Venezuela: ¿el fin de la revolución?

coyuntura-crisis-venezuela.jpg
La popularidad de Nicolás Maduro está en 20%, lo cual evidencia la disconformidad de los venezolanos con el accionar del gobierno.

Por:

03 mar 2015

La situación política, social y económica que vive hoy Venezuela se complica cada día más. La crisis de un modelo patriarcal dependiente del petróleo, cuyos precios cayeron a nivel mundial, la represión a la oposición, la corrupción, las relaciones internacionales volubles y el descontento ciudadano (la popularidad de Nicolás Maduro en Venezuela es solo del 20%), hacen que el panorama despierte el rechazo de la comunidad internacional.

Así como van las cosas, expertos afirman que es cuestión de tiempo el fin de la revolución bolivariana que impuso el expresidente Chávez. El origen de este conflicto se ancla en una lucha ideológica y política entre dos sectores: las élites venezolanas con sus puestos electorales tradicionales, y los representantes del régimen impuesto por Hugo Chávez, que enmarcó su política bajo la lucha contra estas élites.

"El actual régimen que criticaba el régimen anterior, terminó mimetizándose en la virtud de los vicios que le criticaba a la derecha, sin tener en cuenta sus méritos. Es decir, solo emulan los vicios pero no los elementos que uno podría decir positivos de esa derecha", señaló Fernando Giraldo, doctor en Ciencias Políticas y docente del departamento de Relaciones Internacionales de Uninorte.

Académicos de Uninorte analizan los efectos de las políticas sociales, el modelo económico, la política internacional, la forma cómo se manejan las instituciones en el vecino país bajo el actual gobierno, y cómo esta crisis puede llegar a impactar en Colombia.

Un sistema democrático en crisis
A nivel internacional, la democracia venezolana está en entredicho, sobre todo por los altercados contra los derechos de los ciudadanos. Los últimos episodios registrados que desataron polémica fueron el arresto del líder de oposición y alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y la muerte de un joven de 14 años a manos de la policía en medio de una protesta contra el gobierno. El debate está abierto: ¿la elección popular basta para definir a una nación como democrática?

Si bien el sistema político venezolano es democrático, el funcionamiento de sus instituciones no lo es tanto, porque el modelo de gobierno ha primado sobre los principios básicos de la democracia: la vigencia de la justicia, la igualdad política, instituciones independientes y autónomas, división de poderes, la rendición de cuentas por el ejercicio del poder y la existencia de la libertad.

"A pesar de que hay unos elementos que son de valor universal y formalmente están vigentes en Venezuela, la vida real de las instituciones y la vida cotidiana de los ciudadanos, más allá de la democracia electoral, deja mucho que desear. Cada vez más el poder, la potencia del Estado y de los gobernantes se ponen por encima de los derechos de las personas y de la posibilidad de que la gente pueda expresar públicamente sus pensamientos y opiniones sin el temor de ser amonestado por ello. En ese sentido, el régimen político venezolano tiende cada vez más al autoritarismo", indicó Giraldo.

La violación de los derechos humanos es constante en casi todos los países del mundo, pero en todos existen unos canales institucionales para que la gente acuda con confianza ante las autoridades a pedir respeto; canales que se han perdido en Venezuela. Incluso hay denuncias sobre la participación de estas instituciones y de los agentes públicos en la violación de los derechos humanos. Solo habría que mencionar el control a la libertad de los medios de comunicación y los golpes poco argumentados a la oposición.

Si bien la democracia electoral le da una base de legitimidad a un gobierno cuando es elegido en las urnas por voluntad de los ciudadanos, su límite está en la forma como se gobierna. "Un gobierno puede establecerse legalmente por mayorías, pero puede perder legitimidad cuando empieza a alejarse de lo que los ciudadanos esperan que haga", explicó Giraldo.

Una economía insostenible
Venezuela inició el año en recesión económica, con una inflación cercana al 70%, la más alta de todo el mundo. Esto, sumado a la escasez de divisas y la dependencia de las importaciones, explican sus dificultades. Su modelo económico se ha vuelto insostenible por las políticas asistencialistas que dependen del petróleo, cuyos precios han caído en todo el mundo. El desabastecimiento en los productos de la canasta básica familiar es solo una muestra de ello.

Para William Baca Mejía, profesor del Departamento de Economía de Uninorte, el hecho de que hoy Venezuela tenga una inflación excesiva es reflejo de que su aparato productivo se ha quedado apagado. "Si la máquina de producir no está encendida, obviamente la demanda será creciente y la oferta será restricta".

Situación que se agravó con las expropiaciones de muchas empresas por parte del gobierno. Después no supieron qué hacer con estas industrias, lo cual afectó la producción del país.

"Cuando la oferta de la producción disminuye y te encuentras con una demanda altamente subsidiada por el Estado, tienes una demanda vital que se enfrenta a una oferta muy escasa, simple interacción de oferta y demanda. Si la voluntad de las personas es superior a gastar, frente a la disponibilidad de venta del aparato productivo, no hay nada que hacer. Los resultados son niveles de inflación altísimos", explicó Baca.

También hay que tener en cuenta el desorden monetario y la discrecionalidad abusiva del Banco Central de Venezuela, lo que ha llevado a la devaluación de su moneda. "El cambio en Venezuela tiene que ser político, pero tiene que ser de tal manera que reestructure la estructura social de acumulación del país, que entiendan que el socialismo del siglo XXI fracasó y que su aparato productivo debe transformarse para que vuelvan a producir y generar empleos que significarán ingresos", expresó Baca.

Empresarios buscan destinos más atractivos
La inestabilidad y centralismo político, el bajo dinamismo económico y la incertidumbre en el movimiento de la tasa de cambio han tenido como efecto que cada vez más empresas salgan de Venezuela.

La revista América Economía, en un Ranking sobre las mejores ciudades para hacer negocios en Latinoamérica evidenció que entre los 50 lugares para invertir, la única ciudad venezolana que clasificó es Caracas, ocupando el último lugar.

Sobre esta situación, Jahir Lombana, director académico de la Escuela de Negocios de Uninorte, comentó que los servicios prestados a empresas y ejecutivos están muy por debajo del promedio regional, lo que sumado al marco político inestable, dan las peores condiciones para hacer negocios en este país.

En cuanto al movimiento de la tasa de cambio, los empresarios viven en constante incertidumbre por la existencia de tipos de cambio dominantes y la falta de autonomía por parte del Banco Central. Además, esta situación también ocasiona la aparición de un mercado negro dinámico que afecta la economía doméstica y la de frontera. Con el fin de enfrentar esta crisis y tener un mejor panorama con mejores oportunidades de inversión, muchos empresarios deciden reubicarse en países como Colombia.

"Para Colombia es una novedad ver extranjeros trabajando en el país. Las condiciones para hacer negocios se perciben más favorables y la perspectiva de un posconflicto es muy llamativa para los empresarios. Particularmente para los venezolanos calificados, Colombia ha sido un refugio que ha beneficiado sectores como el petroquímico y el comercial", expresó Lombana.

No se puede negar el gran conocimiento que tienen los venezolanos en el sector petrolero y su llegada al país es seguramente una de las razones para que Colombia lograra una producción diaria de un millón de barriles de petróleo. Los empresarios venezolanos, por vivir desde hace varios años situaciones de crisis política y económica, enfrentan con mayor facilidad el reposicionamiento industrial y han logrado adaptarse al rigor del sector económico colombiano.

"En la Venezuela pre-Chavez, la opulencia y lujos de una economía petrolera era normal, mientras al otro lado de la frontera el manejo austero y una juiciosa política macroeconómica permitían proyectar la economía a pesar del conflicto armado. El venezolano que se ha adaptado a Colombia seguramente ha comprendido que el consumidor colombiano es más austero y con una perspectiva de estabilidad económica mayor que la del venezolano", dijo Lombana.

Un colapso con ondas expansivas
De acuerdo con Giraldo, el país vecino se encuentra al borde de un colapso social y político, que podría pasar en cualquier momento. De llegarse a dar estos sucesos en Venezuela toda la región sufriría, incluyendo Colombia. "La anarquía y el desorden en Venezuela traería grandes flujos migratorios hacia las fronteras con Colombia. Unas fronteras que no están preparadas para recibir cientos de miles de familias desplazadas por el conflicto", dijo.

Problemas de orden humanitario y políticos se suman a las implicaciones que traería para Latinoamérica un colapso del gobierno del presidente Maduro. De acuerdo con el experto, en Venezuela existen actores parapolíticos legitimados por el mismo Estado cuyo propósito es perseguir y contener a los opositores del presidente bolivariano.

"La mayoría de países latinoamericanos han tenido experiencias trágicas con este tipo de actores como para no saber lo riesgoso que es jugar a la informalidad y por fuera de la institucionalidad", aseguró el analista internacional.

En Colombia ciudades como Cúcuta, un municipio de tercera categoría cuya economía depende más de Venezuela, se vería afectado directamente en caso de ocurrir un derrocamiento del actual régimen venezolano.

Muchos analistas han predicho que Venezuela está ya en la ruta de un derrumbe del régimen político. La incógnita es cuándo va a suceder. Lo que sí es seguro es que el país necesitará una redemocratización.

"Esto de reprimir toda manifestación, de perseguir a los opositores, de decir que el gobierno puede hacer lo que quiera sin rendir cuentas, de que la justicia esté controlada por el poder político y de que la rama legislativa esté subordinada por el ejecutivo, va minando estructuralmente el sistema", sostuvo Giraldo, quien opina que los problemas sociales y económicos de distribución de alimentos y de recursos básicos como medicamentos, el desempleo y las dificultades a nivel internacional, terminan desestabilizando a cualquier gobierno.

"Es una cuestión de tiempo, y ojalá el costo no vaya a ser muy alto, o sea que cuando esta situación se desate completamente no vayan a haber pérdidas humanas", concluyó Giraldo.

Por Grupo Prensa

También le puede interesar

Situación de los estudiantes venezolanos en el extranjero: entre mitos y realidades

Más noticias