Una alternativa de energía renovable para Barranquilla

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Óscar Álvarez, investigador del departamento de Física y Geociencias

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10 oct 2016

Es posible generar energía renovable a partir de la mezcla de aguas con diferente salinidad. Las desembocaduras de los ríos, donde el agua dulce entra en contacto con el agua de mar salina son los lugares donde se puede hacer uso de lo que se conoce como energía de gradiente salino, o energía azul, concepto planteado inicialmente en los años cincuenta

Aunque no fue sino hasta los años setenta cuando sugirió un método práctico para explotar esta fuente de energía, solamente en los últimos diez años se han empezado a superar las barreras tecnológicas que antes hacían inviable su aprovechamiento.

El investigador del departamento de Física y Geociencias de la Universidad del Norte, Óscar Álvarez Silva, cuya tesis doctoral trajo avances sobre el estudio del uso de energía azul, explica que la energía liberada cuando se mezclan aguas con diferente salinidad no se puede ver a simple vista, “sin embargo, la energía está allí y quien haya tratado de separar la sal del agua de mar sabe la gran cantidad de energía que se requiere”.

Álvarez añade que el potencial energético de la mezcla de agua de río y de mar es de alrededor de 0,5 kilovatios por hora, por cada metro cúbico de agua dulce y salada mezclada, lo que según el físico equivale “a la energía hidroeléctrica obtenible con una caída de agua de alrededor de 200 metros de altura”. De acuerdo con esto, Álvarez plantea que el potencial global de energía de gradiente salino en las desembocaduras de los ríos podría cubrir el 74% de la demanda global de electricidad.

“El río Magdalena es uno de los diez ríos en el mundo con mayor potencial de generación de este tipo de energía. En su desembocadura se puede generar potencialmente alrededor de 600 megavatios de energía limpia, equivalente a la capacidad instalada de la Termoeléctrica Las Flores”, explica el académico, agregando que esta es “sin duda una cantidad significativa de energía limpia que podría entrar a reemplazar la generación de energía termoeléctrica a base de combustibles fósiles”, la cual es la de mayor producción en la región Caribe colombiana.

Álvarez y otros investigadores de la Universidad del Norte y de la Universidad Nacional vienen trabajado dese hace más de cinco años en los estudios de factibilidad de construir una planta piloto de Energía de Gradiente Salino en la desembocadura del río Magdalena, la cual sería la primera en su tipo del continente y una las pioneras en el mundo, junto con iniciativas similares desarrolladas en Holanda, Italia y Noruega.

“Hasta el momento se ha desarrollado un prototipo de laboratorio que se ha probado exitosamente con agua del río Magdalena y del Mar Caribe. El paso siguiente sería instalar un pequeño piloto demostrativo en campo sobre el dique direccional de la margen occidental de la desembocadura, para el cual ya existen diseños preliminares”, apunta el físico. Estas investigaciones se han realizado hasta ahora con recursos aportados por Empresas Públicas de Medellín y de Colciencias.

No obstante, manifiesta Álvarez, “la viabilidad de construir este piloto requerirá del apoyo decidido de las autoridades gubernamentales y ambientales de Barranquilla y el Atlántico” para coadyuvar a que en los próximos años la energía de gradiente de salinidad se consolide como una alternativa de desarrollo sostenible para el Caribe colombiano, a partir de ciencia e innovación local. 

Por Grupo Prensa

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