La visión de Mercedes Ortega sobre Marvel Moreno y lo femenino

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Mercedes Ortega (der.) junto a Consuelo Posada Giraldo en el evento.

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23 sep 2019

¿Cómo se representa lo femenino en la narrativa de Marvel Moreno? Esta es la pregunta que Mercedes Ortega González-Rubio responde a través de una investigación que lleva más de 13 años realizando. En Libraq se realizó el 20 de septiembre el lanzamiento del libro Cartografía de lo femenino en la obra de Marvel Moreno en el salón Gabriel García Márquez del Centro de Convenciones Puerta de Oro. 

El objetivo del libro es “conectar las representaciones de lo femenino en la escritura de Moreno con el contexto vasto y heterogéneo en el que se produce su obra”. En cinco capítulos, la investigadora y docente de Uninorte desglosa los corrientes aparentemente encontradas del feminismo presentes en los textos de la escritora barranquillera, los personajes y la cuestión del sujeto enunciante. 

Uno de los conceptos que presenta en el libro, estrechamente ligado a la poética de Moreno, es el de Amazona. Bajo esta óptica, de mujeres que representan el modelo invertido del ser humano femenino civilizado, clasifica los personajes de acuerdo a su actuar frente al esquema patriarcal al que se enfrentan. Ortega las define con dos categorías: amazonas al descubierto y con sordina. Las primeras se oponen abiertamente al patriarcado, mientras que las segundas hacen resistencia de manera clandestina. 

Otra de las figuras que aparece constantemente en el mundo literario de Moreno es la bruja, hechicera o loca. Para Ortega, estas ‘mujeres monstruosas’, que aparecen en repetidas ocasiones en la historia de la literatura, se pueden interpretar como posibilidades truncadas de la emancipación femenina.

La narrativa de Moreno se caracteriza por describir un mundo en el que los hombres están atravesados por el destino de ejercer violencia y control sobre las mujeres que toman una postura frente a esta situación. Consuelo Posada Giraldo, docente e investigadora quien también participó del foro, comentó que Moreno utilizó en todos sus escritos, excepto uno (El perrito), la óptica femenina del Caribe, en la que visualizó esta supuesta libertad de los cuerpos que significaba sumisión para las mujeres. 

Posada hizo un paralelo frente a lo que Ortega clasifica como una rebelión abierta al patriarcado, y la reincidencia de la venganza literaria en los cuentos de la escritora barranquillera. Muchos de los personajes femeninos planean la muerte de hombres, en especial del padre, como el acto representativo de rechazo a la sumisión. 

La conferencista citó ejemplos en los relatos Ciruelas para Tomasa, Oriane, tía Oriane y La muerte de la acacia, en las que las muertes no se dan a través de la violencia sino desde el mundo femenino que resignifica la narradora. “Hay una placidez en el mundo femenino, en cuyo equilibro no parecen caber los hombres”, comentó. 

Ortega contó que en sus clases siempre incluye un texto de Moreno, que deja a los estudiantes maravillados y al mismo tiempo desconcertados. “La barranquillera no deja a nadie indiferente. Una de las frases que más se repite es: ¿Cómo no la conocí antes? La segunda frase que más escucho es: Todo lo que narra Marvel sigue pasando ahora. Como me gustaría dejar de oir estas dos afirmaciones. Los estudiantes más jóvenes me dicen: profe, es la historia de mi familia, de mis vecinos, la mía propia. Estoy convencida de que la lectura de su obra, además de generar goce estético, cumple un papel en la reducción de la violencia y a favor de la igualdad”, cerró su intervención la docente. 

Por Leonardo Carvajalino

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