Responsive Image
Responsive Image

CAMPUS UNINORTE

Responsive Image
Por: María Angélica Duque
Egresada de Comunicación Social y Periodismo (2006).

Un recorrido por mi universidad

Cada paso, cada mirada a este lugar es un ejercicio de gratitud por lo que viví y aprendí durante 54 meses.


 

Dieciséis años han pasado desde que me gradué como Comunicadora Social y Periodista y hoy visito la Universidad del Norte con mirada de turista. Me permito conocer nuevos espacios y crear otras experiencias, y, por supuesto, me asombro de los logros tecnológicos, arquitectónicos y de inclusión. Sin embargo, es imposible recorrer los pasillos sin evocar los momentos y sentimientos de la estudiante que fui, la líder entusiasta con ganas de aprender, la joven decidida y alegre, pero al mismo tiempo y en retrospectiva, una niña asustada e insegura, de pensamientos y creencias cuadriculadas y tajantes, que encontró en la universidad un espacio para compartir experiencias, saberes y conocimientos validando el pensamiento y las opiniones del otro. 
Responsive Image
María Angélica, conocida también como ´Cucha´, egresó del programa de Comunicación Social y Periodismo hace 16 años. 

Encontré en la universidad un espacio para compartir experiencias, saberes y conocimientos validando el pensamiento y las opiniones del otro".  

María Angélica Duque

El primer edificio que visité fue la Casa de Estudio, un moderno centro que lleva el nombre del educador y humanista cienaguero Alfredo Correa de Andreis, asesinado por orden de agentes del Estado el 17 de septiembre de 2004. Este espacio, además de impactarme por su maravillosa infraestructura y mensaje de respeto por la vida, por las ideas, los derechos humanos y el desarrollo, me hizo rememorar que, gracias a un consejo de Alfredo, Uninorte es mi alma mater. 

Frustrada por no poder estudiar Ciencias Políticas en Bogotá quise aprender Sociología en la Universidad del Atlántico, donde él era docente. Pero “El flaco Correa”, quien se caracterizaba por hablar con esa bacanería que impregnaba de sentido y honestidad cada una de sus palabras, me sugirió otra carrera. “Cucha, ¿por qué no pruebas Comunicación Social en la Universidad del Norte? Estoy seguro de que te puede ir muy bien”. Y tenía razón.

Durante el recorrido también sentí nostalgia por los lugares que solo existen en los recuerdos de quienes los habitamos en el pasado, como las cafeterías 'el CAI' y la zona de comidas 'El Pueblito', en los que me divertí mucho durante los huecos entre clases. Esta última es hoy una plazoleta con aire acondicionado, variedad de platos y un sector acordonado y exclusivo para los profes. 
 

Responsive Image
Responsive Image
La Casa de Estudio fue fundada en 2021 como homenaje a la vida, obra y memoria del maestro Alfredo Correa de Andreis. 

Sentí nostalgia por los lugares que solo existen en los recuerdos de quienes los habitamos en el pasado, como las cafeterías 'el CAI' y la zona de comidas 'El Pueblito'” 

María Angélica Duque

Desafortunadamente, por la lluvia, no pude visitar el coliseo, un lugar en el que jamás practiqué deportes, pero en el que tuve la oportunidad de trabajar en eventos de la universidad y conciertos privados. Aunque lo que más recuerdo de este sitio son las horas en las que pude descansar, dormir y resguardarme del inclemente sol de Barranquilla. 

Lo que no ha cambiado es esa sensación de paz y tranquilidad que producen los jardines que llenan los espacios más recónditos de la universidad y que me recuerdan la conexión entre la naturaleza y el pensamiento.  

Responsive Image
La universidad rinde homenaje a una de las escritoras más relevantes del Caribe colombiano, Marvel Moreno, con su auditorio. 
Los laboratorios, salones de maestría y doctorado, las zonas de estudio al aire libre y los edificios que llevan los nombres de personalidades influyentes en la región Caribe son una oda al legado de seres humanos que desde muchas formas y áreas impactan el desarrollo del país. Pero, el espacio que sentí propio, que me llenó de alegría y de orgullo, fue el auditorio Marvel Moreno. Ver el nombre de una mujer, de la autora del libro En diciembre llegaban las brisas, en letras grandes de pared a pared, quizás sea el mensaje más contundente de la transformación del pensamiento, el ejercicio de respeto y la generación de conocimiento y conciencia que se debe dar desde la academia. 

“El espacio que sentí propio, que me llenó de alegría y de orgullo, fue el auditorio Marvel Moreno. Ver el nombre de una mujer en letras grandes quizás sea el mensaje más contundente de la transformación del pensamiento” 

Responsive Image
Para María Angélica, los jardines son uno de los principales atractivos del campus, pues le recuerda la conexión entre “la naturaleza y el pensamiento”.


Los estudiantes siguen siendo los mismos, solo que interpretados por otros actores, algunos con las mismas caras de angustia de los de mi época, sacando cuentas para pasar el semestre, seres humanos haciendo lo mejor que pueden para adaptarse a este mundo de reguetón y avances tecnológicos que trasforman a millón la forma en que comprendemos la vida y que buscan en el conocimiento la mejor manera de subsistir como sentipensantes.