Una mirada académica a la reforma tributaria y al rol del economista en tiempos de crisis

Durante un nuevo encuentro organizado por el departamento de Economía y el grupo estudiantil Ágora, se analizó el contexto en el que fue presentada la reforma tributaria, las acciones del Gobierno durante la pandemia y las condiciones socioeconómicas de la población.

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13 may 2021

¿Cuál es el papel del economista ante la coyuntura nacional?, ¿cuáles son las condiciones socioeconómicas provocadas por la pandemia de covid-19? y ¿qué tan pertinente fue la reforma tributaria presentada por el Gobierno? fueron algunos de los interrogantes abordados por académicos de la Universidad del Norte, en un conversatorio organizado el 11 de mayo por el departamento de Economía y el Grupo estudiantil Ágora, con el apoyo del Instituto de Estudios Económicos del Caribe y la Dirección de Bienestar Universitario.

Durante el encuentro, el rector Adolfo Meisel y los profesores del departamento de Economía, Jorge Quintero, Andrés Vargas Pérez, Juan Perilla e Iván Luzardo analizaron, entre otros aspectos, el contexto en el que fue presentada la reforma tributaria, las acciones del Gobierno durante la pandemia y la viabilidad de la emisión para la financiación del Estado colombiano.

“Antes que la situación se volviera complicada por el tercer pico de la pandemia, para mí, era una medida necesaria presentar una reforma tributaria. Sin embargo, hubo errores graves del Gobierno que hicieron que se cayera y provocó un escenario más complejo. Puede que se apruebe otra reforma, pero las consecuencias en términos de suspensión de actividades, bloqueos, vandalismo y choques entre grupos sociales hacen más compleja la reactivación económica”, argumentó el profesor Quintero al abrir el coloquio, transmitido por el canal de Youtube Uninorte Académico.

Para el académico, el Gobierno erró al escatimar recursos y tener consideraciones de tipo político en torno a la gestión del acceso a la vacuna de covid-19, pues un mayor avance en términos de vacunación hubiese permitido sortear mejor el tercer pico de la pandemia y “generado una mayor credibilidad y apoyo a las decisiones de tipo económico que se debían incluir en una reforma mejor diseñada y factible”.

“Hay un consenso generalizado entre los economistas de la necesidad de una reforma fiscal, esencialmente porque los gastos aumentaron sustancialmente durante la pandemia. La discusión no es tanto si era necesaria, sino en el tipo de reforma, y ahí uno puede separar lo que sería una reforma ideal versus la reforma posible”, expresó el profesor Luzardo frente a un contexto en donde la pobreza aumentó, perdiendo una década en avance social en el país.

“Se debió buscar mayor consenso y una reforma menos ambiciosa dadas las circunstancias. Lo importante era garantizar la credibilidad del país, porque sería muy negativo perder el grado de inversión. Nosotros pudimos mitigar en gran medida la crisis económica  en 2020 porque teníamos acceso al mercado de capitales. En la medida que perdamos ese grado de inversión, el panorama para el país será más complicado”, agregó el docente.

En ese sentido, el rector Adolfo Meisel considera necesario aumentar el recaudo por impuesto a la renta, pero sin aumentar la base. Es decir, esto significaría que los mismos contribuyentes paguen una sobretasa para afrontar la crisis. Asimismo, no considera oportuno mantener muchas de las exenciones que se han otorgado a los grandes contribuyentes, ni presentar una reforma pensional que, aunque necesaria, no es urgente.

“La lección grande para el gobierno es que el IVA no se toca, aunque hay puntos donde podría tocarse. Creo que la reforma ya está preconcertada, el ministro Restrepo va por un monto mucho más bajo, inicialmente está hablando de 14 billones, que prácticamente están concertados con los gremios”, afirmó el profesor Perilla.

El papel del economista

De acuerdo con el profesor Vargas, el economista de hoy debe promover la discusión y la formación de opiniones razonadas sobre situaciones tan complejas como las que vive el país. Contribuir en la deliberación pública de forma razonada, pacífica y construir opciones frente a las controversias que seguirán existiendo.

“En el mundo no es blanco y negro, es difícil de entender y el uso de la razón es quizás lo que nos ayuda a navegar mejor en estas situaciones en las que estamos. Es la responsabilidad que uno tiene”, puntualizó Vargas.

Vea el coloquio completo aquí

El rector enfatizó en que el deber ser del economista es pedagógico, aspecto en el cual “nuestra profesión ha fallado en estos tiempos”. Hizo un llamado a que no vean los problemas centrados en la esfera económica, sino en la totalidad de las cosas.

“Buena parte del problema de la reforma es que se vio muy en términos económicos y no se valoró el contexto social, no hubo buen olfato y fue contraproducente”, indicó Meisel.

De igual forma, Luzardo afirmó que la economía va más allá de un entendimiento meramente cuantitativo. Las preguntas de fondo están en entender cuáles son los incentivos de los agentes económicos y cómo toman decisiones para apreciar un contexto más amplio.

“Las situaciones hay que aprender a leerlas en un contexto particular, no solo en abstracto. Tenemos un rol importante en construir discusiones razonadas, basadas en hechos”, remató el académico.

 

Po José Luis Rodríguez R.

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