El medio ambiente exige un consumo de energía más responsable

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Profesores investigadores que participaron en el Café Tertulia.

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14 oct 2014

La energía es el recurso imprescindible del hombre moderno, pues es esencial para cualquier bien de consumo y por tanto mueve el desarrollo industrial y económico. Pero también es la causa de muchos de los problemas ambientales actuales, lo cual plantea la necesidad de cambiar las tendencias mundiales de consumo.

Según el informe del BP Statistical Review of World Energy, el crecimiento de la demanda energética mundial fue de un 2,3%. Se aceleró en 2013 aunque reflejó el débil crecimiento de la economía global y se mantuvo ligeramente por debajo de su promedio histórico. El consumo de las economías emergentes, como Colombia, aumentó un 3,1%.

Es decir, que las economías emergentes continúan dominando el crecimiento de la demanda energética mundial y sumaron el 80% del crecimiento durante el año pasado -2013- y casi el 100% durante la pasada década. Por eso, la séptima entrega de Café Tertulia, que se realizó el viernes 9 de octubre, un espacio de diálogo organizado por la Dirección de Investigación, Desarrollo e Innovación de Uninorte, con el objetivo fomentar la cultura científica entre los ciudadanos; tuvo como temática central "Consumo de energía: retos y tendencias".

"Desde el punto de vista de la física la energía es la capacidad de producir trabajo, y aterrizando ese concepto a nuestro quehacer diario y con un punto de vista más económico, la energía corresponde a todos los recursos naturales que durante el proceso de extracción y transformación son utilizados por el ser humano. Y según la  ley de conservación de la energía, la energía no se crea ni se destruye, sino que se transforma. Por lo que debe provenir de varias fuentes, que vienen siendo las tendencias actuales de consumo de energía", explicó Tomás Rada del Grupo de Investigación en Física Aplicada de Uninorte.

Precisamente, el actual modelo energético a nivel mundial está basado principalmente en el uso de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas. De estos, el petróleo, sin discusión, es el principal con el 32,9% del consumo energético global, como expone el informe del BP.

Ya nadie pone en duda el cambio climático, y por eso el panorama que exponen las anteriores cifras evidencia la importancia de examinar las repercusiones ambientales que conlleva el uso indiscriminado, irracional e ineficiente de la energía. Primero, porque los combustibles fósiles son recursos agotables; y segundo, porque producen emisiones contaminantes que están afectando la atmósfera y el clima del planeta.

"Hace poco en la Cubre del Cambio Climático que se realizó en Nueva York, los líderes mundiales estaban definiendo qué iba a suceder con este tema, y todos, desde el secretario de Naciones Unidas hasta nuestro Presidente, le apuestan que hasta el año 2050 el clima no debe aumentar más de 2 grados. Y sabemos que la temperatura global se está calculando en promedio con base a la cantidad de emisiones que generamos desde cada sectores, y uno de los que más impacta tiene es el sector eléctrico, porque la mayoría se hace quemando combustibles fósiles", expuso el ingeniero José Daniel Soto, del Grupo de Investigación en Sistemas Eléctricos de Potencia.

Para Antonio Bula, del Grupo de Investigación Uso Racional de la Energía y Preservación del Medio Ambiente, Urema, "uno de los principales problemas a los que nos estamos enfrentando en estos momentos radica en que aproximadamente el 60% de la población mundial habita en las zonas tropicales, que históricamente están ligadas a los menores niveles de desarrollo; pero últimamente son los países que están jalonando la economía a nivel mundial. Y si uno se pone a mirar lo primero que hace una personas cuando le va bien es comprarse un carro y un aire acondicionado".

Pero además, la reflexión debe ir dirigida a la necesidad de cambiar los hábitos de consumo de energía desde los hogares. Ello porque el mayor efecto en la menor utilización de la energía eléctrica se dio en el mercado regulado; es decir, en los hogares y comercios pequeños, donde el aumento en el consumo del servicio subió 4,7% en el periodo marzo-abril del presente año, según el estudio del BP.

Entonces, la pregunta que surge es ¿cómo puedo tener una condición de vida confortable pero que no tenga un efecto dañino frente al medio ambiente y esté al alcance de mi bolsillo? Los seres humanos tienen necesidades que siempre sobrepasan los recursos que tienen para satisfacerlas. Y lo cierto es que con pequeñas decisiones se puede aumentar la eficiencia de energía, ahorro de electricidad y dinero y sin necesidad de renunciar a las comodidades.

Para los investigadores de Uninorte todo va en la educación. "Debemos hacer una valoración frente al impacto que tienen nuestros comportamientos y conductas; qué tanto contribuyo a dañar o a mejorar el medio ambiente. La psicología nos ha demostrado que vivimos en un mundo esquizofrénico; es decir, un deber ser que nos dice tienes que comportarte de esta manera, pero unas prácticas de socialización que nos muestran lo contrario", expresó la psicóloga Marina Llanos, del Grupo de Investigación en Desarrollo Humano, Gidhum.

Por Adriana Chica 

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