Historias de dedicación y triunfo en las vidas de los nuevos becarios

Wilmar Fontalvo y Keilyn Pereira son dos de los jóvenes que recibieron una beca para poder estudiar en Uninorte desde este semestre. Nos contaron sobre sus esfuerzos para destacar académicamente y los sueños que quieren cumplir a fututo.

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Wilmar Fontalvo, becario Roble Amarillo, al lado de su madre Claritza Vásquez.

Por: Natalia Daza

05 feb 2024

En la reciente ceremonia de entrega de becas, realizada el viernes, 2 febrero, más de 280 estudiantes fueron reconocidos por su excelencia académica. Gracias al aporte de distintos donantes y el fondo de becas institucional, estos jóvenes pudieron acceder a una educación superior de excelencia en Uninorte. Entre los distinguidos, presentamos las historias de dos de ellos: Wilmar Fontalvo y Keilyn Pereira. 

El primero de ellos, Wilmar, hoy siente que un sueño se le hizo realidad. Beneficiado con la beca Roble Amarillo, en su paso por el colegio siempre se distinguió por su dedicación y el esfuerzo que dedicó para lograr sus metas. Empezó a estudiar Ingeniería Mecánica. “Busqué algo orientado a lo que más disfruto, es decir, las matemáticas, y tenía muchas opciones, sin embargo, decidí finalmente inclinarme hacia la mecánica por mi interés en la robótica y el funcionamiento de las máquinas”, dijo.

El bachiller del Colegio Metropolitano de Soledad 2000 valora esta oportunidad que se le ha dado. No duda de que la exigencia del colegio es el camino hacia la excelencia. Este compromiso ha consolidado la reputación de dicho colegio, permitiendo a sus estudiantes prepararse debidamente para obtener diversas becas.

Claritza Vásquez y Walberto Fontalvo, sus padres, no ocultan la alegría y el orgullo que sienten al ver a su hijo recibir este beneficio. “Mi hijo siempre mostró un alto interés, dedicación y esfuerzo en todo lo relacionado con los estudios durante su permanencia en el colegio. Esto tuvo como resultado un buen puntaje en las pruebas de estado, una graduación con honores y finalmente la beca Roble Amarillo en la Universidad del Norte, la cual estuvo dentro de sus metas”, expresó Claritza Vásquez.

Desde temprana edad, las inclinaciones académicas de Wilmar fueron evidentes. Su conexión especial con los números y su profundo interés en el área de las matemáticas siempre estuvieron claros, su curiosidad por los fenómenos naturales y un deseo de aprender lo motivaban a dedicar gran parte de su tiempo a la adquisición de nuevos conocimientos.

Su padre, Walberto Fontalvo, hizo énfasis en el apoyo que los padres les dan a sus hijos; un respaldo que no solo fomenta el rendimiento escolar, sino que también fortalece la confianza y la determinación de los estudiantes, brindándoles el impulso necesario para alcanzar sus metas académicas y profesionales.

“Muchas noches se desvelaba estudiando e intentando superarse, y nuestro apoyo siempre estuvo presente. Aunque nuestra situación económica no es la mejor, hemos afrontado los obstáculos presentados durante su etapa de bachiller”, manifestó Walberto Fontalvo.

Keilyn Pereira, quien empezó a estudiar Comunicación Social y Periodismo, al lado de su madre al recibir la distinción como becaria de la Fundación Procaps.

 

Por su parte la historia de Keilyn Pereira, una venezolana que llegó a Barranquilla con su familia en busca de mejores oportunidades de vida, es muy parecida a la de los tantos migrantes que han salido del país vecino. Por su determinación y esfuerzo pudo conseguir la beca “Alimentando Sueños” de la Fundación Procaps.

Pereira destaca su participación en el proyecto REDES Liderando Vidas Sanas, creado por La Fundación Procaps en el año 2014 y cuyo fin es acompañar a jóvenes entre los 13 y los 17 años en su crecimiento interior y desarrollo emocional con el apoyo de la institución educativa a la que pertenezcan. Keilyn afirma que este acontecimiento fue crucial para definir su camino hacia las humanidades. Se decidió por Comunicación Social y Periodismo y ahora sueña con ser una profesional que le dé voz a las comunidades, para que tengan una plataforma para difundir sus problemáticas.

Este logro no solo representa el triunfo individual del estudiante, sino también un respiro para los padres que, enfrentando desafíos económicos, encuentran en la educación de sus hijos una vía para superar barreras y aspirar a un futuro más próspero. “Genera tranquilidad el saber que hicieron un gran trabajo y que yo ahora haré un gran trabajo porque ellos me dieron las bases”, señaló Keilyn.

Estos jóvenes, con historias únicas y metas ambiciosas, no solo han destacado por su rendimiento académico, también inspiran a otros con su pasión y entrega por el estudio como herramienta para salir adelante.

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