

UN RECOMENDADO
"Hoy, para quienes trabajamos freelance, el reto no es solo encontrar dónde sentarnos, sino crear el tipo de rutina que alimente nuestras ideas, sin que eso implique romper el bolsillo."
Melissa Puche Manjarrés, egresada de Comunicación Social y Periodismo (2018) y de la Maestría en Literatura y Escritura Creativa (2025)
Trabajar desde casa suena ideal, hasta que falta la luz o la rutina agota. Frente a imprevistos, muchos freelancers deben decidir entre un café o un coworking. La elección va más allá del presupuesto: es una búsqueda de concentración, flexibilidad y bienestar. Porque para quienes trabajan por proyectos, el espacio importa tanto como la idea, y la libertad también implica saber dónde seguir creando.
Espacio / Amenidad | Cafés | Coworking |
---|---|---|
Suscripción (Mensualidad) | No cobran | Día: $90.000 aprox / Mes: $700.000 COP aprox |
Comida | $25.000 aprox | Incluyen bebidas No incluye comida ($20.000 aprox) |
Transporte (Uber / Parqueo) | Depende: puede ser a pie O $10.000 aprox |
Depende: puede ser a pie O $10.000 aprox |
Enchufes | Depende al que vayas | Sí |
Velocidad de internet | Baja | Alta |
Baños | Depende al que vayas | Sí |
Mobiliario | Depende al que vayas | Ergonómico |
Eventos | No | Sí (según programación) |
TOTAL (día) | $35.000 COP (aprox) | $53.333 COP (calculado por mensualidad) |
Hoy, para quienes trabajamos freelance, el reto no es solo encontrar dónde sentarnos, sino crear el tipo de rutina que alimente nuestras ideas, sin que eso implique romper el bolsillo.
Las formas de trabajo están cambiando. Es vital reconocerlo, incorporarlo y crear más espacios para que estas nuevas modalidades de empleo puedan sostenerse. Lugares a los que no solo accedan quienes tienen ingresos fijos, sino también quienes trabajamos por proyectos, valoramos la movilidad, networking y aportamos con nuestro trabajo a la construcción de ciudad. Ojalá el mercado nos ofrezca más hogares. Y que lo que generamos al mes sea suficiente para elegir, sin miedo, cualquier espacio.
Las formas de trabajo están cambiando. Es vital reconocerlo, incorporarlo y crear más espacios para que estas nuevas modalidades de empleo puedan sostenerse. Lugares a los que no solo accedan quienes tienen ingresos fijos, sino también quienes trabajamos por proyectos, valoramos la movilidad, networking y aportamos con nuestro trabajo a la construcción de ciudad. Ojalá el mercado nos ofrezca más hogares. Y que lo que generamos al mes sea suficiente para elegir, sin miedo, cualquier espacio.