“En diciembre llegaban las brisas”, la novela barranquillera por excelencia

En un conversatorio en el que participaron las docentes Viridiana Molinares, Mercedes Ortega y Daniela Pabón se lanzó oficialmente el Poder de la Lectura este semestre, que tiene como libro seleccionado la primera novela de la escritora barranquillera Marvel Moreno.

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Giselle Massard, directora de Uninorte FM, junto a las docentes Viridiana Molinares, Mercedes Ortega y Daniela Pabón.

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03 sep 2020

Según una encuesta realizada por la revista Semana a decanos, directores de programas de literatura y críticos literarios para determinar las 20 novelas colombianas que marcaron un hito en los últimos 38 años, la obra de la barranquillera Marvel Moreno, En diciembre llegaban las brisas, es una las incluidas en el listado. La novela, publicada en 1987, es la seleccionada por el programa El Poder de la Lectura para este semestre en su quinta versión.

El rector Adolfo Meisel, promotor de esta iniciativa desde su llegada a la Rectoría en 2018, dice que “con este programa queremos, desde la Universidad del Norte, poner un granito de arena para reconocer su inmensa valía como escritora y mujer de avanzada”. El martes, 1 de septiembre, se realizó un evento virtual para el lanzamiento del programa este semestre, que se hizo a través de una charla moderada por Giselle Massard, directora de Uninorte FM. El libro, de la editorial Alfaguara, se encuentra disponible en la librería KM5, a un precio muy por debajo del mercado, y para compra con envío a domicilio. 

Las intervenciones de las profesoras Viridiana Molinares, de Derecho; y Mercedes Ortega y Daniela Pabón, de Humanidades y Filosofía, orientaron el análisis sobre la relevancia de esta escritora, cuya obra ha sido poco conocida por el público, pero en las esferas literarias ocupa un papel preponderante por su papel disruptivo luego del famoso Boom Latinoamericano, en el que figuras como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes marcaban un estilo identificado con el triunfo de la Revolución Cubana.

 

Las hijas de Moreno, Carla y Camila Mendoza, enviaron un mensaje de agradecimiento a Uninorte y al rector por todas las iniciativas que han emprendido desde hace algunos años para dar a conocer el legado literario de su madre y “permitirles a las nuevas generaciones descubrir sus libros y conocer su obra”.

 

Pero lo de Marvel Moreno es otra cosa. En diciembre llegan las brisas, según las tres invitadas al conversatorio, retrata una problemática que después de 30 año de su publicación, lastimosamente, sigue siendo vigente, tanto a nivel local como mundial, como la exclusión, discriminación, invisibilización y objetivización de la mujer y su cuerpo. La misma novela es un ejemplo de cómo la labor de una mujer ha sido desdeñada a pesar de tener una calidad igual a la de sus pares.

De acuerdo con Molinares, la novela tiene una connotación supremamente importante, pues se escribe en un momento en que Latinoamérica se está leyendo a partir de hombres que están narrando la violencia terrorífica de un continente. En este contexto asoma en el escenario literario una mujer que invierte la narrativa y empieza a hablar acerca de qué pasa cuando se cierran las puertas, qué hay adentro y qué hay para las mujeres.

Por su parte, Ortega complementó que se ha dicho que las grandes novelas eran políticas, de la Historia —escrita con mayúscula— y por debajo estaban las novelas íntimas o psicológicas. A través de la narradora la novela juega con esta condición de intimidad femenina. 

En diciembre llegaban las brisas está dividida en tres, cada parte trata acerca de la vida de una de tres amigas: Dora, Catalina y Beatriz. Las tres tienen una amiga en común, Lina, quien es el hilo que atraviesa a todas en el argumento, presencia lo que les pasa y aparece como el filtro a través del cual se narran las historias. 

La novela, aún cuando está propuesta como una narración omnisciente clásica, se focaliza en Lina, que, en sí, de acuerdo con Ortega, es un acto con significado. Con la tercera persona se asume una neutralidad, que desde el feminismo se ha deconstruido como un “hombre disfrazado de neutro que quiere hacer pasar su masculinidad como si fuera lo universal”, señaló. Teniendo esto en cuenta, la estrategia narrativa de Moreno, que trasviste al narrador, crea una incomodidad que atrapa al lector.

Para Pabón, la obra de Moreno ha sido un espejo, “una conjunción de lo que es estar en Barranquilla, y ser una barranquillera y pertenecer a un lugar específico de la sociedad barranquillera”. Añadió que ayuda a ampliar la perspectiva que tiene uno sobre sí mismo inscrito en el territorio de la ciudad. “Los arquetipos se siguen manteniendo con la misma nitidez”, finalizó. 

Por Leonardo Carvajalino y Jesús Anturi

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