet El, las cuatro parábolas se confundieron y terminan en el cuarto soporte de la sinagoga, por eso es una lástima que la sinagoga haya sido cubierta con algunas estructuras verticales que por razones de seguridad le quitaron gran parte de la belleza de la estructura”, comentó el arquitecto.

Finalizado el conversatorio, se reunieron en el lobby del edificio de posgrados, estudiantes, profesores y padres de familia para observar la exposición fotográfica que realizaron los estudiantes en diferentes ciudades de la región Caribe como Barranquilla, Cartagena y Santa Marta, en búsqueda de la representación histórica que se quiso transmitir con las columnas de las diferentes estructuras construidas a lo largo de los años.

Por Luis Navas Cohen

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