Atención a los factores de riesgo para la prevención del suicidio

En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la dirección de Bienestar Universitario realizó un conversatorio sobre las señales de alerta de este problema de salud pública y su tratamiento, con Alberto De Castro, decano de la División de Humanidades y Ciencias Sociales, y María Fernanda Padilla, docente y psicoterapeuta cognitiva conductual.

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11 sep 2020

El suicidio es la segunda causa de muerte en la población con un rango de edad entre 15 a 29 años, según registros de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A nivel mundial, cada año se suicidan cerca de un millón de personas, el equivalente a una muerte cada 40 segundos, y se estima que por cada una hay, en promedio, 20 intentos.

La Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la OMS, promueve cada 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, con el objetivo de concientizar a nivel mundial que este problema de salud púbica se puede prevenir. Para esta fecha, Bienestar Universitario realizó un conversatorio sobre los factores de riesgo y señales de alerta para la prevención del suicidio, que contó con la participación de Alberto De Castro, decano de la División de Humanidades y Ciencias Sociales, y María Fernanda Padilla, docente y psicoterapeuta cognitiva conductual.

“El suicidio no es la causa original del problema. Es una consecuencia que agrava la causa original: esa sensación de incapacidad, sufrimiento, frustración, de sentirse impotente para asumir la vida. Eso es lo que hay que trabajar desde la base y está en algunos trastornos psicopatológicos. El suicidio es la conducta final”, advirtió De Castro en la charla transmitida por el canal de YouTube Uninorte Colombia.

Cuando se habla de suicidio se debe comprobar si la persona tiene pensamientos recurrentes de muerte, lo cual es normal en muchos casos. Es necesario comprobar si ese pensamiento de muerte está presente, de forma general, en la experiencia de vida de la persona, lo cual la llevaría a pensar en cómo hacerlo. Y están las personas que pasan de la idea al acto, las cuales desarrollan el intento suicida como tal.

En los últimos 45 años, la conducta suicida ha aumentado en un 60 % a nivel mundial. De acuerdo con la docente María Fernanda, Colombia es el país con las tasas de suicidio más altas de Suramérica. Los departamentos que más han reportado casos son Antioquia, Cundinamarca, Valle del Cauca y Atlántico. En este, según informes de Medicina Legal hasta 2019, Barranquilla ocupa el primer puesto, seguido por Soledad, Sabanalarga y Palmar de Varela.

Factores de riesgo

El suicidio consumado incrementa con la edad, sobre todo en los hombres (80 %), y es más frecuente en personas solteras (50 % en Colombia). Diversos estudios han demostrado que los vínculos interpersonales sólidos, a nivel afectivo, son el principal factor protector ante este, pero la ausencia de los mismos es uno de los principales factores de riesgo que pueden agravar la experiencia de la persona. El desempleo también es un factor  de riesgo cuando se mantiene de forma crónica y la religión tiende a ser un factor protector.

“El nivel educativo se presta para estudios porque cuanto mayor es, mayor es la posibilidad de consumar el intento suicida. Una de las principales poblaciones en riesgo son los universitarios ante la situación actual que vivimos a nivel social y laboral. El estrés, la angustia y la ansiedad son factores negativos. En la mayoría de los casos reportados, siempre hay una enfermedad de base, como trastornos de ansiedad o sicóticos, pero hay una pequeña ventana de personas que no los tienen y están en riesgo suicida”, enfatizó De Castro.

Siempre se puede ser empático con la persona que sufre y está en riesgo de un intento de suicidio, así se trate de un posible caso de manipulación, porque “cuando una persona habla de suicidio nada se debe tomar a la ligera”. ¿Pero cómo detectar un posible caso de riesgo? De acuerdo con los panelistas, lo básico es identificar los cambios en la vida de la persona: deterioro del rendimiento académico o la vida social. Si una persona que antes salía frecuentemente, ahora prefiere permanecer encerrado en casa, o el cambio voluble en el estado de ánimo. Hoy, a nivel de redes sociales, comienzan a dejar mensajes negativos acerca de la vida, pero, en términos generales, la persona se encierra afectivamente.

Cuando todo este tipo de cambios se desarrollan al mismo tiempo y perduran en el tiempo, es necesario prestarle atención a la persona, y acercársele de forma empática.

“Sin duda el apoyo familiar es fundamental. Una familia que le enseña a sus hijos a expresar las emociones y a identificarlas tiene una mejor trayectoria en todos estos procesos. Es un factor protector, mejor aún si no hay antecedentes de condiciones emocionales”, concluyó la docente.

La ruta de atención en Barranquilla se activa desde las instituciones de salud públicas o privadas, a través de las EPS. La línea de vida de la Secretaría de Salud de la Alcaldía de Barranquilla es 3399999. En la universidad, un equipo de psicólogos de Bienestar Universitario está disposición de los estudiantes. Pueden escribir al correo hablaconnosotrosbu@uninorte.edu.co.

Por José Luis Roríguez R.

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