Guillermo Márquez (q.e.p.d.), un corazón noble al servicio de la academia

El docente Guillermo Márquez Ferro dedicó 16 años de su vida a la enseñanza de futuros profesionales en la Escuela de Negocios de la Universidad del Norte. Durante su trayectoria, fue fiel testigo del crecimiento del alma máter que lo formó desde el pregrado. Falleció a las 65 años el miércoles, 30 de junio, dejando un legado de enseñanzas que trascienden el aula y perduran en el corazón de cada una de las personas que tuvieron la fortuna de conocerlo. Colegas, directivos y amigos recuerdan a 'Guillo' -como solían llamarle- como una persona de corazón noble y una sonrisa inolvidable. 

Para su decano, Octavio Ibarra Consuegra, el profesor Márquez destacaba por su bondad, sinceridad y nobleza. “Guillo era una persona con mucha capacidad de relacionamiento y alto sentido de pertenencia con la institución. Se preocupaba por el bienestar de todos sus compañeros y era muy amable. Con frecuencia, compartía  artículos relacionados con los negocios y, en particular, con Logística Internacional”, señala el doctor en Gestión. 

En 1973, Guillermo ingresó a estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad del Norte. Se graduó en septiembre del 78, haciendo parte de una de las primeras promociones de egresados. Ese mismo año se fue a Estados Unidos a perfeccionar el inglés y a estudiar la Maestría en Gestión de la Universidad Estatal de Sonoma, que culminó en 1981. 

Al regresar a Colombia, ingresó a laborar en la empresa petroquímica Monómeros Colombo Venezolanos hasta 1992, donde ejerció como ingeniero de proyectos, profesional encargado de las exportaciones y jefe de transporte marítimo. Posteriormente, fue gerente general de empresas como Clipper Colombia, Multimag y Transmagdalena. Todo el conocimiento que Márquez adquirió durante 23 años de experiencia y trabajo en campo lo trasladó al aula en 2005, cuando decidió enseñar en la institución que lo formó como profesional.  

Fue docente de tiempo completo en la entonces conocida División de Ciencias Administrativas de la Universidad, dictando cátedras de Logística Internacional y Culturas Globales en los pregrados de Administración de Empresas y Negocios Internacionales. En 2010, lo nombraron vicepresidente comercial de Servicios Postales Nacionales. Y de 2012 hasta la actualidad, laboró como profesor de medio tiempo en la Escuela de Negocios, impartiendo charlas de Gestión Logística de Compras, Administración de Ventas, Negocios Internacionales y Gestión Portuaria. 

Dorian Martínez Martelo, profesor de Negocios Internacionales, conoció a Guillermo en los años 80, cuando él laboraba en Monómeros y Martínez trabajaba para la sociedad de arquitectos e ingenieros Parrish & Compañía. Frecuentemente coincidían en algunas reuniones, pero no fue hasta ser colegas en la Universidad del Norte que consolidaron una relación cercana. 

Dorian ingresó a Uninorte como consultor de proyectos cuando Guillermo era catedrático en Ciencias Administrativas. “Guillo y yo teníamos muchos intereses en común, por ejemplo, conversábamos sobre temas como el emprendimiento, las exportaciones y los negocios internacionales”, y de ahí nació una amistad que permanecería intacta por más de cuatro décadas. “Lo recuerdo como un excelente conversador. Le encantaba la historia y el estudio de la cultura, a nivel nacional y mundial. Además, era un excelente lector no solo de libros académicos, sino también de novelas”, comenta Martínez, especialista en Negocios Internacionales.  

De su ejercicio como docente, destaca su dedicación a la academia y su constante interés por ayudar a los alumnos en sus procesos de aprendizaje. “Le encantaba apoyar a los estudiantes con sus emprendimientos e ideas de negocio desde las diferentes posibilidades que brinda la Escuela. Además, era un analista con gran experiencia, que conocía muy bien la ciudad y sus oportunidades en los diferentes mercados”. 

Visita de los estudiantes de Port Management I y II de Negocios Internacionales a la Sociedad Portuaria de Santa Marta en 2017.

A pesar de las condiciones actuales en condición de la pandemia Martínez y Márquez se mantuvieron en contacto. “Durante esta última etapa nos propusimos hablar menos de las dificultades y empezar a priorizar las oportunidades, sobre todo, conversábamos sobre la oportunidad de ser feliz. Por las condiciones de distanciamiento social, quisimos mantener -a través del celular- una nota positiva ante las adversidades”. Y esas últimas conversaciones serán recordadas por el profesor Dorian como una de las mayores enseñanzas de su amigo 'Guillo', siempre conservar la buena actitud en los momentos difíciles y contagiar a los demás con esa energía. 

Otra de las personas que lo recuerdan con especial afecto es Miguel Pacheco Silva, quien hace parte de la primera promoción de profesionales de Uninorte (1973) y fue presidente de la Sociedad de Egresados, el grupo en el que conoció a Márquez. Posteriormente, Pacheco fue decano de la División de Ciencias Administrativas del 84 al 98, época en la que el docente empezó a laborar en la Universidad. 

“De los años como decano, recuerdo que Guillermo era una persona muy afable y colaboradora. Siempre tenía una sonrisa a flor de labios. Era un conocedor incansable, una persona dedicada a su trabajo como profesor investigador y muy dinámico en sus clases. Cada vez que me lo encontraba él iba caminando rápido por los pasillos de la Universidad”, comenta Pacheco Silva, quien luego de ser decano se desempeñó como director de la Dirección de Especializaciones hasta 2018. 

Para el magíster en Administración de Empresas, el mayor legado del profesor Márquez son sus años de entrega a la enseñanza. “Su aporte a los programas relacionados a logística y transporte internacional de mercancías fue muy valioso. Inculcó mucho conocimiento a la División por su basta experiencia, tanto en pregrado como posgrado”, acota. 

La directora de Gestión Humana, Beatriz Vergara González, relata que cada vez que Guillermo iba a la oficina, se tomaba el trabajo de acercarse puesto por puesto a saludar a cada uno de los colaboradores con gran empatía. “Era un ser humano alegre, carismático y conversador. Siempre se dirigía a las personas con amabilidad y cada vez que podía apoyar en algo, aunque no fuera de su área, lo hacía con mucho entusiasmo”.  

Resalta que cuando la Dirección ofrecía un nuevo servicio, beneficio o actividades de bienestar, el docente Márquez siempre era el primero en enviarle un mensaje de agradecimiento y de reconocimiento. “Nos quedan muchas enseñanzas de Guillo, especialmente su carisma, alegría y disposición para servir”, dice Vergara González. 

Hoy, allegados agradecen su labor académica y humana. Asimismo, la Escuela de Negocios se une a las condolencias por su partida y envía un mensaje reconfortante. “De Guillo aprendimos su don de gente, su amabilidad y respeto en la convivencia con todos sus compañeros. Debemos seguir unidos como familia y siempre propender por las buenas acciones hacia los compañeros y el bienestar colectivo”, concluye el decano Ibarra. 

Por María Fernanda Salgado.