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ARTÍCULO DEL RECTOR

 

"La educación de calidad es el motor más poderoso para reducir desigualdades y transformar la sociedad."

Adolfo Meisel Roca - Rector Universidad del Norte
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Julio 2025
Por:  Adolfo Meisel Roca
Rector Universidad del Norte
Egresado de la especialización en Arqueología (2022)



 

Aunque Colombia ha registrado avances importantes en salud, educación e infraestructura, persisten desafíos como la desigualdad, la pobreza extrema y la baja productividad laboral. Invertir en capital humano y educación de calidad es clave para lograr un desarrollo sostenible y equitativo.  


Tradicionalmente, en los cursos que dicto a estudiantes universitarios, suelo hacerles la pregunta de si Colombia ha avanzado o no. La percepción predominante es que este país ha avanzado muy poco, o incluso nada. Yo suelo decirles, como solía decir el historiador Jaime Jaramillo Uribe, que Colombia caracteriza por la medianía.

Aunque queda mucho por hacer y el progreso ha sido lento en diversas dimensiones, en el último siglo el país ha logrado avances significativos: la Constitución de 1991, el crecimiento del PIB, la reducción de la mortalidad, sobre todo infantil, el avance en la cobertura y la calidad de la educación, los grandes logros de las mujeres-derecho al voto, más educación, ingreso al mercado laboral en grandes números- aumento de la cobertura en salud y las mejoras en infraestructura vial y aérea, aumento en la cobertura de los servicios públicos, cambios en la calidad de las viviendas, aumento en la estatura y reducción en la desnutrición, y la disminución de la pobreza, entre otros.

No obstante, nuestra sociedad aún enfrenta tareas mayúsculas: la pobreza extrema muy alta, la informalidad, las altas tasas de inseguridad y homicidio, la desigualdad en ingresos y oportunidades. Como lo señala el informe del Banco Mundial Trayectorias: Prosperidad y reducción de la pobreza en el territorio colombiano, circunstancias ajenas al control de una persona, como su etnia, lugar de nacimiento o género, determinan su capacidad para lograr unas buenas condiciones de vida. Los perfiles de pobreza en todo el mundo suelen estar estrechamente ligados a estos atributos y sobre todo, al nivel de educación formal obtenido. Las oportunidades de acceder a una mejor educación, atención en salud de calidad o a fuentes seguras de agua varían ampliamente si se es un afrocolombiano en Chocó, un indígena en Vaupés o un inmigrante venezolano en Bogotá. Los perfiles socioeconómicos de los pobres en Colombia revelan de forma persistente que no todos tienen las mismas oportunidades de prosperar. Como sociedad debemos actuar decididamente para erradicar estas situaciones.

 

A lo largo de mi vida he sido testigo de muchos cambios en nuestra sociedad. Esto me lleva a creer que las sociedades no son estáticas y que los grandes problemas de nuestro país —en particular, el rezago socioeconómico de la región Caribe— pueden solucionarse. Estoy convencido de que la vía más rápida para lograrlo es invertir en una educación de calidad en todos los niveles, desde la primera infancia hasta la educación superior. Tradicionalmente, el nivel de vida de las sociedades ha estado asociado a su capacidad de producir bienes y servicios. Esa producción depende de su dotación de factores productivos (tierra, capital humano y capital físico) y de su productividad, es decir, de su capacidad de transformar insumos en resultados finales. En la actualidad, la productividad del capital humano y del capital físico son las principales fuerzas que impulsan el crecimiento económico global.

En Colombia, por ejemplo, el aporte del capital al crecimiento del valor agregado en 2024 fue de 0,70 puntos porcentuales, el más alto entre todos los factores. En contraste, los servicios laborales —es decir, el capital humano— contribuyeron negativamente (-0,21 pp), lo que sugiere una caída en la productividad laboral o una mala asignación del trabajo. Entonces, ¿debemos dejar de invertir en capital humano? La respuesta es un rotundo no. El desarrollo de habilidades cognitivas, ejecutivas, transversales y profesionales permite a las personas perfeccionar la tecnología, volviéndose más productivas.

 

De hecho, si analizamos detenidamente las estimaciones de Productividad Total de los Factores (PTF) del DANE, vemos que sectores como la industria manufacturera, la provisión de servicios públicos y la minería presentaron contribuciones laborales positivas. En otras palabras, la combinación entre cualificación, experiencia y cantidad de horas trabajadas aportó al crecimiento agregado de estos sectores. Esto indica que, en sectores técnicos o intensivos en conocimiento, el trabajo cualificado sigue siendo relevante y productivo.

 
 
Desde otra perspectiva, los datos muestran que Colombia ha desarrollado cierta capacidad técnica que permite a los trabajadores ser productivos en estos sectores. Sin embargo, aún enfrentamos grandes retos para absorber los beneficios del capital físico y tecnológico en otras áreas con alta PTF como la agroindustria moderna, los servicios personales, la construcción, las comunicaciones y el transporte. Con la intención de fomentar un desarrollo equilibrado, Colombia debería incentivar la inversión en capital humano calificado en estos sectores. Para ello, es esencial aumentar la eficiencia del trabajo a través de educación técnica, formación continua y una transición laboral bien planificada.

Otro aspecto clave que refuerza la importancia de invertir en capital humano es la estructura de los ingresos en los hogares colombianos. Según la Encuesta Nacional de Presupuestos de los Hogares (ENPH) 2016–2017 del DANE, aproximadamente el 48% del ingreso de los hogares provino de salarios de asalariados, y otro 26,1% de ingresos generados por trabajadores independientes (comerciantes, emprendedores, profesionales por cuenta propia). Es decir, cerca del 74% de los ingresos de los hogares se originan en actividades laborales remuneradas. Si sumamos los ingresos por trabajos secundarios u ocasionales, el total asciende al 77%.

Tabla 1 - Ingreso monetario

Tabla 1. Ingreso monetario de los hogares Colombianos en 2017 según tipo de ingreso en millones de pesos corrientes

Tipo de ingreso Total nacional (millones $) Participación
Total de ingresos corrientes monetarios27.544.259100%
Ingreso por trabajo principal de los asalariados13.222.35148%
Ingreso por trabajo principal de los independientes7.181.87326%
Ingreso por trabajos secundarios de los asalariados e independientes424.5832%
Ingreso por trabajo de los desocupados198.3601%
Ingreso por trabajo de los inactivos147.3211%
Total ingresos por actividades laborales21.174.48877%
Ingreso de capital1.489.5215%
Ingresos por transferencia4.121.24015%
Ingresos ocasionales759.0103%
Fuente: DANE (2025) – Encuesta Nacional de Presupuestos de los Hogares
Gráfica 1. Participación de las fuentes de ingreso de los hogares colombianos sobre sus ingresos monetarios totales en 2017
Actividades laborales (77%)
Transferencias (15%)
Capital (5%)
Ocasionales (3%)
Fuente: DANE – ENPH 2017

El restante 23% proviene de transferencias, subsidios y pensiones (15%), ingresos de capital (5,4%) y rentas ocasionales como herencias o premios (2,8%). Dicho de otro modo, la gran mayoría de los colombianos vivimos de nuestro trabajo, y cuanto más productivos seamos, mayor será nuestra calidad de vida.

Por eso, la educación de calidad es un verdadero motor de transformación y movilidad social: una herramienta poderosa para reducir las desigualdades que aún nos agobia.
 
Ingresos por región

Tabla 2. Participación de los ingresos monetarios de los hogares colombianos sobre los ingresos totales en 2017 por regiones

(Cifras en millones de pesos corrientes)
Región / Entidad Territorial Número de hogares (miles) Total de ingresos Total ingresos por actividades laborales Participación sobre los ingresos totales
Actividades laborales Capital Transferencias Ingresos ocasionales
Caribe 2.684 3.995.120 3.254.186 81% 3% 14% 1%
Bogotá 2.556 8.298.104 6.344.695 76% 6% 14% 3%
Central 4.572 8.023.377 6.133.252 76% 5% 15% 3%
Oriental 1.835 2.993.451 2.240.817 75% 7% 15% 3%
Pacífica 2.573 3.994.191 2.997.452 75% 5% 18% 2%
San Andrés 18 45.262 40.346 89% 4% 7% 0%
Capitales de la Amazonía 112 194.755 163.741 84% 7% 7% 2%
Fuente: DANE (2025) - Encuesta Nacional de Presupuestos de los Hogares