Las lecciones del sistema educativo finlandés

Para hablar de este particular sistema educativo, sus ventajas, desventajas y lecciones que podemos aprender para mejorar el nuestro, el Instituto de Estudios en Educación (IESE) invitó a Riika Barber y Juha Pousi, de la Oulu University of Applied Sciences el 18 de octubre al auditorio Marvel Moreno.

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William Barrios, Maria Camila del Valle, Riika Barber y Juha Pousi, durante el evento que se llevó a cabo en el auditorio Marvel Moreno.

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22 oct 2019

En Finlandia los niños entran a preescolar a los 6 años, no tienen tareas y su jornada escolar es de cuatro clases. No hay pupitres, no hay exámenes y además todo el sistema educativo es público y gratuito. Aún cuando todas estas características están alejadas de la educación tradicional que prima en el contexto colombiano, el país nórdico ocupa los primeros lugares en todos los indicadores y rankings de educación mundiales. 

Para hablar de este particular sistema educativo, sus ventajas, desventajas y lecciones que podemos aprender para mejorar el nuestro, el Instituto de Estudios en Educación (IESE) invitó a Riika Barber y Juha Pousi, de la Oulu University of Applied Sciences, el 18 de octubre al auditorio Marvel Moreno. En el evento también participó la egresada del programa de Licenciatura en Pedagogía Infantil, María Camila del Valle, quien hizo sus prácticas profesionales en Finlandia, para contar su experiencia. 

El sistema educativo finlandés, según contó Barber, nace poco tiempo después de que el país se independizara en 1917. Un país fuertemente polarizado y en guerra civil reconoció que la profunda crisis económica que vivía, que lo tenía como el país más pobre de Europa, se debía a la falta de educación. Por ello, hacia la década de 1920 comenzaron a diseñar las políticas que hasta el día de hoy continúan en efecto. Lo anterior es, para la coordinadora de Educación Global, una de las claves del éxito del sistema: la continuidad sin importar los cambios de gobierno. 

Barber manifestó que la educación en Finlandia está en directa relación con el mercado laboral. Desde muy niños, la enseñanza está basada en proyectos y en los colegios se emplean prácticas, como por ejemplo, la enseñanza de la matemática a través de la carpintería, o la química desde el ángulo de la cocina.

La educación básica termina a los 16. En ese momento, los estudiantes tienen la elección de ir a una escuela técnica o la preparatoria. Sin importar la opción que tome el estudiante, ambos están capacitados para entrar directamente a la universidad. 

Si una persona quiere ser docente debe, por ley, hacer una maestría en pedagogía. Pousi explicó que para hacer este posgrado se necesita de una experiencia de tres años en cualquier campo. Sin importar el background, cualquier persona puede estudiar pedagogía y para graduarse debe demostrar que adquirió las competencias necesarias.

Cada estudiante recibe un pensum personalizado de acuerdo con las habilidades que le hace falta adquirir y, en consecuencia, no hay un tiempo preestablecido para terminar los estudios. El invitado contó que algunos se gradúan en un año, otros en tres meses. 

Esta afirmación refleja otra de las claves, a criterio de Barber, del éxito del sistema: la ausencia de presión. La invitada anotó que el modelo está pensado para ser flexible y que las personas tengan la posibilidad de cambiar de profesiones, si lo desean. Compartió que la edad promedio de sus estudiantes en la maestría que dicta en la universidad en Oulu es de 40 años, y que muchos de ellos ya poseen maestrías en otras áreas. 

Esta flexibilidad también está reflejada en los ajustes que se hacen por región, de acuerdo con las necesidades y enfoques económicos que tengan. Por ejemplo, en Oulu, una de las misiones es educar en desarrollo y uso de tecnologías y por ello los estudiantes presentan sus proyectos en diferentes plataformas como blogs, videos o redes sociales. 

Ambos invitados estuvieron de acuerdo en que una de las claves del éxito del modelo radica en que fue creado pensando en el factor cultural del país y funciona para responder a las necesidades de su contexto. 

Por Leonardo Carvajalino

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