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ARTÍCULO DEL RECTOR

 

“En Uninorte no seguimos la IA: la orientamos, la cuestionamos y la ponemos al servicio de nuestra gente.”

Adolfo Meisel Roca - Rector Universidad del Norte
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Diciembre 2025
Por:  Adolfo Meisel Roca
Rector Universidad del Norte
Egresado de la especialización en Arqueología (2022)



 

La Universidad del Norte presentó LucIA, una plataforma de inteligencia artificial pensada para acompañar y potenciar la experiencia de estudiantes, docentes y colaboradores. En medio de una transformación tecnológica acelerada, LucIA busca acercar la IA a la comunidad de forma segura, ética y útil para el aprendizaje diario. Con miles de usuarios y cientos de asistentes creados, la iniciativa demuestra que la tecnología puede amplificar el talento humano y abrir nuevas formas de enseñar, aprender y trabajar en Uninorte.  


Vivimos un momento extraordinario en la historia de la humanidad. La inteligencia artificial (IA), que durante décadas habitó la frontera entre la imaginación y la ciencia, se ha convertido en un motor transformador de nuestras sociedades. Lo que vemos hoy no surgió de la noche a la mañana: es el resultado de una trayectoria intelectual y tecnológica que se remonta a los primeros autómatas de la antigua Grecia, a los debates filosóficos de Descartes, Hobbes y Leibniz sobre la razón y la cognición, y a los sueños literarios que, como recuerda Mukherjee (2023), imaginaron máquinas dotadas de agencia mucho antes de que existieran. Sin embargo, el punto de quiebre llegó en el siglo XX, con la pregunta de Alan Turing (1950) sobre si las máquinas pueden pensar, seguida por la Conferencia de Dartmouth en 1956, considerada por Elavarasi y Periyanayaki (2025) como el verdadero “Big Bang” del campo. 
 

Desde entonces, la historia de la IA ha sido una sucesión de décadas de avances lentos y períodos de frustración—los llamados AI winters (Shin, 2019)—hasta llegar al renacimiento contemporáneo de la IA, expresión que se usa para describir el resurgimiento acelerado, sostenido y exitoso de la IA, impulsado por el aprendizaje profundo y los modelos de lenguaje de gran escala (Chaitanya y Rolla, 2024). Este recorrido no solo explica dónde estamos hoy, sino que también refuerza la idea de que la IA debe comprenderse no como una amenaza, sino como una herramienta poderosa para transformar positivamente la forma en que aprendemos, enseñamos y trabajamos. 

En la actualidad, la IA está redefiniendo industrias enteras: desde la manufactura inteligente y los servicios avanzados apoyados en robótica (Sousa et al., 2022) hasta los profundos cambios en la salud derivados de la analítica predictiva y la cirugía asistida (Singhi y Ahmed, 2025). En educación, los estudios recientes muestran cómo la IA personaliza los procesos de aprendizaje, facilita la retroalimentación inmediata y permite a los docentes concentrarse en actividades más creativas y humanas (Kasat et al., 2025). En el mundo laboral, su impacto es igual de contundente: automatiza tareas repetitivas, redefine perfiles profesionales y crea nuevas oportunidades que demandan pensamiento crítico, alfabetización digital y habilidades interdisciplinarias (Satone et al., 2025; Oyetade y Zuva, 2025). Incluso la noción de ciudadanía digital está cambiando: hoy hablamos de formar ciudadanos capaces de interactuar éticamente con la IA, conscientes de la privacidad, el sesgo algorítmico y los riesgos socio-tecnológicos (Yiming et al., 2025; Tariq y Sergio, 2024). 

En este contexto, las universidades no pueden ser espectadoras. Deben liderar. Son los espacios donde nace el conocimiento, donde se forman las nuevas generaciones y donde se reflexiona críticamente sobre el futuro de la sociedad. Como señalan diversos autores, las universidades tienen la responsabilidad de guiar la discusión ética, impulsar la innovación interdisciplinaria y garantizar que el desarrollo tecnológico se alinee con valores humanos y sociales (Dai, 2020; Jinsong y Junjie, 2023). Por eso, no basta con seguir la IA: debemos anticiparla, comprenderla y orientarla hacia el bien común. 

En la Universidad del Norte, esta convicción nos llevó a construir una estrategia institucional de inteligencia artificial centrada en la persona, el aprendizaje y el impacto social. Nuestros tres pilares—mejorar la experiencia estudiantil, potenciar la docencia e investigación y optimizar la gestión universitaria—marcan una visión clara de IA responsable, transparente y con propósito. LucIA, la plataforma institucional que hoy presentamos a nuestra comunidad uninorteña, es la expresión concreta de esa visión. 
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Vista de asistentes IA compartidos por profesores y colaboradores.

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Imagen de un chat de LucIA utilizando el modelo Gemini de Google

LucIA no es simplemente un acceso a modelos avanzados como ChatGPT, Gemini o Claude. Es un ecosistema diseñado para democratizar la IA en toda la comunidad universitaria, con la seguridad y la ética como ejes. Surge, como explica nuestro documento institucional, para resolver tres grandes desafíos: la protección de la información, la viabilidad financiera del acceso masivo y la necesidad de formar a nuestra comunidad en fundamentos, límites y usos responsables de la IA  

Hoy, LucIA ofrece cursos de ética en IA, ingeniería de prompts, una biblioteca de casos, escenarios de aprendizaje y herramientas para que docentes y estudiantes creen asistentes personalizados. Permite a los profesores desarrollar tutores virtuales para sus asignaturas, monitorear la interacción académica y ofrecer retroalimentación más oportuna. Para los colaboradores administrativos, abre la puerta a automatizar procesos, generar reportes y fortalecer la toma de decisiones basada en datos. Y para los estudiantes, se convierte en un espacio de creatividad, aprendizaje autónomo y exploración interdisciplinaria  

Los resultados iniciales confirman el impacto: más de 3.700 usuarios, más de 250 asistentes creados y más de 100 utilizados activamente en asignaturas y procesos administrativos. Son métricas que reflejan no solo un uso creciente, sino una adopción cultural profunda, alineada con lo que Lytras y Șerban (2025) denominan una transición hacia sistemas “inteligentes, colaborativos y centrados en el ser humano”. 

En un mundo donde autores como Mohamed, Png e Isaac (2020) nos recuerdan la necesidad de una IA “decolonial”, sensible al contexto y a las asimetrías globales, LucIA es también una apuesta ética. Es una IA hecha a la medida de Uninorte, respetuosa de nuestra identidad, nuestras necesidades y nuestra misión social. 

Resultados iniciales que confirman impacto
Primeros indicadores de adopción de LucIA
+3.700
Usuarios registrados
Participación activa de estudiantes, docentes y colaboradores.
+250
Asistentes creados
Soluciones diseñadas a la medida de cada asignatura y proceso.
+100
Asistentes en uso activo
Integrados en cursos y gestión universitaria.

Como rector, creo firmemente que la inteligencia artificial no será lo que las máquinas hagan por nosotros, sino lo que nosotros decidamos hacer con ellas. LucIA es una apuesta por un futuro donde la tecnología amplía oportunidades, fortalece el pensamiento crítico y potencia el talento humano. Es una invitación a nuestros estudiantes, colaboradores y egresados a seguir conectados con la innovación, a participar activamente en este proceso y a construir juntos la Universidad del Norte del futuro. 

El camino apenas comienza, pero avanzamos con convicción: con LucIA, nuestra universidad no solo se adapta a la nueva era de la inteligencia artificial, sino que la lidera, la orienta y la humaniza. 

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