Dos libros de Uninorte entre los mejores en Bienal Colombiana de Arquitectura y Urbanismo
Las obras son productos de investigación, dirigidos a un público en general, con el objetivo de contribuir al reconocimiento del patrimonio de Barranquilla y la región Caribe. Recibieron mención en la categoría de Divulgaciones Arquitectónicas.
Los libros La estética del oficio: Roberto Acosta Madiedo y Barranquilla, paisaje aéreo: memoria recuperada de una ciudad pionera. Legado de Scadta en sus 100 años, desarrollados por la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad del Norte, recibieron mención en la XXVII Bienal Colombiana de Arquitectura y Urbanismo, en la categoría Divulgaciones Arquitectónicas. El evento, organizado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos, se desarrolló el 17 y 18 de septiembre de forma virtual.
“La Escuela tiene dos bienales consecutivas participando con publicaciones. Llegar a este punto es un gran logro porque no es una categoría tan específica como otras. Es un aporte que la Escuela da al tema de la divulgación del conocimiento en torno a la arquitectura y urbanismo de la ciudad y la región, desde hace mucho tiempo con grupos interdisciplinares”, manifestó la profesora Rossana Llanos, coautora de los libros.
Las dos obras son productos de investigación, dirigidos a un público en general, con el objetivo de contribuir al reconocimiento del patrimonio de Barranquilla y la región Caribe.
La estética del oficio: Roberto Acosta Madiedo
Autores: Roberto Acosta Madiedo, Rossana Llanos, Óscar Ángel, Juan Carlos Garcés, Antonio Olmos, Sergio Chirivella, Martha Rodríguez y Edgar Moreno.
El libro está organizado en tres bloques. El primero contiene aspectos biográficos de Roberto Acosta, de su formación profesional y de su actividad de emprendimiento al frente de Arcos Ltda., empresa que fundó con su colega Israel Schwartz y el ingeniero Humberto Viana Montes.
La segunda parte muestra el análisis que los compiladores, Rossana Llanos y Óscar Ángel, hicieron en diez de sus obras que ejemplifican la totalidad de su producción. El arquitecto Acosta Madiedo diseñó y construyó en Barranquilla importantes viviendas unifamiliares, como la Casa Lajud (hoy un establecimiento Juan Valdez), y multifamiliares como el edificio Carbó, Eslait, Boulevard, Picasso, Riverside, entre otros. Hizo obras institucionales como el Club Barranquilla (demolido) o el Club Campestre. Una de sus obras institucionales más emblemáticas es la Sinagoga Be-Tel.
“La investigación del libro empezó con un estudio de posgrado de Juan Carlos Garcés sobre la arquitectura de Roberto Acosta Madiedo, arquitecto del Movimiento Moderno con una obra muy prolífica. Juan Carlos había hecho un inventario extenso, pero se fue a Europa y el proyecto quedó ahí. Entonces lo retomamos con Rossana Llanos y un equipo de profesores y estudiantes (…) Nos llevamos la muy agradable sorpresa de haber sido seleccionados”, señaló el profesor Óscar Ángel.
El último bloque del libro presenta una mirada desde otro ángulo a la obra de Roberto Acosta Madiedo: el de su realidad actual, referenciando edificios existentes, tanto los que se mantienen en buen estado como los que han sido modificados.
Hoy, con base en la investigación hecha por la Escuela de Arquitectura alrededor de este libro, la Secretaría de Cultura del Distrito de Barranquilla tiene nominada la Sinagoga de Be-Tel y planea seleccionar otras obras del Movimiento Moderno, para incluirlas en la lista de bienes de interés cultural del Distrito.
Barranquilla, paisaje aéreo: Memoria recuperada de una ciudad pionera. Legado de Scadta en sus 100 años.
Autores: Mauricio García, Rosanna Llanos, Jorge Villalón, Camilo Guevara, Martha Rodríguez, Carlos Rueda.
El libro recoge 131 aerofotografías de la ciudad, que fueron tomadas en 1939 por la aerolínea Scadta, y evidencian el crecimiento urbanístico y económico que empezaba a gestarse desde entonces. Estas imágenes reposaban en el Archivo Histórico del Atlántico, y fueron confiadas al rector Adolfo Meisel, quien conformó un equipo interdisciplinar de profesores y estudiantes de Uninorte, para darles valor agregado desde la investigación académica.
La obra cuenta con cinco capítulos. En los cuatro primeros se resaltan sectores de la ciudad que resultaban clave en aquel entonces para el crecimiento económico, urbanístico y social: el río Magdalena, el Prado, el Centro Histórico, y las zonas de futuros desarrollos, es decir, aquellos espacios rurales en los que apenas se empezaban a esbozar algunas intervenciones como ejes viales o iconos arquitectónicos, como el Estadio Romelio Martínez, que para 1939 demarcaba los límites de la Barranquilla urbanizada.
“El aporte más significativo de este libro fue la reconstrucción de este gran mapa de la ciudad de 1939. Nos dimos cuenta de que estas fotografías tenían una secuencia y nos daban un mapa de la ciudad, y a partir de ese ejercicio se hizo un análisis arquitectónico y urbanístico, un reconocimiento de íconos que muchos hoy todavía se conservan, y el contenido del resto del libro (…) Creo es la imagen más antigua de la ciudad desde una vista aérea, con gran detalle”, expresó el docente Mauricio García.
Martha Rodríguez, profesora del programa de Diseño Gráfico, explicó la importancia de hacer evidente los más de 90 iconos arquitectónicos desde el aire, para generar un acercamiento al lector, a través de “un lenguaje más amigable”. Para poder diferenciar estos iconos desde el aire, las fotografías son acompañadas con ilustraciones de las fachadas, descripciones de sus características y el contexto en el que fueron construidas.
El último apartado del libro hace una comparativa entre las aerofotografías tomadas en 1939 y otras capturadas por drones en 2019, lo que permite contrastar cómo ha cambiado la configuración de la ciudad 80 años después.
“Con los dos textos enviamos un mensaje de reivindicación del patrimonio, porque se tiene una idea equivocada de lo que es. Que si no tiene 200 años no se considera patrimonial y hay una actitud muy displicente frente a cosas valiosas. El Movimiento Moderno produjo una enorme cantidad de edificios significativos, pero parece que lo que uno tiene en cantidad no lo valora. Como no tienen 100 años se supone que son más o menos prescindibles y eso ha producido un detrimento patrimonial porque mucha de la mejor arquitectura ha sido arrasada por fenómenos comerciales y demás. El patrimonio se construye todos los días, es tan patrimonial algo del siglo XVIII como algo hecho hace poco”, concluyó el profesor Óscar Ángel.
Por José Luis Rodríguez R.
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