¿Qué expectativas influyen en el consumo de alcohol en los jóvenes?

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La psicóloga estadounidense, Jane Noll, durante su intervención en la Cátedra Global.

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19 oct 2017

Según la psicóloga estadounidense, Jane Noll, las palabras, los olores, las imágenes e incluso los sonidos que las personas asocian con el alcohol influyen en la forma como lo consumen. Considera que "entre más entendamos cuál es el rol de la memoria en nuestras decisiones frente a la bebida, seremos más saludables”.

El 18 de octubre Noll estuvo en la Cátedra Global para compartir los resultados de sus investigaciones sobre procesos cognitivos involucrados en los hábitos de consumo de licor de los jóvenes. El enfoque de estas fueron las “expectativas de alcohol”, termino con el que se refiere a aquello que la persona espera que suceda en su comportamiento cuando toma una bebida alcohólica.

“Lo que espera la gente se asocia a cómo toman y cuánto toman. Los estudiantes que esperar tener un efecto emocionante beben más que aquellos que esperan calma, relajación o efectos negativos. De esta manera podemos predecir qué clase de tomador será una persona, basándonos en sus expectativas respecto al alcohol”, afirmó la experta, quien también es coordinadora del pregrado en Psicología de la Universidad del Sur de la Florida (EE.UU).

Destacó que en ocasiones estas expectativas son reforzadas por las imágenes y los mensajes que presenta la publicidad, en las que se presenta el consumo de licor asociado con ser más sociable, feliz, atractivo o divertido, entre otros adjetivos positivos.

Noll, además de psicologa cognitiva, también cuenta con estudios sobre el lenguaje, que la han llevado a indagar cómo las palabras influyen en la forma de ver el mundo. Estos aspectos hicieron parte de su investigación postdoctoral, en la que analizó cómo operan las expectativas del alcohol en la cognición cerebral. “Si podemos entender cómo operan estas expectativas implícitamente, entonces podemos encontrar maneras de reducir el consumo excesivo de alcohol”, explicó.

Fueron 96 universitarios, entre bebedores frecuentes y ocasionales, los que participaron de este estudio. La psicóloga entregó a la mitad de ellos una lista con 15 términos para recordar que iniciaban con la palaba “leche” y seguían con otras relacionadas a alimentos. A la otra mitad les dio una lista que iniciaba con la palabra “cerveza” y continuaba con adjetivos asociados a las expectativas de alcohol, como diversión, felicidad, entre otros.

Tras una serie de distracciones, les pidió a los participantes que recordarán la mayor cantidad de palabras de sus listas. Con esto descubrió que quienes leyeron “cerveza” inicialmente tendían a recordar más de la mitad de los adjetivos que estaban relacionados con expectativas de alcohol.

Finalmente manifestó que los riesgos asociados al consumo excesivo de bebidas alcohólicas ha sido una de las motivaciones para desarrollar este tipo de investigaciones. Con ellas busca hacer ver a los jóvenes universitarios que pueden tomar decisiones más sensatas frente a su forma de consumo.

“Hay estudiantes que han muerto por beber demasiado, terminan en accidentes de transito, se lastiman o toman decisiones peligrosas; esto también influye en su desempeño académico. Por esto creo firmemente que necesitamos cambiar las formas de comportamiento frente al alcohol”, declaró la investigadora.

 

Por María Margarita Mendoza.

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