“Podría decir que el 100 % de los niños se sienten mal con el maltrato infantil“

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Ana Rita Russo, directora del programa Pisotón.

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11 jul 2019

La aprobación en Francia de la “Ley contra la violencia educativa ordinaria”, que prohíbe la violencia física y psicológica contra los niños y busca que los padres prescindan de los castigos corporales hacia sus hijos, abrió un debate en Colombia sobre la implementación de una ley similar. Juliana Pungiluppi, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), busca radicar, junto con organizaciones de la sociedad civil, un proyecto de ley que prohíba ese tipo de maltrato en el país.

La violencia infantil en todas sus formas, sea maltrato físico o psicológico, violencia intrafamiliar, abuso sexual, negligencia y abandono, es considerada por los organismos internacionales, nacionales y diferentes disciplinas como todos aquellos actos que conllevan y hacen daño al niño, afectando su dignidad, salud física y emocional. De acuerdo con cifras del Icbf, en Colombia la tasa de violencia intrafamiliar, interpersonal y sexual contra menores, entre 0 a 18 años, es de 303,8 por cada cien mil habitantes. El Plan Nacional de Desarrollo propone reducir en 43,6 puntos la tasa de violencias contra niños y adolescentes antes de 2022.

Ana Rita Russo, directora del Programa Pisotón, profesora de Psicología y doctora en Filosofía de la Ciencia con énfasis en Psicología Clínica, conversó con Grupo Prensa sobre los efectos del castigo físico y psicológico en menores, pero también sobre los preceptos sociales que se han generado alrededor de la crianza

¿Cuáles son los efectos del maltrato infantil en los niños en su desarrollo?

Estos efectos pueden ser a corto, mediano y largo plazo, porque oímos muchísimo al adulto que dice: “a mí me golpearon y aquí estoy”. Ahí tendríamos que referirnos a cómo lo golpearon, para qué y por qué lo golpearon, y qué hizo para ser golpeado en un momento dado. Si eso podría considerarse maltrato o una forma disciplinaria en un momento de la historia en que la concesión del desarrollo infantil estaba basada en el castigo físico.

¿Es el maltrato un buen método disciplinario?

Sin ánimo de equivocarme, podría decir que el 100 % de los niños se sienten mal con el maltrato infantil. Ellos realmente sienten la inadecuación, el dolor, la sensación de un efecto directo a su dignidad, pero la forma como reaccionan no nos la dejan ver completamente. Hay niños que van a tomar defensas asociadas a la inhibición y otros a la hiperacción de lo que han vivido. Entonces aquellos niños que terminan en la inhibición, que no expresan, que los vemos callados son los aplaudidos, porque es el niño que no molesta, pero resulta que ese niño en silencio nos está mostrando su malestar y su dolor.

Las emociones tienen que estar de acuerdo con los estímulos. Aquel que hizo una hiperreacción, lo que nosotros llamamos la identificación con la agresión, termina identificándose con lo que vivió pasivamente, justificando la acción de los padres, maestros o sustitutos, y repitiéndola con sus compañeros, maestros, etc. Nuestros niños sí sienten ese dolor en la infancia.

¿Cuál sería un método adecuado para corregir a los niños?

Realmente el niño necesita un proceso de regulación. Yo creo que normalmente uno se acerca al niño desde entenderlo y atenderlo. Ese es el primer momento de nuestros niños. Entender todo su proceso, entender que el bebecito tiene un malestar, no un molestar, y que es una necesidad que debo ayudar a sostener, porque es el mayor tiempo de indefensión en el ser humano. Pero después tengo que ayudar a formar, informar y regular. En la medida en que nosotros vamos creciendo, necesitamos que nos formen y nos informen. Que es lo primero que reconoce el bebecito: tengo hambre, lloro y me acuden. Tengo un dolor, lloro y vienen y me acuden. Entonces en la medida que voy creciendo, voy sintiendo que el mundo me pertenece, que es mío y que voy funcionando con mi principio de placer.

¿Cuándo empezamos a decirles "no" a todos sus caprichos?  

Tenemos un principio de realidad y tenemos que adaptarnos a la realidad, ahí es donde empezamos a decir "no es hora de comer", "no vamos hacer esto", "es hora de dormir" o "hay que ir al baño". Cuando los niños no ceden al principio de realidad es cuando los padres tienden a acudir a otras técnicas para que vayan poco a poco acudiendo. Quiero decirles que no es fácil papás, los niños no acuden a las primeras.

 

¿Por qué cree que históricamente se normalizó en Colombia el maltrato para corregir?

Anteriormente no se sabía nada de nuestros niños. Ni la psicología ni la sociología tenían este concepto integral que hoy tenemos del desarrollo infantil, y por supuesto el método por excelencia era el castigo físico y era desde la disciplina. Realmente muy pocas veces era catártico, en el siglo XX era disciplinar, los padres no conocían otro método, y venía la palmadita como una forma de disciplinar al niño.

Recuerden lo que decíamos: “a mí me castigaron y aquí estoy”. Hay un punto importante y es que yo tengo que exaltar lo que hicieron mis padres. Muchas veces, si fueron muy buenos padres, voy a exaltar lo que hicieron mis padres. Una forma de exaltación es repetir aquello que ellos hicieron y de pronto algunas personas lo pueden tolerar, pero otras no. Hoy, aunque sabemos tanto sobre ellos, todavía nos falta saber mucho; los niños se encargan de seguir rompiendo todos los esquemas que ya aprendimos, pero sabemos lo suficiente para reconocer que el castigo físico no es necesario.

¿Qué deben hacer los padres si quieren que el niño se adapte a la realidad de la que habla?

Si lo que queremos es llevarle al niño esa adaptación a la realidad, si queremos que aprenda que cada encuadre tiene una forma de comportarse, que si estamos en el aula de clase se espera esto de mí, que si estamos en recreo se espera esto otro de mí, pues normalmente podemos hacerlo sin necesidad de acudir al castigo físico.

Ya sabemos que hay un qué y un para qué. Ya sabemos el para qué de la consecuencia, de la regulación. El cómo es el que queremos que cambie, queremos que realmente no se utilice más el castigo físico, podemos primero hablar con nuestros niños: hablar, decirle, canjearle sin poner consecuencia y ya después, si no ceden, entonces vienen las consecuencias, que no pueden ser desde las necesidades sino desde los privilegios.

¿Cómo es un buen castigo entonces?

No se puede castigar desde el “hoy no comes”, eso es una necesidad. Hay que hacerlo desde el “no ves televisión" o "no vas a jugar", o "el balón está decomisado”, en este tipo de situaciones ellos van aprendiendo y van a ir regulando su caminar. Sabemos que no es fácil este proceso, sobre todo que ellos ahorita están inmersos no solamente en lo pequeño de su espacio sino en lo grande de su globalización.

¿Qué papel juega el maltrato psicológico? 

El maltrato psicológico tiene un daño severo en la organización de la autoestima y del ser. Es muy severo, yo no podría decir cuál es peor. Inclusive a veces nosotros hacemos comparaciones en donde se ponen las dos cosas. Por ejemplo, hay pacientes que nos dicen “es que me decía estúpido, me decía que no servía para nada, que tenía que ser yo” y eso va marcando la organización del ser. Es supremamente importante también que, si vamos a legislar, tengamos en cuenta el maltrato psicológico, porque hay dos tipos de vivir del ser. Uno que tiene que ver con la supervivencia y otro con la sobrevivencia. La supervivencia va a la vida y la sobrevivencia va a la identidad del ser. Y el maltrato psicológico apunta a la identidad del ser y ese sí perdura por toda la vida, porque es el sentir de la persona.

¿Qué características debe tener el proyecto de ley para que tenga éxito en Colombia?

Creo que hemos iniciado bien porque la preocupación más grande sería legislar sin pedagogía y creo que lo hemos hecho. En ese sentido creo que el estudio que se está haciendo es bastante profundo, con una integración de muchos actores que realmente tenemos que ver con el proceso de desarrollo de los niños. Hace poco se hizo el Cine Foro en siete ciudades de Colombia, donde reunimos a los padres y a los hijos alrededor, indirectamente, del tema de maltrato. Saber que sí que hay que regular, hay que informar, pero no con el castigo físico. Es necesario que los padres se sientan acompañados, no legislados solamente.

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