¿Cuál es la importancia y futuro de la antropología en el Caribe?

El antropólogo Weildler Guerra habló sobre la importancia de esta disciplina en Mapuka, en compañía del profesor Rafael Gassón.

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Weidler Guerra durante su presentación en Mapuka.

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02 sep 2019

En una región como el Caribe colombiano, que tradicionalmente se ha visto como una zona de profundas mixturas étnicas, Weildler Guerra, gerente del Centro Cultural del Banco de la República en la Isla de San Andrés, se pregunta hoy cuál ha sido el desarrollo local de la antropología y cómo se percibe la región, el país y la macrorregión Caribe desde esta disciplina.

“No siempre en el Caribe coexisten la noción de cultura y sociedad. La idea es cómo pensamos toda la región desde el Caribe mismo y por qué la región necesita de la antropología. Esta disciplina ha estado presente en Santa Marta, pero las grandes ciudades del Caribe como Cartagena y Barranquilla no han tenido una tradición antropológica. Han tenido figuras como Angulo Valdés, más hacia el campo de la arqueología”, señaló Guerra durante un conversatorio realizado el 30 de agosto en Mapuka, en compañía del profesor Rafael Gassón, del departamento de Historia y Ciencias Sociales.

“Por eso es importante este ejercicio, para saber por qué nos falta la antropología en el Caribe. Hay mucho por hacer. Si uno mira el estado del arte en materia etnográfica, con algunas excepciones como La Guajira, hacen falta estudios”, agregó el antropólogo de la Universidad de los Andes.

Guerra y Gassón analizaron a la región, cuyas sociedades son habitadas por culturas heterogéneas que suelen problematizar la idea de quién es el nativo. Pero el concepto Caribe parece universalizarse cuando el antropólogo guajiro advierte que “aquí un caribeño es un hindú en Trinidad, un judío en Curasao, un garifuna en Honduras, un indígena en Dominica o un raizal en San Andrés”. Todos son Caribe.

“En este momento, más que nunca, tenemos una gran necesidad de la antropología en el Caribe. Están ocurriendo una serie de cambios: aumento de la sociodiversidad, las actividades económicas primarias se están diversificando, mientras aumentan la migración, la pobreza y la violencia. Y nosotros no tenemos en la región el suficiente número de profesionales capacitados para enfrentar estos problemas”, enfatizó Gassón.

De acuerdo con los académicos, hoy la antropología es leída como una crónica, como algo del pasado, al tiempo que las ciencias sociales y naturales se están unificando. Sin embargo, un hecho crucial en la historia del país también marcó el desarrollo de la disciplina.


     El profesor Gassón y Weidler Guerra compartieron conceptos sobre la antropología.

“El conflicto armado colombiano afectó. Realmente, años atrás, muchos estudiantes prefirieron no salir a esas zonas fronterizas del país donde hay cultivos de coca. Se quedaron estudiando tribus urbanas, la antropología del cuerpo y ese tipo de cosas posmodernas, pero el país ha entrado hoy en unas condiciones claves para volver a recuperar la etnografía”, manifestó Guerra.

El antropólogo wayuu es uno de los miembros de la Misión de Sabios, conformada por el Gobierno, para definir la ruta futura del país en materia de ciencia, tecnología e innovación. Por eso el experto también habló el 29 de agosto en Mapuka sobre la categorización, identificación y las relaciones de los seres en la sociedad indígena de la Península de La Guajira.

“Hay una gran responsabilidad desde la academia de fortalecer esta disciplina. La Costa tiene un lugar destacado por la historia antropológica que tenemos y nuestras necesidades. La Uninorte está en una posición idónea, por lo tanto debemos no solo mirar el pasado cásico sino también el futuro”, puntualizó Gassón.

 

Por José Luis Rodríguez R.

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