Variantes genéticas en receptor olfativo estarían asociadas a velocidad de deterioro cognitivo por alzhéimer

Investigadores identificaron modificadores genéticos que pueden estar relacionados con la rapidez en que los síntomas del alzhéimer se agravan en pacientes diagnosticados con esta enfermedad. Los resultados se soportan en técnicas de genómica predictiva y pruebas neuropatológicas en el tejido cerebral.

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En la mayoría de los casos, el alzhéimer se empieza a desarrollar a partir de los 65 años.

Por: Jesús Anturi

09 abr 2024

Los esfuerzos científicos alrededor del tratamiento del alzhéimer, la principal casusa de demencia a nivel mundial, cada vez más se enfocan en buscar formas de retrasar el deterioro cognitivo por causa de la enfermedad, que es irreversible. En este sentido, una de las claves es identificar qué factores genéticos, de salud, ambientales o de estilo de vida determinan que unos pacientes presenten síntomas agresivos más rápido que otros.

Recientemente, un artículo (Genetic modifiers of cognitive decline in PSEN1 E280A Alzheimer's disease) publicado en Alzheimer’s & Dementia Journal —la revista de la Asociación de Alzheimer, principal proveedor de fondos privados para investigación sobre esta enfermedad y número cuatro a nivel mundial—, presenta un hallazgo novedoso y sin precedentes: variaciones genéticas en la función olfativa estarían asociadas con la velocidad de deterioro cognitivo por alzhéimer. Descubrimiento que puede abrir otras vías de investigación para la comprensión de este mal, que se estima afecta a casi 60 millones de personas a nivel global.

Los investigadores tomaron los datos recopilados por uno de los estudios más grandes realizados para esta enfermedad, desde 1987, que ha permitido identificar familias en el norte de Antioquia y el Valle de Aburrá que padecen alzhéimer precoz o familiar, causado por una mutación en el gen presenilina 1. En este nuevo proyecto se estudiaron 62 casos de alzhéimer familiar y 53 de alzhéimer esporádico (el tipo que sufre cerca del 90 % de las personas diagnosticadas y que suele presentarse en mayores de 65 años).

Jorge Vélez, profesor de Ingeniería Industrial de Uninorte y uno de los autores del artículo, explica que al analizar el exoma completo de estos pacientes y cruzarlo con las pruebas neuropsicológicas periódicasque miden qué tan lento o rápido progresa la enfermedad, se identificaron variantes genéticas asociadas a la velocidad de deterioro cognitivo: 172 en pacientes con alzhéimer familiar y 227 para los de tipo esporádico.

Las asociaciones significativas más altas identificadas se encuentran localizadas en el receptor olfativo OR51B6 para el grupo de pacientes de alzhéimer familiar. "En esta población particular ha habido identificación de factores de riesgo, pero no genéticos. Por ejemplo, hace poco una publicación encontró que si estos pacientes presentan diagnóstico de depresión o ansiedad se acelera el deterioro cognitivo. Pero es un diagnóstico sobre otro. Nuestros resultados asocian la velocidad de deterioro a la presencia de variaciones genéticas, lo que podría no estar diagnosticado", señala Vélez, Ph. D. en Ciencias Médicas, con énfasis en genómica y medicina de precisión de la Universidad Nacional de Australia.

Como complemento a los resultados del análisis bioinformático, se hizo un estudio neuropatológico en el tejido cerebral de pacientes fallecidos por causa del alzhéimer, en el que se buscó expresiones físicas de estas variantes. Esta parte estuvo a cargo de Diego Sepúlveda Falla, del Instituto de Neuropatología de la Universidad de Hamburgo, quien recurrió a la base de datos del Banco de Cerebros de la Universidad de Antioquia, que cuenta con cerebros donados por pacientes con alzhéimer.

"Ahí está lo interesante de esta metodología. Combina las herramientas computacionales de analítica de datos, de genómica predictiva, identifica unas variantes, que luego se priorizan y se pasa a una experimentación in vivo con tejido real de cerebros en el que se demuestra que esas variantes son realmente críticas para esas personas y que tienen muchísima relación con el hecho de que la persona se deteriore", cuenta Vélez.

El problema de estas enfermedades neurodegenerativas es que se detectan muy tarde, cuando los síntomas empiezan a aparecer y ya han ocurrido procesos de degeneración, por eso, además de entender por qué se dan, es esencial para la calidad de vida de los pacientes saber qué tan rápido se va a deteriorar. 

"Los resultados de este estudio nos muestran que estamos llegando a un punto en el que podríamos hacer una predicción temprana de cómo se desarrollará la enfermedad. Por ejemplo, en una sociedad ideal, esos pacientes que tendrían un deterioro cognitivo más rápido deberían ser priorizadas por el sistema de salud y recibir tratamientos diferenciados", agrega el profesor Vélez.

Estudio en el Atlántico

En el departamento del Atlántico, bajo la dirección del profesor Jorge Vélez, se ejecuta un proyecto para identificar mutaciones genéticas asociadas al riesgo de desarrollar alzhéimer, su edad de inicio y su velocidad de progresión, mediante la caracterización clínica y genética de 400 personas con alzhéimer esporádico y el mismo número de personas sin diagnóstico. En Colombia, Atlántico es el departamento con mayor prevalencia de personas con enfermedades neurodegenerativas y demencia, con aproximadamente el 12 %.

El proyecto apunta a poder diagnosticar la enfermedad de Alzheimer esporádico tempranamente, a partir de análisis genéticos, por lo que hallazgos sobre genes que se correlacionan con el deterioro cognitivo de estos pacientes pueden servir de guía para los investigadores.

"Nos podemos apropiar de esta información y ver cómo nos puede ayudar a nosotros a predecir el deterioro. Lo que se hizo con personas de Antioquia es un primer paso para saber cuál es el rol de los genes en ese deterioro y tratar de predecirlo, ojalá muy pronto. Es decir, vamos a poder hacer el diagnóstico temprano y saber qué tan rápido se va a deteriorar, para clínicamente ofrecer algunas alternativas", indica Vélez.

Para llevar a cabo este proyecto de forma exitosa, los investigadores invitan a las personas mayores de 65 años diagnosticadas o no con alzhéimer a hacer parte del estudio clínico que permitirá una caracterización completa de la población en su relación con esta enfermedad.

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