En Colombia se reportan cerca de 10 sismos al día

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Portoviejo, Ecuador, luego del terremoto de 7,8 en la escala de Richter.

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22 abr 2016

Los recientes eventos sísmicos presentados con un día de diferencia en Japón y Ecuador, han creado cierta incertidumbre acerca de cómo actúan los movimientos telúricos en el planeta. Así mismo han hecho que surjan especulaciones sobre la posibilidad de que estos puedan estar conectados, o pueda llegar a predecirse en dónde se localizarán.


Carolina Martínez, coordinadora del programa de Geología.

Erick Tuiran, profesor del departamento de Física y Geociencias.

Luis Otero, profesor del departamento de Física y Geociencias.

Carlos Carteta, docente del departamento de Ingeniería Civil.

Cuatro expertos docentes de los departamentos de Física y Geociencias e Ingeniería Civil de la Universidad del Norte, analizaron el tema y aclararon algunos de los interrogantes que pueden existir en relación a la actividad sísmica en Colombia y el mundo.

¿Relación entre sismos?

Según los expertos, en promedio se registran 147 temblores diarios en todo el mundo, y ninguno de ellos está relacionado entre sí. Los terremotos ocurridos la semana pasada en Japón y Ecuador, tampoco lo estaban; esto se debe a que fueron provocados por movimientos de placas tectónicas distintas.

En el caso de Ecuador, el sismo fue causado por la subducción (deslizamiento) de la placa de Nazca sobre la placa Sudamericana, evento aislado que no guardó relación alguna con lo sucedido en el país asiático, en donde anualmente se presentan constantes movimientos telúricos, dado que se encuentra en una zona de gran actividad sísmica conocida como el “cinturón de fuego del Pacífico”.

“Aunque ambos terremotos ocurrieron con días de separación y se pudiese creer que existe una relación entre ellos hay que dejar  claro que no existe ninguna evidencia científica que pueda soportar la relación entre los eventos”, señaló Carolina Martínez, coordinadora del programa de Geología de la universidad. La geóloga también explicó que con los avances de la ciencia actual, es posible saber la probabilidad de ocurrencia de un sismo o ciertas características de sus movimientos; pero aún no es posible predecir la magnitud o el lugar exacto en el que estos se presentarán.

¿Con qué frecuencia se presentan en el país?

Datos de la Red Sismológica Nacional de Colombia, muestran que en Colombia se reportan cerca de 10 sismos al día; la mayoría de estos tienen como hipocentro el llamado Nido de Bucaramanga, en donde se presentan a una profundidad de 150 kilómetros, con magnitudes entre los 2 y 5 grados en la escala de Richter. Justo encima del Nido de Bucaramanga está localizado el municipio de La Mesa de los Santos (Santander), epicentro muy frecuente de esta fuente sísmica.

“Existen otras fuentes sísmicas en el territorio colombiano. Todas se ubican en las zonas de piedemonte de las cordilleras Central, Oriental y Occidental de los Andes”, manifestó Erick Tuiran, profesor del departamento de Física y Geociencias, quien también destacó que actualmente el país cuenta con modernos sismómetros de banda ancha y registro en tres dimensiones, así como 30 estaciones distribuidas en todo el territorio nacional, para monitorear la actividad sísmica del mismo.

El Caribe ante los sismos

El Caribe colombiano presenta actividad sísmica; pero a escala baja. Esto es debido a que existe poca convergencia entre la placa Caribe y la Sudamericana, que son las placas tectónicas en las que está ubicada esta región del país, por lo que no se generan movimientos sísmicos importantes. Aún así, el Instituto Sísmico Geológico Colombiano monitorea permanentemente dicha actividad.

De igual manera, desde 1984, las construcciones debidamente reguladas en el país cumplen con disposiciones que garantizan su comportamiento sismo resistente. Desde entonces, la normativa se ha actualizado dos veces y su última versión, del año 2010, se denomina “Reglamento colombiano de construcción sismo resistente – NSR-10”. Este es un documento actualizado que cumple con los estándares de países industrializados, y es una traducción de códigos de construcción utilizados en lugares con una historia sísmica más activa que la de Colombia.

El NSR-10 plantea que ciudades como Barranquilla, Cartagena y Valledupar se encuentran en “Zonas de amenaza sísmica baja”; mientras que las ciudades de Santa Marta, Riohacha, Sincelejo y Montería se encuentra en “Zonas de amenaza sísmica intermedia”. Dichas zonas están definidas de acuerdo con el grado de exposición a eventos sísmicos.

Según este reglamento, las construcciones diseñadas bajo sus requisitos deben ser capaces de resistir temblores de poca intensidad sin daño, temblores moderados sin compromisos a su estructura, y temblores fuertes con una afectación de sus elementos estructurales, pero sin llegar a colapsar.

Por tales razones, al ingeniero civil Carlos Arteta, reflexiona acerca de aquellas estructuras que fueron construidas antes de que la normativa sismo resistente colombiana entrase en vigencia; específicamente aquellas estructuras que albergan sitios de atención a la comunidad, como hospitales, colegios y las edificaciones gubernamentales, entre otras.

“Es menester hacer a nivel de ciudad, estudios de vulnerabilidad sísmica que permitan identificar aquellas estructuras más propensas al colapso, con el fin de tomar medidas para mitigar el riesgo asociado a la ocurrencia de un terremoto que produzca movimientos del terreno de intensidad media a alta”, expuso Arteta, docente del departamento de Ingenieria Civil.

¿Riesgo de tsunami?

Según Luis Otero, profesor del departamento de Física y Geociencias, la amenaza por tsunami en el mar Caribe y específicamente para las costas de Colombia, inclusive el Archipiélago de San Andrés y Providencia, es latente.

El experto indicó que en los últimos 500 años se han registrado varios episodios de tsunamis documentados en esta zona; lo cual es importante considerando que buena parte de la población costera en el Litoral Caribe colombiano se encuentra asentada en costas bajas, lo que las deja expuestas a los efectos de un eventual tsunami de origen tectónico.

Razón por la que mencionó un estudio realizado recientemente en la Universidad del Norte, por el grupo de investigación en Geociencias, GEO4. La investigación encontró que existen seis potenciales fuentes de generación de tusnamis en el mar Caribe. En tal caso, las zonas más expuestas a la inundación por tsunami serían las Islas de San Andrés y Providencia y el sector del Caribe central colombiano, que comprende los litorales de los departamentos del Magdalena, Atlántico y Bolívar.

Sin embargo, Otero hizo énfasis en que los resultados de esta investigación no deben tomarse de forma alarmista; pero sí deben ser el punto de partida para la implementación de planes de contingencia. Así mismo, estos deben convertirse en un instrumento de planificación para la gestión del riesgo en esta zona del país.

De allí la importancia de desarrollar e implementar planes de contingencia en esta región; ya que actualmente buena parte de los esfuerzos realizados por la Unidad de Gestión del Riesgo y la Comisión Colombiana del Océano, a través del comité técnico de tsunamis, han estado enfocados en el área del litoral Pacífico. “Realmente el trabajo en el Caribe apenas está comenzado y ha sido gracias al aporte realizado desde la Universidad del Norte, que los ojos también se han volcado a la evaluación de la amenaza en la costa Caribe colombiana”, manifestó el docente. 

Por María Margarita Mendoza

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