Un proyecto para empoderar a los caseteros

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El proyecto busca que las comunidades se empoderen de su salud.

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07 sep 2016

Desde la aprobación en septiembre de 2015 en la asamblea de las Naciones Unidas de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, los países firmantes, incluido Colombia, adquirieron un compromiso para trabajar por la sostenibilidad económica, social y ambiental. Dicha agenda promueve una serie de 17 objetivos, cuyo cumplimiento recae en la garantía de una vida saludable y la promoción del bienestar de todas las personas. Indicadores ambiciosos que requieren la participación de todos los sectores de la sociedad.

La Universidad del Norte, desde sus diversas áreas de trabajo ha realizado aportes para el logro de la agenda a 2030. Es el caso particular de la División Ciencias de la Salud, desde esta área se han liderado diversas iniciativas como el proyecto de APS (Atención Primaria en Salud) en el corregimiento de Salgar, Atlántico.

“Nosotros en el años 2014 empezamos un proceso en Salgar, con los programas de Medicina, Enfermería y el departamento de Salud Pública”, explica la profesora Ana Liliana Ríos. “Junto con nuestros estudiantes, hicimos una caracterización de 418 familias, recogimos los datos de salud y con base en ese diagnóstico empezamos a hacer intervenciones”.

Una de estas intervenciones es el proyecto “Casetero empoderado: yo apoyo y gestiono”, que busca trabajar en el empoderamiento de la comunidad, con un énfasis en la salud, liderado por Ríos, pero incluyendo otros aspectos, como la promoción de valores democráticos y la mejora del entorno con diseños funcionales y sostenibles, liderados por los profesores Lorena Gómez y Edgard Rincón, respectivamente.

“En este proyecto, profesores y estudiantes estamos trabajando con los caseteros de la zona de Sabanilla, entre los espolones 2 y 3. Son siete caseteros y las personas que los apoyan en sus negocios, es decir, en total alrededor de 28 familias”, afirma Ríos. Dicha zona fue escogida por contar con una serie de líderes, encabezados por Juan de Dios Valero, quien tiene su caseta en el sector desde hace 40 años y ha gestionado programas para la recuperación de las playas, las cuales desaparecieron por un período a raíz de la acción del océano.

“Como están recuperando la playa nos dimos cuenta de que era importante ayudarles en cosas, como capacitarlos en manipulación y preparación de alimentos, porque esas casetas no tienen ni agua ni luz, y en el manejo de desechos y residuos, que es uno de los principales problemas porque la empresa de acueducto va pocas veces a la semana”, comenta la profesora, indicando que estas acciones van encaminadas a promover el autocuidado y de manera anticipada poder identificar riesgos de salud.

“Hemos realizado acercamientos a la DIMAR (dirección general marítima) y con la CRA (Corporación Autónoma Regional del Atlántico), para que las intervenciones, se realicen dentro del marco normativo y ambiental vigente”, añadió Ríos.

Interdisciplinariedad

Lorena Gómez, profesora del departamento de Derecho y miembro del Instituto de Desarrollo Político e Institucional (Idepi), explica que este último se ha conjugado en el proyecto, a fin de realizar “un trabajo interdisciplinar que apueste por la formación integral de la persona”.

Entre los temas que abordarán desde el IDEPI se encuentran la promoción de los valores democráticos en el espacio compartido (en este caso la playa) y el uso de espacios públicos. Además, con la profesora María Andrea Camacho trabajarán aspectos sobre el derecho de consumo, como regulación de precios, prestación de servicios equitativos y la implementación de buenas prácticas de comercio justo.

“Ya hemos trabajado con ellos desde oportunidades anteriores. El año pasado recibieron capacitación sobre cómo se elegían los gobernantes. Lo que queremos hacer ahora con ayuda de nuestros estudiantes es construir una cultura ciudadana, que es una cuestión que solo se puede hacer en comunidad y no de un día para otro. Creemos que en los caseteros tenemos unos buenos aliados”, manifestó Gómez.

Por su parte, Edgard Rincón plantea que desde el diseño se realicen intervenciones que impliquen cocreación y coconstrucción con la comunidad y los estudiantes de la asignatura Estudio de Diseño. La idea es que los proyectos se implementen rápidamente y no acaben una vez los estudiantes finalicen el curso, sino que sus bases se mantengan para continuar con intervenciones similares en semestres posteriores.

El objetivo es construir artefactos que ayuden a empoderar a la comunidad, pero siguiendo un modelo que no sea asistencialista. “Lo que hacemos como diseñadores es brindarle información nueva e inteligible a ellos sobre cómo construir la caseta para brindar un mejor servicio, pero la idea no es que nosotros se las construyamos y que los estudiantes las paguen, sino ayudarlos a conseguir los recursos y empoderarlos”, afirma Rincón.

“Un poco el problema para los caceteros es que esta playa despareció durante mucho tiempo y ahora la gente no la conoce. Queremos que se sepa que la playa existe, está en muy buenas condiciones y está muy agradable, ayudándolos con los estudiantes a construir mobiliario, casetas, letreros e identidades visuales”.

Por Andrés Martínez Zalamea

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