El papel de las misiones pedagógicas alemanas en la educación colombiana

Hans Werner Huneke, rector de la Universidad de Heidelberg, habló sobre la influencia que tuvieron las tres misiones pedagógicas alemanas que llegaron a Colombia, a partir de 1870, en las políticas educativas nacionales.

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Hans Werner Huneke, rector de la Universidad de Heidelberg, durante su presentación en el Salón de Proyecciones.

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21 mar 2019

La influencia que tuvieron las misiones pedagógicas alemanas y sus educadores en las políticas educativas, prioridades gubernamentales y procesos de toma de decisiones en la educación en Colombia, a partir de 1870, se vieron reflejadas en la incursión en la ciencia, las finanzas, las artes y la educación. Así lo confirmó Hans Wemer Huneke, rector de la Universidad de Heidelberg, durante su conferencia en el Salón de Proyecciones.

El profesor de lingüística alemana y didáctica de la lengua reflexionó sobre el impacto de las tres misiones pedagógicas alemanas que llegaron a Colombia, entre 1870 y 1975, haciendo énfasis en los modelos pedagógicos, la creación de instituciones y en la visión de la formación pública de los colombianos a nivel educativo.

“Las tres fueron invitadas y contratadas. Hicieron parte de una circulación de ideas sobre educación a nivel global, pero no tuvieron un plan maestro”, puntualizó.

Las tres enmarcaron el horizonte educativo nacional. La primera misión pedagógica (1872 – 1878), establecida en el gobierno del general Eustorgio Salgar, generó resoluciones importantes como la obligatoriedad de la educación, la neutralidad de la religión en la educación, la obligación de que los docentes tuvieran formación profesional o la creación de una Escuela Normal para la formación de profesores. La Segunda (1924 – 1935), en el gobierno del general Pedro Nel Ospina, se enfocó en el carácter político de las ideas impartidas en la escuela y sugirió el cambio del rol de la mujer en la educación, incluyendo su formación académica en los grados de bachillerato. El propósito de la tercera (1965-1975) fue, en general, el de tecnificar la educación de la enseñanza básica primaria y capacitar al personal docente.

“Se enfocó en un problema cualitativo porque había una falta de materiales escolares y una cualificación baja de algunos maestros sin diploma, pero también cuantitativo porque había altos índices de deserción escolar y repitencia (23% en 1er grado)”, manifestó Wemer Huneke.

El legado de estas misiones no solo se quedó en reformas y modelos pedagógicos, sino que alzó instituciones educativas en algunas ciudades capitales del país, por ejemplo, el Colegio Alemán de Barranquilla en 1912, el de Bogotá en 1922, el de Cali en 1935 o el de Medellín en 1968.

 

Por José Luis Rodríguez R.

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