Cierre de las escuelas, una necesidad que puede pasar factura a futuro

Según cifras de la Unesco, el cierre de escuelas afectó a más de 1500 millones de estudiantes y 63 millones de docentes en 191 países y más de la mitad de los alumnos (800 millones) no tienen acceso a la virtualidad y por ende a la educación. En la reciente edición de Diálogo de Desarrollo expertos analizaron la situación para Colombia si continúa la no presencialidad en las escuelas.

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El espacio organizado por la dirección de Extensión contó con la participación de Alberto Rodríguez, el rector Adolfo Meisel y José Aparicio.

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09 jul 2020

La pandemia por covid-19 ha creado varios escenarios inéditos para la civilización humana, pero uno de los más preocupantes de cara al futuro es la crisis en materia de educación que se vive simultáneamente a nivel global. Según cifras de la Unesco, el cierre de escuelas afectó a más de 1500 millones de estudiantes y 63 millones de docentes en 191 países y más de la mitad de los alumnos (800 millones) no tiene acceso a la virtualidad. 

En el marco de Diálogos de Desarrollo, programa de la Dirección de Extensión, se realizó el conversatorio Impactos globales de la educación frente a la covid-19, que contó con la participación de Alberto Rodríguez, director global de Estrategia y Operaciones del Banco Mundial; Adolfo Meisel, rector de la Universidad del Norte; y José Aparicio, decano del Instituto de Estudios en Educación (IESE), bajo la moderación de Paola Alcázar, directora de Extensión. 

Las cifras a nivel mundial son alarmantes. Se calcula que un estudiante que pierde cinco meses de asistencia a la educación puede tener una caída en sus retornos anuales de 872 dólares, que implica una caída en sus ingresos de alrededor de 16 000 dólares en su vida. Si se multiplica por número de estudiantes en el mundo, se está hablando de una caída de casi 10 trillones de dólares en los ingresos familiares de estos. 

El rector afirmó que este momento nos ha lanzado hacia una mayor globalización, que ha generado una gran cantidad de conocimiento libre, como conferencias con personalidades y expertos que están en todas partes del mundo. Esto potencializa el capital humano, para quienes tengan las condiciones de formación académica y manejo de idiomas, para sacar provecho de todo lo que está a disposición. Al tiempo es un riesgo, pues amplía las brechas para quienes no poseen estas capacidades. 

Rodríguez señaló que el impacto doble que existe por el cierre de las escuelas y la crisis económica en Colombia arrastran un mayor peso que en el caso de otros países, puesto que, desde antes de la pandemia, los pocos años de escolaridad y la falta de capital humano calificado son problemáticas que ya nos aquejaban. 

Se ha comprobado en diversos estudios que las vacaciones extendidas hacen que los estudiantes pierdan entre un 25 y 30 % de lo aprendido durante el año escolar. De acuerdo con Rodríguez, solo entre marzo y julio en el país habría una pérdida del 37 % del aprendizaje con el cierre total de escuelas. Hasta diciembre, esta pérdida ascendería a 75 %. 

Según las cifras del economista, en Colombia podríamos perder 112 000 estudiantes con el cierre total escolar hasta diciembre; con educación a distancia, 76 000; y con el cierre parcial de escuelas e implementación de un modelo híbrido, 53 000. 

En el paso al modelo virtual, el funcionario del Banco Mundial anotó que no basta con conectividad, también es necesario todo el apoyo académico y pedagógico que debe tener un niño para usar el computador y aprovechar la conectividad de una manera adecuada. 

Aparicio complementó que la enseñanza no es suficiente para producir el aprendizaje, y menos aún cuando se piensa que se vienen a aprender contenidos verbales, cuando en la educación básica y media una de las funciones esenciales de la escuela y la docencia es ayudar a desarrollar otras competencias actitudinales y procedimentales de aprender a pensar. 

Meisel expresó preocupación por la situación del Caribe colombiano, donde muchos niños, por falta de acceso a la tecnología, están básicamente de vacaciones, a la espera de la reapertura de los salones de clase. Añadió que la falta de priorización de la educación nos está pasando factura. Por ejemplo, una inversión en tablets o internet para niños es un pequeño porcentaje de los recientes megaproyectos de la región. A pesar de todo, “tenemos que ser resilientes y avanzar en medio de las dificultades”, finalizó. 

Por Leonardo Carvajalino

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