En Mapuka se construye el pensamiento a través del tejido arhuaco

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Ati Gundiwa, indígena arhuaca, ofreció un taller a los visitantes de Mapuka.

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23 oct 2017

Mapuka continúa su labor de generar un vínculo más directo entre su colección arqueológica y su público, por medio de visitas guiadas y talleres que permitan entender las culturas cuyos rastros ancestrales reposan en las vitrinas del museo de Uninorte.

A través del taller Construyendo pensamiento, realizado el pasado sábado 21 de octubre, los visitantes pudieron conocer a fondo la colección Tayrona de la mano de Ati Gúntiwa, indígena arhuaca, quien les proporcionó a los asistentes una visión clara de esta cultura de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Ati explicó el significado detrás de las vasijas, estatuillas, herramientas líticas y demás elementos que componen esta parte de la colección, poniendo especial énfasis en los husos, instrumentos de hilado de uso ancestral que sobreviven hasta nuestros días.

Y es que para los arhuacos como Ati Gúndiwa, el acto de tejer es una metáfora del acto de pensar, en donde cada puntada corresponde a una reflexión de la mente. Por ello la segunda parte de la visita consistió en una actividad donde los participantes pudieron aprender los principios del tejido arhuaco, fabricando sus propias manillas.

“Esta es una forma de que las personas externas miren nuestras dinámicas desde lo más sencillo que pasa en nuestras comunidades: el tema del tejido y verlo desde la manera más sutil. Tejiendo se puede entretejer pensamiento, no solo pensar en la dificultad del tejido sino poder discutir diferentes temáticas que pasan en las comunidades”, explicó Ati, quien cursa sexto semestre de economía en la Universidad de Magdalena y proviene de la comunidad arhuaca ubicada en la cuenca del río Don Diego.

Para Carla Baquero, coordinadora de educación de Mapuka, esta clase de eventos buscan construir participativamente una proximidad entre los visitantes, las colecciones y las culturas, integrando a maestros indígenas en el proceso.

“Nosotros somos un museo con un peso académico, pero es necesario ese vínculo directo que involucre a personas indígenas en el proceso porque sentimos que los visitantes pueden llegar a sentir el museo mucho más cercano y real", argumentó Baquero. “Lo vemos como una necesidad, teniendo en cuenta la riqueza tan grande ancestral que todavía hay en el Caribe, para entender que todos los legados están vivos y que no deben sentirse como algo muy lejano”.

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