Empresarios reflexionan sobre los beneficios de innovar en sus procesos

Profesores de la división de Ingenierías organizaron un coloquio académico para que algunas de las empresas con las que han trabajado en proyectos de investigación divulgaran no solo los resultados, sino las experiencias y las dificultades que han tenido en el proceso.

“El espíritu del evento era dar a conocer que invertirle al desarrollo tecnológico, paga. Ganas un socio a la mano con el que lo puedes hacer, la universidad, y además hay un mecanismo que te facilita las cosas, el beneficio tributario”, contó el profesor Julián Arellana Ochoa, uno de los organizadores del evento denominado Beneficios tributarios por inversión en proyectos de ciencia, tecnología e innovación.

Representantes de Promigas, Cementera San Marcos, Monómeros, Aceites SA, Gases del Caribe, Colciencias y la ANDI se dieron cita el 16 de julio en el Salón 31K. “Hicimos una serie de paneles donde se exponían las experiencias que habían tenido las mismos representantes de las empresas con Uninorte y con este instrumento para financiar proyectos, cómo ha contribuido al desarrollo de su empresa y también la experiencia por parte de los profesores con la empresa y con los proyectos”, agregó Arellana, del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental.

Estos proyectos conjuntos entre empresas y la universidad funcionan en el marco de los beneficios tributarios que ofrece el Estado a quienes inviertan en proyectos de investigación, desarrollo e innovación, con equipos avalados por Colciencias. “Se deduce de renta, del cálculo de los impuestos, el 100 % de lo que invierta la empresa en el proyecto y adicionalmente se descuenta el 25 % de ese valor directamente del impuesto de renta”, explicó el profesor Diego Gómez Ceron, quien participó contando su experiencia con la agroquímica Dow AgroSciences.

“Nuestra industria regional está muy abocada a comprar soluciones, que no necesariamente resultan hechas a la medida de nuestra realidad social, cultural, ambiental. Entonces hay unos fenómenos a los que ellos se enfrentan, que es tropicalizar la tecnología y en ese proceso somos fundamentales para entender nuestro entorno, porque aquí es donde tenemos laboratorio, máquinas y personal calificado para desarrollar toda la tecnología necesaria para acoplar los procesos”, detalló Gómez sobre su experiencia.

La participación de la Universidad del Norte puede ser bajo dos modalidades: la de supervisión y la de coejecución. En la primera, el equipo de investigación sirve de apoyo a la empresa en sus procesos de actualización, mientras que en el segundo propone un proyecto para ejecutar. De acuerdo con los profesores, la universidad se encuentra más interesada en la segunda, puesto que “nuestro interés primario es aplicar nuestra ciencia en la industria”.

Los equipos de trabajo para estos proyectos están compuestos por profesores y estudiantes tanto de maestría como de doctorado. “La idea es que desde la empresa se pongan en contacto con uno de los profesores investigadores y ellos les hacen el acompañamiento de todo el proceso desde la misma concepción de la idea, formulación del proyecto y en la ejecución del mismo”, explicó el profesor Arellana.

A futuro planean repetir este evento de manera anual, pues su objetivo es que más empresas conozcan el mecanismo e inviertan en proyectos de investigación, desarrollo o innovación, y esperan que la alianza con la ANDI fortalezca esta relación con el sector industrial. “Es un gana-gana: gana la región, la universidad al aplicar la ciencia y al formar estudiantes y el empresario con la innovación de su negocio y la deducción tributaria”, concluyó el docente. 

Por Leonardo Carvajalino