Una exaltación a la novela insignia del romanticismo colombiano

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David Martínez, profesor del Departamento de Español.

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03 oct 2017

Hace 150 años fue publicada por primera vez la que sería una de las obras semillas de la tradición literaria colombiana: María, de Jorge Isaacs. Una novela que logró trascender barreras, fue traducida a 30 idiomas y se convirtió en la representación escrita del movimiento artístico del romanticismo en América Latina.

Como homenaje al sesquicentenario de su publicación, la biblioteca Karl C. Parrish, bajo la coordinación de David Martínez, profesor del departamento de Español, abrió una exposición que recoge los fragmentos más significativos de la novela, así como datos biográficos del autor. Estará disponible hasta el 15 de octubre en el primer piso de la biblioteca.

No es secreto el lugar privilegiado que tiene María en la literatura nacional, pero para Martínez existe una mala interpretación sobre por qué es importante la obra. Si bien muchas veces se ha tenido la concepción de que es porque refleja la realidad del momento histórico en el que fue escrita, el experto considera que son otras las razones de peso.  

“El aporte fundamental que ha hecho esta novela es tratar de mostrar la manera como ciertas personas o cierta clase social, en un momento específico en Colombia, concebía el amor. No es importante porque muestre cómo era el país en el siglo XIX, sino porque permite decir cómo sentía una persona en esa época y cómo filtraba la realidad ”, puntualizó.

Martínez eligió para la exhibición frases que reflejaran el romanticismo de la obra, que enfatizaran el privilegio de los sentimientos por encima de la razón. “Quise mostrar cómo la subjetividad de Efraín, el personaje narrador, define la obra. Cómo todo el mundo pasa por su filtro, cómo todo lo condiciona por lo que él está sintiendo”, dijo.

Así mismo, explicó que con los pasajes escogidos quiso cambiar la noción que se tiene de que María es una novela costumbrista o realista, excesivamente descriptiva. Considera que el tema central de la obra es la mente humana y cómo esta procesa los sentimientos.

A pesar de que el libro suele ser de lectura obligatoria en los colegios, el experto en literatura admite que muchas veces no es bien recibido por los estudiantes por el lenguaje ornamentado que Isaacs utiliza. Sin embargo, resalta que eso se debe en parte a un problema pedagógico de cómo se enseña a los estudiantes a relacionarse con los libros.

“A uno le enseñan que el libro es una cosa intelectual, pesada, aburridora, pero no podemos leer novelas que se escriben hace 100 o 50 años como si fueran de un escritor de hoy, eso es un error de concepción. Quien hoy decida leer María tiene que hacerlo tendiendo en cuenta que fue escrito en otro momento, con un lenguaje que le apuntaba a la elegancia, a la perfección”, manifestó.  

Hijo de un inmigrante judío, Jorge Isaacs fue un criollo vallecaucano perteneciente a la élite colombiana, con los recursos para estudiar en Bogotá y viajar a Europa. Estando en el viejo continente tuvo la oportunidad de presenciar el estilo literario del romanticismo, del que se nutrió para escribir su única novela.

La figura de Isaacs representa la disyuntiva ideológica existente en el siglo XIX, entre ciencia y romanticismo. Si bien fue uno de los primeros geólogos que hubo en Colombia y la mayor parte de su vida la dedicó al quehacer científico y a la política, dio pausa a esa faceta para darle vida a María.

“Isaacs defendía mucho la ciencia, pero estar tan cercano a ella le permitió ver las flaquezas y las debilidades que esta tenía. Yo creo que por eso, en parte, opta por hacer una novela romántica”, manifestó Martínez.

Por Oriana Lewis

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