Las claves del voluntariado para la construcción de país

En el marco de la celebración de los diez años de Univoluntarios, el sacerdote Rafael Castillo, director del Programa de Desarrollo y Paz del Canal del Dique y Zona costera, y el vicerrector Joachim Hahn conversaron sobre el tema.

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El padre Rafael Castillo abrió el conversatorio definiendo al voluntario social.

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06 sep 2019

La Universidad del Norte ha definido el voluntariado como el camino que necesita el país para la construcción de una sociedad sólida que cree en el cambio, pero para lograrlo es necesario emprender acciones que lleven a ello. Por eso, en el marco de la celebración de los diez años del programa Univoluntarios y con el fin de dimensionar el impacto del voluntariado en la construcción de país, el sacerdote Rafael Castillo, director del Programa de Desarrollo y Paz del Canal del Dique y Zona costera, y el vicerrector académico Joachim Hahn conversaron el 5 de septiembre sobre este y otros temas en el salón 25G2. María Amarís Macías, directora de Univoluntarios, moderó el coloquio.

“El voluntario social es un donante de tiempo libre que debe tener los ojos bien abiertos. De mucho silencio, lectura y discernimiento”, puntualizó el presbítero ante la primera pregunta.

Castillo fue director del Programa de Desarrollo y Paz de Montes de María, y secretario ejecutivo de la Comisión facilitadora de paz de Bolívar. Tiene estudios de filosofía, teología y sociólogo de la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino Angelicum de Roma. También es especialista en Derechos Humanos de la Universidad Santo Tomas de Aquino en Colombia y en Convivencia Ciudadana y Ayuda Humanitaria de la Universidad Javeriana de Bogotá.

“Ustedes que están en la academia saben que la materia prima más importante es el conocimiento y quien lo utilice creativamente va a marcar la diferencia. Por tanto, en esta sociedad del conocimiento necesitamos un nuevo voluntariado que acompañe procesos, que los ayude a sistematizar y los convierta en conocimiento útil para todos”, recalcó Castillo.

Para el vicerrector, desde su experiencia como docente y funcionario, hay tres condiciones o características que debe tener ese “donante de tiempo libre”. Una es la capacidad de sentir compasión, otra es saber conseguir resultados, es decir, “poder canalizar la fuerza interior en favor de una solución”, y, por último, ser feliz con la labor que emprende.

Castillo aclaró que el voluntariado va más allá de la filantropía y que en Colombia es un ejercicio donde se deben sentar la academia, los empresarios, la institucionalidad pública, la sociedad civil, las iglesias, los hombres y mujeres de buena voluntad, para darle bienvenida a la cooperación. El voluntario definido como alguien que articula estas fuerzas, poniendo en el centro a la dignidad humana y al bien común como un interés superior.

Pero ¿cómo es percibido el impacto del voluntariado en la construcción de un país en paz?, cuestionó la directora del programa.

“Me gustaría que los estudiantes de ciencias humanas y sociales fueran instrumentos para acompañar los procesos de reconciliación de este país, que nos dicen que la salvación tiene que ser tan profunda como la hondura del dolor causado. Aquí hay que restaurar vidas y yo les digo con sinceridad que como sacerdote acompaño con la oración, porque es un componente fundamental del ser humano, pero ha habido tragedias tan grandes a nivel personal y comunitario que por momentos la teología y la espiritualidad me abandonan y tiene que acompañar la ciencia, el conocimiento, la gente que conoce lo profundo del ser humano”, afirmó el presbítero.

Tanto Hahn como Castillo coincidieron en que el voluntario, en su camino para la construcción de país, debe tener claridad política, competencias técnicas y desarrollar su “vocación de apóstol”, porque es una persona que va más allá del deber. Que tenga claro que la construcción de lo público es una tarea permanente.

El vicerrector también aprovechó el encuentro para manifestar su alegría por la celebración de los 10 años de Univoluntarios, con cerca de 1800 personas vinculadas al programa.

“Los admiro muchísimo. Hace poco en un evento dije que todos los estudiantes de esta universidad son mis campeones, pero los univoluntarios son mis héroes”, concluyó Hahn, seguido de una sonrisa y el aplauso del público.

 

Por José Luis Rodríguez R.

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