El arte también es protagonista en el Congreso de Literatura

La búsqueda de uno mismo y del ser interno es la fuente de inspiración principal de Anna Lidia Vega Serova, escritora y artista cubana, quien presentó el 4 de septiembre su más reciente trabajo artístico EkibANNA: desarreglos flores, en el lobby del edificio Álvaro Jaramillo y el marco del V Congreso Internacional de Literatura. 

La autora de las novelas Noche de ronda (2001), y Ánima fatua (2007), y de cuentos como Limpiando ventanas y espejos (2001), nos trae desde Cuba una colección de 16 cuadros en estilo naif, que se caracteriza por el uso de colores brillantes y saturados y gran potencia expresiva. La artista confesó que este no siempre fue su estilo: en sus inicios, influenciados por la formación académica que recibió, trataba de retratar la realidad, hacer mucha naturaleza muerta y usaba colores tomados de la realidad.

“Un día descubrí que se puede jugar. El arte no tiene que ser tan limitado y encasillado, y me puse a jugar con los colores, con las formas y pintaba los cielos de amarillo y se volvió una búsqueda genuina, infantil y lúdica en mí misma; me pareció divertido”, mencionó Anna Lidia durante el lanzamiento de la exhibición EkibANNA, que proviene del arte japonés de los arreglos florares (ikebana), mezclado con su nombre: ANNA.

                    Anna Lidia Vega Serova, escritora y artista cubana.

Contó que hace 26 años estuvo en Barranquilla con otra exhibición y el volver fue una de sus motivaciones al pintar sus cuadros de acrílico sobre lienzo. Considera que sus cuadros ahora son más maduros y marcaron ese regreso que anhelaba. 

Junto a la escritora cubana estuvo la exhibición de arte de Carmen Viveros, profesora de Comunicación Social y Periodismo de Uninorte, en El cuadrado del tiempo y ELLAS. Un trabajo investigativo y creativo de tres años. Se trata de una serie de fotografías donde aborda las narraciones de cuatro mujeres colombianas que son hijas y nietas de líderes políticos asesinados en Colombia.

“Estas series fotográficas poseen ese espíritu autobiográfico, al tiempo que exploran la influencia que la subjetividad ejerce sobre nuestra manera de ver el mundo a través de la imagen, de adentrarnos en nuestra propia mirada, en una época en la que las imágenes se reproducen de manera artificial, indiscriminada y muchas veces violenta”, contó Viveros.

Por Hillary Hollmann