Carolina Gómez y su compromiso con la defensa de los derechos humanos

La egresada del programa de Derecho asumió su nuevo cargo como defensora regional del Atlántico en la Defensoría del Pueblo, con una sólida vocación por la transformación social.

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La egresada Carolina Gómez Urueta.

Por: José Luis Rodríguez R.

29 may 2025

Abogada penalista, especialista en políticas públicas y hoy defensora regional del Atlántico en la Defensoría del Pueblo, Carolina Gómez Urueta, de 30 años, egresada del pregrado de Derecho y de la Especialización en Derecho Penal, personifica la fuerza transformadora de la educación y la vocación de servicio.

Originaria de San Andrés Islas, Carolina se define a sí misma como una "defensora", una sola palabra que resume su esencia y propósito. Su formación académica, que incluye también una especialización en políticas públicas para la igualdad en América Latina y una maestría en Derecho (Uninorte) en curso, la ha preparado para enfrentar los desafíos de su nuevo rol.

"Para mí ser defensora de la regional atlántico significa tener la oportunidad de amplificar la voz de la sociedad civil, de los liderazgos sociales y de las comunidades frente a situaciones problemáticas que son responsabilidad del Estado", explica. Reconoce que este cargo implica "una gran responsabilidad a nivel personal y a nivel profesional porque tiene unos niveles de exigencia muy tangibles", pero encuentra la motivación en "esa esperanza y confianza que deposita la sociedad civil en el ministerio público".

Su trayectoria profesional la ha llevado a trabajar en la Corporación Caribe Afirmativo, la Universidad de la Costa, la Jurisdicción Especial para la Paz y, desde hace un poco más de un mes, la Defensoría del Pueblo. También ha participado activamente en el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, demostrando su compromiso con la defensa de los derechos humanos, particularmente en temas relacionados con la protesta social.


 

Entre sus funciones como defensora regional, Carolina destaca la promoción y divulgación de los derechos humanos, el acompañamiento a procesos sociales y comunitarios, la respuesta a las vulneraciones y la exigencia a las autoridades para prevenir violaciones, así como la promoción del acceso a la justicia en personas en situación de vulnerabilidad. Además, lidera un equipo de trabajo y busca mejorar la capacidad de escucha y atención a las necesidades de la sociedad civil.

“El día que me posesioné me devolví a Barranquilla y, tan pronto me bajé del avión y pasó la lluvia, me fui a hacer una visita en terreno de una comunidad que nos hizo el llamado en el barrio El Bosque, localidad suroccidente”, evoca, dando muestra de su compromiso vocacional.

Eligió el derecho como profesión porque lo considera "un vehículo para evitar la arbitrariedad" y promover el respeto por los derechos humanos. "Yo tengo una aversión natural a la arbitrariedad, el autoritarismo y el ejercicio irracional del poder", puntualiza.


 

La egresada destaca que la rigurosidad académica, el pensamiento crítico y la sensibilidad humana que adquirió en Uninorte han sido fundamentales en su formación, atesorando las enseñanzas de sus docentes de pregrado y de posgrado. 

"Tengo muy claro que el derecho no es la vida, el derecho es una parte importante en mi vida, pero que no podría sostenerse sin que yo me hubiese interesado por otros saberes", reflexiona Carolina. Su visión del derecho permea la complejidad de la realidad social y la necesidad de un enfoque multidisciplinario para abordar los desafíos que enfrenta la sociedad.

Con un consejo para los jóvenes que aspiran a seguir sus pasos, Carolina los insta a "buscar la materialidad del derecho, buscar hacer de esto algo que pueda ser práctico para transformar la realidad social, que no idealicen el derecho ni al Estado, que lo entiendan, lo comprendan, y que vale la pena si estás adentro luchar por el respeto de la garantía de los derechos. Si estás afuera, exigirlos y denunciar las violaciones". 

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