Tratamientos para la salud mental: ¿estamos fracasando como sociedad?

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María Paula Usta durante su presentación en el auditorio.

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11 oct 2017

En el marco de la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, el 10 de octubre, cuyo lema este año es “trabajar sin máscaras, emplear sin barreras”, la Universidad del Norte realizó una serie de conferencias en la que participaron expertos sobre el marco jurídico en Colombia, la inclusión educativa de personas con trastornos mentales, el suicidio en los universitarios, el efecto de sustancias alucinógenas y el voluntariado que trabaja para esta población en el Hospital Universitario Cari.

La psicóloga clínica, María Eugenia Reátiga Hernández, docente de Uninorte, señala que desde los inicios de los tiempos la enfermedad mental grave o “locura” ha sido objeto de la proyección masiva de los más profundos terrores del alma colectiva. Se le han atribuido rasgos mágicos, religiosos y hasta diabólicos.

“Gracias al desarrollo de la racionalidad científica se ha llegado a comprender que la enfermedad mental grave es un fenómeno complejo en el que intervienen múltiples factores, tanto biológicos como sociales. Cada ser humano es único y su disposición biológica determinará el grado de vulnerabilidad que tendrá frente a factores y tensiones del contexto”, explicó.

En Colombia, la tercera causa de muerte en los jóvenes adolescentes es el suicidio. En el adulto joven es la segunda causa de muerte; grupo que muestra los porcentajes más altos. “Se puede sostener que estamos sufriendo cada vez más, sin reconocer que lo hacemos, alejándonos de una vida cargada de sentido. Pensar que con una pastillita todo se resuelve, indica que como sociedad estamos fracasando”, puntualizó Reátiga Hernández.

María Paula Usta, residente de tercer año de Psiquiatría de la Universidad del Norte, intervino en la jornada con una conferencia sobre la inclusión educativa de personas con trastornos mentales, detallando el marco legal que hoy establece el país.

Hoy hay cerca de 26 millones de personas con alguna discapacidad en Colombia, de las cuales, según las estadísticas nacionales, solo el 40% o menos tiene posibilidad de terminar la etapa escolar, y un porcentaje menor podrán finiquitar algún estudio de pregrado.

“En el marco legal salió el decreto 1421 del 29 de agosto de 2017 sobre la inclusión educativa. La ministra de Educación dio un plazo de 5 años para que se adopten todas las cosas del decreto. Además, hay un proyecto de ley del año pasado que está esperando ser aprobado por la Cámara de Representantes sobre la inclusión educativa de personas con dislexia y trastorno del aprendizaje”, afirmó Usta.

El objetivo de este decreto es reglamentar la prestación del servicio educativo para la población con discapacidad, en el marco de la educación inclusiva y en los aspectos de acceso, permanencia y calidad para que los estudiantes puedan transitar por la educación, desde preescolar hasta educación superior. Incluye a niños, adolescentes, jóvenes en educación primaria, secundaria y media con cualquier tipo de discapacidad.

“El principal reto es que los colegios sean todos inclusivos, no digo de integración escolar en los que el alumno tiene que adaptarse al currículum del colegio, sino que el colegio se adapte a las necesidades especiales del estudiante y se acaben todas estas sombras escolares que tienen”, concluyó.

Por José Luis Rodríguez R.

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