OCSA analiza el impacto de la pandemia en la satisfacción ciudadana

El encuentro académico exploró los resultados obtenidos en la encuesta aplicada durante 2020 a 3.774 personas en Barranquilla y su área metropolitana.

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La sesión virtual, que se realizó en la tarde del lunes 16 de marzo.

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17 mar 2021

Con la pandemia, en Barranquilla y su Área metropolitana la insatisfacción con la vida pasó de un 13.1% en 2019 a un 42% en 2020, cifras arrojadas como resultado de la encuesta aplicada por el Observatorio de Condiciones Socioeconómicas de la Universidad del Norte -OCSA-. Para promover el análisis y la divulgación de los resultados de la consulta más reciente, se realizó un conversatorio para dialogar en torno a la vulnerabilidad y desafíos frente a la pandemia por covid-19.

La sesión virtual, que se realizó en la tarde del lunes 16 de marzo, convocó al rector de la Universidad del Norte, Adolfo Meisel; Sandra Rodríguez, economista y directora del OCSA; Diego Vera, economista del Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo; Arachu Castro, doctora en antropología social y doctora en Ciencias Sociales; Paula Martes, economista egresada de Uninorte y Golda Ibarra, socióloga con diez años de experiencia en programas humanitarios y miembro de World Vision.

El rector Adolfo Meisel apuntó que la situación actual, producto de la covid-19, no es diferente a cualquier otra situación extrema, en donde los niños, las mujeres, los ancianos y la personas con escasos recursos son las que más sufren en los conflictos sociales.  

“Por eso le doy tanta importancia a este seminario propuesto por el Observatorio que centra la atención en esta población vulnerable que necesita nuestro apoyo como sociedad”, señaló el rector de la Universidad del Norte.

El programa OCSA, desde el año 2008, se dedica a estudiar las poblaciones vulnerables en el país, promoviendo un espacio de interacción entre la academia, los ciudadanos, los entes gubernamentales y los no gubernamentales. En abril de 2020 inició la Encuesta de Bienestar Subjetivo para determinar en qué medida la actual emergencia sanitaria ha afectado las poblaciones vulnerables del Caribe colombiano.

Sandra Rodríguez, directora del Observatorio, en su intervención recalcó que la pandemia ha hecho visibles las vulnerabilidades preexistentes, pero también ha logrado sacar a la luz otras problemáticas que en otros contextos no hubieran tenido suficiente atención.

“La pandemia nos afecta a todos, pero no de la misma manera. En ese marco quisimos en el OCSA pensar en esos factores que hace que a algunas personas los afecte de forma diferente”, expresó la economista. 

En el instrumento aplicado por el OCSA, el año pasado participaron 3.774 personas en Barranquilla y su Área metropolitana (Soledad, Galapa, Puerto Colombia y Malambo), para un total de 1225 hogares encuestados. La investigación arrojó como resultado que, por ejemplo, la insatisfacción con la vida pasó de un 13.1% en 2019, a un 42% en 2020 y que la percepción de felicidad bajó del 94% en 2019, a un 75.6% en 2020.

Entre otras cosas, los resultados también permitieron entender la calidad de vida de personas pertenecientes a los niveles 1, 2, y 3 del SISBEN, quienes expresaron tener mayores dificultades una vez decretada la cuarentena. Las problemáticas señaladas van desde la reducción de la actividad económica, pérdida de empleo, deudas, estrés, preocupaciones, problemas para conseguir alimentos. En este punto, el 63% de las personas afirmó no poder sobrevivir en condiciones normales en caso de una nueva orden de aislamiento preventivo obligatorio.

Desde el Banco Interamericano de Desarrollo se realizó una encuesta masiva en 17 países de América Latina y el Caribe, utilizando herramientas estadísticas para cuantificar los impactos de la pandemia en los mercados laborales. El BID indagó sobre la situación de alrededor de 200.000 personas en distintos países, en diferentes estratos socioeconómicos y orígenes culturales, consultando si en el inicio de la pandemia habían perdido su trabajo, tuvieron que cerrar algún negocio o cómo cambiaron sus niveles de ingreso antes y durante la emergencia sanitaria.

“La sorpresa no fue que la pandemia tenga efectos devastadores, sino que la pandemia tenga efectos tan desiguales. Una de las cosas que nos ponemos a pensar a futuro es si la pandemia pudo haber generado otras fuerzas que vayan incrementar la desigualdad en una región que antes de la pandemia ya era una de las más desiguales”, puntualizó Diego Vera, doctor en economía e investigador del BID.

Muchas de las secuelas de la pandemia no solo están en el mercado laboral, También se verán reflejadas en el capital humano y en otras dimensiones como la salud mental y física de las personas. Es por esto que el llamado desde las distintas instituciones es a pensar en lo que se puede aprender de esta crisis.

Para Arachu Castro, máster en salud pública, los desafíos de la pandemia radican en explorar todos los campos posibles en busca de alternativas que permitan reactivar la cobertura de los sistemas de salud en cada país, prestando atención a la actual crisis sin dejar de lado a las poblaciones que necesitan atención prioritaria como las mujeres, los niños y los adolescentes.

“En algunos países suspendieron los servicios de atención prenatal, atención a recién nacidos, atención a víctimas de violencia, programas de nutrición entre otros. Lo que sí se reforzaron fueron los programas para contrarrestar el hambre. Se suspendieron servicios esenciales para dar atención a las personas directamente afectadas por la pandemia”, enfatizó la doctora.

Por Katheryn Meléndez Solano.

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