Pensamiento Computacional y Didácticas de las ciencias, las nuevas apuestas educativas del IESE

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14 jun 2019

Con el objetivo de continuar formando profesionales en educación con la más alta calidad, capaces de desarrollar la teoría y la práctica pedagógica como parte fundamental del saber del educador, adaptados a los constantes cambios, el Instituto de Estudios en Educación (IESE), a través del departamento de Educación, vinculó a su equipo de docentes investigadores a Camilo Vieira Mejía, ingeniero de Sistemas y doctor en Ingeniería y Ciencias Computacionales de la Universidad de Purdue, West Lafayette, Estados Unidos; y a Rafael Amador, doctor en enseñanza de las ciencias exactas y naturales con Mención Química de la Universidad Nacional del Comahue, Neuquén, Argentina.

Grupo Prensa conversó con ambos docentes sobre las innovaciones que llegan con ellos al IESE y el impacto que se generarán en la formación de profesionales.

¿Qué es el pensamiento computacional?

Camilo Vieira es un ingeniero de Sistemas que durante cinco años trabajó como desarrollador de software, sin embargo, luego despertó en él un interés por la educación y decidió hacer la apuesta por una Maestría en Tecnologías educativas. Fue allí que se acercó mucho más al concepto de pensamiento computacional, como asistente de investigación.

Concepto que tomó fuerza en 2006 y lo llevó a resolver, diseñar y comprender fenómenos complejos, haciendo uso de los conceptos fundamentales de la computación.

Durante su doctorado en la Universidad de Purdue, Estados Unidos, Camilo aplicó el pensamiento computacional a diversas áreas de estudio, lo que le ayudó a comprender que el gran beneficio de esta se encuentra en lograr aplicarlo a cualquier profesión, ayudar a resolver problemas que pueden ser muy complejos de realizar de manera manual.

De hecho, una definición útil que encuentra Vieira para el pensamiento computacional es el de su aplicabilidad en el manejo de datos. “Hoy todo es susceptible de poseer grandes volúmenes de datos, que bien interpretados entregan soluciones a quienes lo necesitan, por eso es esencial aprender a recolectarlos, analizarlos y visualizarlos”, explica el investigador.

La simulación, el pensamiento sistémico y sobre todo la resolución de problemas a través de la computación, son otras de las grandes ventajas que encontramos en estas áreas de estudio. Es por eso que uno de los grandes proyectos en los que Camilo Vieira se encuentra trabajando es ‘Programación para niños y niñas’, que desde el Gobierno Nacional busca capacitar a 260 docentes en lenguaje de programación digital, quienes transmitirán el conocimiento a 15.600 estudiantes.

Todo esto a través de unas tarjetas llamadas ‘micro:bit’ que entregó el British Council dentro de esta alianza gubernamental que también fomenta el trabajo en equipo, la resiliencia, la asertividad, y la resolución de problemas mediante la formación en programación. “Los estudiantes tienen la oportunidad de aprender programación sin necesidad de preocuparse por escritura de códigos, demostrando que los problemas del día a día podrían tener una solución mediante la computación”.

Desde el IESE el profesor se ha acercado al Centro para la Excelencia Docente para empezar a familiarizar a los docentes con el pensamiento computacional para apoyarlos en la resolución de problemas a través de la creación de una Comunidad de Aprendizaje Docente (CAD). Pronto estará incursionando en programas como Sábado del Docente, mientras continúa en el proceso, junto a otros docente, de revisar cómo seguir insertando el pensamiento computacional en el aprendizaje de las ingenierías, las ciencias básicas y demás programas de la universidad.

La propuesta de un enfoque diferencial a la hora de enseñar ciencia

Para Rafael Amador, licenciado en Química y con un doctorado en enseñanza de las ciencias exactas y naturales con mención Química, la enseñanza de la ciencia debería tener un enfoque diferencial que busque aportar al máximo, según las necesidades de cada grupo en particular. 

“No es lo mismo aprender química para un médico, ingeniero o enfermero”, manifiesta el investigador. Es por eso que desde su llegada a Uninorte el docente ha entablado diálogos con otros profesores de química, para abrir el debate sobre la pertinencia y las metodologías utilizadas en cada uno de los programas que deben cursar la asignatura. “La idea es que juntos podamos diseñar contenidos y metodologías acordes a los diferentes grupos, para que encuentren contenidos más apropiados.

A través de la didáctica de las ciencias, Amador trabaja con dos áreas del conocimiento, una que es la indagación, a través del programa de formación de profesores de la universidad, la Licenciatura en Pedagogía Infantil. “Nosotros pensamos la indagación como una acción provocada en la que los estudiantes puedan asumir un rol, si los investigadores investigan con todos unos procesos, actividades y roles, cuando enseñamos ciencia para cualquier nivel educativo los chicos deben asumir un rol similar, deben observar, formular hipótesis, experimentar, trabajar en grupo, llegar a acuerdos y eso es lo que queremos hacer llegar a la enseñanza.

La segunda área es de Naturaleza de la Ciencia que tiene que ver con las preguntas de qué es la ciencia, cómo se construye, cómo evoluciona y los contextos sociales en los que la ciencia surge, allí ha trabajado con estudiantes no solo del pregrado, sino a nivel de maestría y doctorado.

Por Omar David Alvarez

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