Concreto y arte: la importancia de las intervenciones en espacio público

Históricamente el arte en espacio público ha sido una experiencia que proporciona condiciones para la interacción y disfrute de intervenciones artísticas por parte de la ciudadanía. No solo contribuye a la resignificación y valoración de lugares y el reconocimiento de una ciudad como escenario cultural, sino que también fortalece los procesos de construcción de comunidad.

Pero ¿hasta dónde llega el rol del ciudadano a la hora de intervenir artísticamente un espacio público?, o ¿qué pasa con la memoria de la obra una vez culminada su exhibición? En el marco de la agenda del Mes Nacional del Patrimonio, el Centro Cultural Cayena organizó el 9 de septiembre un conversatorio con especialistas en arte público y arquitectura, para responder estas y otras preguntas acerca de la importancia del arte en espacio público como herramienta para generar cambio social.

Para Emma Anna, escritora, curadora y magíster en arte en el espacio público, los proyectos de artes visuales en Barranquilla permiten amplificar las voces de los artistas y la cultura, en medio de la difícil situación que afrontan los museos, generando “nuevas conexiones con el público”.

“Estamos en un momento clave para tener la discusión sobre cómo entra el arte en el espacio público en las políticas públicas. Hay una gran cantidad de artistas que están desarrollando obras de este tipo, como lo hace Emma, y eso no está identificado en ninguna parte como arte o dentro del patrimonio”, señaló Steefany González Teherán, gestora cultural y directora del colectivo Cubo Abierto, durante la charla transmitida por el canal de Youtube Uninorte Académico.

De acuerdo con Claudia Gelves Gil, arquitecta y funcionaria de la Secretaría de Cultura y Patrimonio de Barranquilla, la Alcaldía generó entre 2018 y 2020 tres nuevos escenarios para arte en espacio público: la concha acústica del Parque Metropolitano (600 m2), la concha acústica del Parque Almendra (1300 m2) y la concha acústica del Parque Sagrado Corazón (1620 m2).

Añadió que, dentro del Plan Estratégico de Cultura, se realizarán mesas de trabajo con artistas y la comunidad para el desarrollo de la política pública del régimen de espacio público, para articular e integrar la multiplicidad de acciones artísticas en la ciudad, y potencializar su impacto.

Dylan Altamiranda, artista plástico de la Universidad del Atlántico y estudiante de posgrado en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, Francia, argumentó que Barranquilla no tiene monumentos consolidados como hitos, por ejemplo, la Torre Eiffel de París, porque “la historia misma de la ciudad es la modernidad” y se construyó a partir de la diversidad de la gente. Por lo tanto, tiene una oportunidad: “puede elegir cómo recrear o presentar su memoria”.

“Como ciudad, puede elegir cómo recrear o presentar su memoria. No tenemos que pasar por un monumento neoclásico, para después volvernos modernos y después contemporáneos, por poner un ejemplo. Tenemos la oportunidad de crear nuestros imaginarios desde lo que somos”, indicó Altamiranda.

La programación del Mes Nacional del Patrimonio, gestionada por Flashin’ Design, está compuesta por 18 encuentros virtuales con invitados nacionales e internacionales, y cuenta con el apoyo de 20 instituciones entre universidades, colectivos y hacedores culturales. Uninorte se sumó a la iniciativa a través de la Escuela de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, la Biblioteca Karl C. Parrish Jr. y el Centro Cultural Cayena.

Por José Luis Rodríguez R.