Creación artística en la nueva propuesta educativa de Mapuka

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El nuevo portafolio de Mapuka incluye actividades para niños, jóvenes, adultos y adultos mayores.

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21 abr 2017

Entrar al museo Mapuka es viajar en el tiempo para recorrer las formas de vida de los habitantes del Caribe colombiano de los últimos 25 000 años. Piezas hechas en piedra, en cerámica y en arcilla componen parte de lo que fueron las expresiones artísticas de los antiguos pobladores, cuyas memorias reviven con cada recorrido al museo.

Con el propósito de llevar esta experiencia a públicos más amplios, Mapuka añade a su portafolio diez actividades nuevas dirigidas a niños, jóvenes y adultos, que le apuestan a la creación artística como herramienta educativa.

“Nuestro mayor objetivo es que Mapuka sea disfrutado por todas las comunidades que viven en la ciudad. Que sea considerado abierto para todo el mundo, incluyente y accesible”, manifestó Carla Baquero Castro, coordinadora educativa del museo.

Según expresa, uno de los aspectos que se quiere cambiar es esa idea generalizada que se suele tener en el país de que los museos son poco divertidos, limitados o aburridos. En cambio quiere que estos sean vistos como espacios para el deleite, la inspiración y los nuevos encuentros.

Teniendo en mente esta finalidad se diseñaron actividades como la construcción de petroglifos con distintos materiales, la creación de objetos en arcilla con el uso de técnicas de cerámicas e incluso la producción de ofrendas y de historias animadas. Cada una se realizará en forma de taller a grupos de entre 20 y 50 personas –según el caso–, luego del recorrido guiado por las instalaciones.

Para Baquero, en este proceso de cambio de percepción hacia el museo, los niños son clave. “Uno de los principales intereses que se tienen con el nuevo portafolio es el planteamiento de un área educativa en función de los públicos escolares, debido a que es desde los niños que se genera la formación de públicos en la ciudad a largo plazo”, explicó.

Otra de las actividades destacadas es el Taller de Tejidos en donde se involucra no solo a los niños sino también a sus abuelos, abuelas y otros familiares, para que se relacionen y formen vínculos entre ellos, en el marco del reconocimiento de la memoria ancestral del Caribe.

Así mismo, con cada actividad lo que se busca es generar nuevas conciencias alrededor de las herencias que hay en nuestra región. “Un ejemplo de esto es el taller Cartografías Emocionales, que va dirigido a comunidades que quieran indagar sobre el paisaje cultural del Caribe: el mar, la ciénaga, el río y las diferentes relaciones étnicas y de memorias que se han consolidado en este lugar en particular”, puntualiza Baquero.

Para complementar estos procesos de apropiación social del conocimiento también se resaltarán las investigaciones que se realizan desde la dirección del museo, especialmente las relacionadas con el paisaje cultural marítimo.

Por Oriana Lewis 

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